jueves, 11 de febrero de 2010

La Increíble Y Triste Historia del PIB Mexicano, y Su Ciclo Desalmado

Poco a poco, las estimaciones de crecimiento para el año 2010 se están alineando hacia la cifra que en estas amables páginas de El Semanario habíamos pronosticado hace unos meses: muy cercana al 4%. Pero como hemos insistido aquí también, lo que veremos será producto de un rebote estadístico, y aunque veremos algunas cifras espectaculares, pronto tendremos que enfrentarnos al hecho de que el crecimiento potencial de la economía ha disminuido.

Los economistas dicen que el PIB tiene dos componentes: la tendencia y el ciclo. La tendencia, decimos, revela el potencial de una economía para crecer con inflación y déficit (fiscal y comercial) contenidos; el componente cíclico es lo que hace que en un año dado el PIB crezca por encima o por debajo de la tendencia, y se puede deber por ejemplo a una crisis financiera global o a favorables precios de las exportaciones, entre muchos otros factores.

Seguimos diciendo los economistas que si un evento cíclico mueve a la economía por encima o por debajo de su tendencia, una vez que la causa de esa desviación se agote, el PIB volverá a crecer a la tasa definida por su tendencia…a menos que lo que cambie es la tendencia.

Y eso es probablemente lo que ha ocurrido con el PIB mexicano. Probablemente lo que ha ocurrido es que la tendencia ha cambiado. Probablemente la tasa de crecimiento potencial de la economía se ha modificado, y quizá lo haya hecho a la baja.
La razón para suponer lo anterior es que la apuesta que en 1994 de anclar la tendencia del PIB mexicano al ciclo económico estadounidense, de hacer de la expansión incontinente de los Estados Unidos la fuente primordial del crecimiento mexicano, va a implicar una baja en el crecimiento potencial del PIB de México.

Un grupo de inversionistas, encabezados por los gurús del fondo de inversión de renta fija, PIMCO (Bill Gross y Mohamed El-Erian), sostienen que los Estados Unidos se enfrentarán en los siguientes años a lo que ellos llaman una “nueva normal”; una economía de bajo crecimiento, alto desempleo y moderados rendimientos en los mercados.

La razón para ello es que los consumidores estadounidenses necesitan aún desendeudarse y por lo tanto, no serán el motor incansable que propulsó a la mayor economía del mundo a 20 años de expansión económica previos a la debacle de 2009.
En términos del argot de este artículo, esa “nueva normal” es de hecho un cambio en el componente tendencial del PIB estadounidense, y dada la apuesta que en México hicimos de casarnos con esa tendencia norteamericana, esa “nueva normal” va a aplicarse también en México hasta que no encontremos adentro el consumo que hemos perdido afuera.

He escuchado decir a muchos economistas mexicanos que el hecho de que el peso haya pasado de 10 por dólar en 2008, a 13 en el 2010, va a significar un boom exportador para las manufacturas y en general la industria mexicana. Eso sería cierto bajo el anterior crecimiento potencial de los Estados Unidos, pero no bajo un escenario de “nueva normal”.

Los pronósticos de un boom exportador que jalaría al resto de la economía mexicana se basan, temo, en repetir la historia de 1995-1999. Pero en aquél ciclo económico la historia era diferente: México había sobrevaluado su moneda en un contexto en que la economía estadounidense crecía a tasas vertiginosas, y eso había estancado la economía local. Sólo había una variable desajustada: el peso, y cuando la moneda se devaluó, permitió un auge exportador y un crecimiento vigoroso.

No es el caso esta vez. Hoy el peso se ha devaluado de 2008 al 2010, cierto (en un porcentaje mucho menor del que lo hizo en el 1994-1995 por lo demás), pero la demanda de los consumidores estadounidenses no es mas que una pálida sombra del enhiesto vigor que tanto ayudó al México de Ernesto Zedillo a salir de la severa crisis de 1994-1995.

La fuente primordial del crecimiento mexicano, la demanda incesante de los estadounidenses, se ha fracturado, y probablemente pasen algunos años antes de que los altos niveles de desempleo actuales se reduzcan y éstos paguen sus deudas, ahorren y tengan de nuevo los bríos para consumir de nuevo a un ritmo que jale consigo las exportaciones mexicanas. Pero de nuevo, probablemente pase todo un ciclo de bajo crecimiento antes de que ese desequilibrio se cure.

Siento de veras desentonar de las festivas expectativas de muchos economistas locales, pero por algo se le llama a la economía la dismal science, la ciencia de la decepción o la ciencia triste. Las cosas son lo que son, y a menos que encontremos dentro las fuentes de crecimiento que teníamos fuera, tras el rebote estadístico del 2010 (sobre todo en el segundo trimestre, donde veremos el mayor crecimiento en 15 años), vamos a enfrentarnos al hecho de que el PIB potencial de México ha mermado, y que necesitamos un nuevo truco para relanzar el crecimiento.

Una pista es por supuesto articular bien el ambicioso programa de infraestructura que quedó tullido con la crisis financiera, pero dado que en una economía la inversión es una tercera parte, y las otras dos terceras partes la representa el consumidor, es claro de donde debería de venir la solución.

1 comentario:

Mujer Maravilla a la Mexicana dijo...

A VER VÁMONOS POR PARTES

¿Cuál era la tendencia anterior y cuál es la tendencia actual? Si me dices que un 3% y ahora se redujo a 1.5% me va a dar depresión.

Lo del ciclo económico norteamericano y cómo estamos casado con ese mentado país, es cierto pero también es cierto que si revisamos la balanza comercial, obvio antes de la crisis, el porcentaje de las exportaciones y sobre todo de las importaciones tenían cada vez más con Europa y Asia, recuerdo que de hecho se estaban abriendo rutas aéreas de carga Tijuana Shangai, y Lufthansa, Air France estaban metiendo aviones exclusivos de carga.

Me agrada la idea del plan de infraestructura. De hecho hace poco fui de oyente a un panel y la gente de la API, decía que la inversión en puertos este año iba a ser considerable (No recuerdo el monto). También las empresas ferroviarios tenían un aumento importante en su inversión respecto a 2009, hablamos más de 20%.

Así que apoyo inversión en infraestructura, parece que aun cuando el gobierno no lo acabe de orquestar los privados están dispuestos.

Saludos