domingo, 27 de febrero de 2022

Putin: El Aliado Inesperado de Wall Street Vs la Fed

Los mercados han encontrado un inesperado aliado: Vladimir Putin. La invasión rusa de Ucrania ha sido acompañada por un impetuoso rally de los mercados financieros, los cuales han recuperado con creces las caídas previas al avance militar de un pueblo eslavo sobre el otro. Calculadores como son, probablemente los inversionistas están apostando a que el incremento en el riesgo geopolítico disparado por la invasión rusa logre detener otra ofensiva, financiera esta: la agresiva remontada de sus tasas de interés que quizá preparaba el banco central de los Estados Unidos.

En los mercados financiero todo se trata de dos variables: riesgo o rendimiento. Si se busca mayor rendimiento es necesario aceptar más riesgo, y si se le teme mucho al riesgo, debe de contentarse con menor rendimiento. Y la medida del riesgo es la tasa de interés de los Estados Unidos.

Si un inversionista quiere invertir su dinero en algo completamente seguro, pondrá sus ahorros en bonos o certificados emitidos por los Estados Unidos, y deberá de aceptar la tasa que dichos valores rindan. Dicha tasa a su vez se determina a partir de la tasa que fija la Reserva Federal de los Estados Unidos, así que la Fed, como se le conoce, tiene la capacidad de modular el riesgo en el mundo. Baja la tasa y los inversionistas salen a buscar más riesgo que les compense el bajo rendimiento de los bonos estadounidenses. Sube la tasa y los inversionistas abandonan las inversiones riesgosas que rindan menos que los bonos estadounidenses.

Cuando eventos geopolíticos graves como el sufrido por Ucrania ante la invasión rusa, elevan el riesgo geopolítico, la Fed se vuelve muy cautelosa para no copetear con mayores tasas de interés el riesgo en los mercados. Bastante incertidumbre y riesgo provienen ya del conflicto bélico eslavo como para que la Fed le añada más riesgo subiendo agresivamente sus tasas de interés, a pesar de la dinámica de la inflación.

Tal escenario explicaría que, el día en que los tanques rusos empezaron a avanzar contra el territorio ucraniano los mercados abrieron despeñándose, hundiéndose debajo de indicadores técnicos críticos, pero que tras un par de horas, súbitamente se dieran la vuelta y acabaran la sesión con alzas prodigiosas, teniendo la mejor sesión del año.

No es la primera vez que esto ocurre. Los analistas más pesimistas hacen paralelismo entre la actual invasión rusa sobre Ucrania con la invasión de la Alemania nazi contra Polonia de 1939 que desató la más terrible guerra de la historia humana. El momento más oscuro de esa guerra, cuando la garra nazi mostraba su invencibilidad, fue la caída de Francia, la cual sucumbió con una facilidad casi ridícula, alarmando al resto de las naciones sobre el increíble poderío de Hitler.

Los meses previos a la capitulación francesa el Dow Jones se hundía imparable, rompiendo soportes y destruyendo valor ante la evidencia de la terrible guerra que se avecinaba. Pero en el momento más oscuro, cuando el poder nazi parecía invencible, el Dow Jones se dio la vuelta y comenzó a repuntar vigorosamente, y no dejó de subir en los años siguientes, anticipando de alguna forma el musculoso boom económico de la postguerra.

¿Por qué Wall Street parece festejar en los momentos más oscuros de las guerras? ¿Por qué los mercados celebran las derrotas militares en Europa?

Quizá la respuesta tenga que ver con la hipótesis planteada aquí: que en tales circunstancias la Fed decide atenuar el riesgo geopolítico acomodando las condiciones de liquidez.

Justo cuando la Fed amenazaba con sus cañones monetarios a Wall Street. Justo cuando los bancos centrales del mundo se aprestaban a combatir el regreso súbito de la inflación luego de cuatro décadas de ausencia, retirando la liquidez y aumentando sus tasas de interés. Justo cuando los inversionistas estaban hundiendo al mercado ante la perspectiva de una retirada de la liquidez, Vladimir Putin parece haber llegado al rescate de Wall Street y frenado en la línea de salida las intenciones de los bancos centrales de apretar la liquidez en la economía global.

Nadie sabe para quien trabaja. Menos en los mercados financieros en donde los vasos comunicantes suelen ser caprichosos e inesperados. Justo cuando decenas de activos y mercados extremadamente sensibles al alza de las tasas de interés temblaban ante la perspectiva de al menos dos años de alzas de réditos, Vladimir Putin acaba de poner un freno a la urgencia inmediata de la Fed para subir sus tasas. Así que no queda otra en Wall Street mas que siga la fiesta.

domingo, 13 de febrero de 2022

Preparémonos Para Una (No Muy Agradable) Sorpresa

¿Por qué es tan importante para México lo que el banco central de Estados Unidos, la Fed, haga o deje de hacer? Porque es la Fed la que fija, de manera directa e indirecta, el costo del dinero en el mundo. Es imposible ignorar cuando la Fed se mueve, pues nuestras tasas y divisa locales son influidas de manera determinante por la tasa del banco central estadounidense. Aceptando lo anterior bien vale advertirlo: en el último par de semanas las señales de que el anunciado incremento de tasas será más agresivo de lo que se pensaba, se han incrementado, así que debemos de prepararnos para lo que podría ser una no muy agradable sorpresa.

Cada vez más inversionistas y analistas consideran muy probable que las tasas de interés de referencia de los Estados Unidos se incrementen en 50 centésimas en marzo. De ocurrir, sería la subida más agresiva desde el año 2000, y socavaría muchos de los supuestos con los que los mercados financieros en el mundo se desenvuelven. La mayoría aún piensa que las tasas subirán, pero gradualmente, 25 centésimas en cada reunión de la Fed. Pero la inflación no ha dado tregua y los bancos centrales no pueden ya dejar hacer y dejar pasar a la inflación, y no hacer absolutamente nada.

La inflación anual al mes de enero 2022 en Estados Unidos fue de 7.5 por ciento, superior incluso al 7.07 por ciento de inflación en México. Para los Estados Unidos representa la inflación más alta en 40 años, para México en dos décadas. Pero hay una diferencia, el Banco de México comenzó a subir sus tasas de referencia desde agosto del año pasado, mientras que la Fed apenas está por comenzar a subir, en su próxima reunión del 15-16 de marzo.

¿Por qué los Estados Unidos se ha demorado tanto en subir sus tasas? Las explicaciones varían desde las que afirman que el presidente de la Fed, Jerome Powell, no quería hacer enojar a los legisladores que debían confirmarlo para un segundo período y mantuvo las tasas en cero a pesar de que la inflación le explotaba en la cara; hasta los que afirman que la Fed, que tiene un mandato de lograr el máximo crecimiento posible con la menor inflación posible, se esperó a consolidar lo primero antes de atender lo segundo.

En medio de esas explicaciones extremas está otra más simple: que la Fed de plano se equivocó. Que verdaderamente pensó que la inflación era transitoria y que si subía sus tasas crearía nerviosismo en el mercado y provocaría turbulencia e incluso validaría las expectativas de aquellos que pensaban que la inflación era más duradera.

Cual sea la explicación el hecho es innegable: a la Fed se le ha ido de las manos la inflación, quizá por primera vez desde la década de los setenta, y su credibilidad está seriamente comprometida.

De no ser porque la Fed sabe que los inversionistas saben, que nada hay más placentero en los mercados que ganar dinero, la credibilidad de la Fed estaría hoy hecha añicos. Pero como, aún al día de hoy, sigue inyectando liquidez a pasto (si, a pesar de la inflación), comprando bonos y dándole de ganar a los inversionistas, aquellos legendarios “vigilantes” del mercado de bonos de antaño son como el perro bravo que deja de cuidar la casa cuando el ladrón le tira un hueso sabroso.

La falta de credibilidad de la Fed no se ha manifestado esta vez en crisis en el mercado de bonos porque la Fed misma proporciona el antídoto para que no se manifieste: sigue comprando bonos, así que lo que los legendarios “vigilantes” solían hacer cuando perdían la confianza en la Fed, justo eso, vender bonos, no tiene hoy ningún efecto.

Pero si bien la pérdida de credibilidad no se manifiesta en el mercado, cada vez más analistas e inversionistas lo vocean: la Fed va rezagada respecto de la inflación. Toda la literatura de política monetaria recomienda que, para que la acción de los bancos centrales tenga el menor costo posible a la hora de combatir la inflación, esta debe de ser preventiva, y no correctiva. A la Fed ya se le pasó, lastimosamente, el momento de ser preventivo, y le urge ser correctivo.

La literatura también dice que la política monetaria, a la hora de ser restrictiva, debe de ser gradual para minimizar el costo sobre la economía y los mercados. Seguir inyectando liquidez, y mantener la tasa en cero mientras la inflación es la máxima en cuarenta años quizá obligue a la correctiva Fed a no ser gradual, y disparar un alza sorpresiva de 50 centésimas en su reunión de marzo. Y ya en ánimo correctivo, si las tasas de inflación siguientes (que deben ya de comenzar a bajar), siguen tercamente superiores al objetivo de tres por ciento, no descarten que el gradualismo sea abandonado en aras de recuperar la preciada credibilidad.

domingo, 6 de febrero de 2022

El Extraño Caso Del Trabajador Desaparecido

Las cifras laborales de los Estados Unidos muestran un fenómeno que, en distintas proporciones, se observa también en casi todas las economías: muchos trabajadores que se confinaron al inicio de la pandemia no pueden, o no quieren regresar, disparando una dinámica que, algunos temen, podrían llevar a un incremento de los costos laborales, añadiéndose a los factores detrás de una inflación más terca de lo que se pensaba inicialmente. Es el misterio del trabajador desaparecido.

Las nóminas no agrícolas de los Estados Unidos tuvieron una pérdida acumulada de 22.4 millones de personas hasta abril de 2020, en el peor momento del confinamiento por la pandemia, cuando el mundo se encerró para tratar de evitar los contagios ante la ausencia de un remedio contra el mortal covid 19. De esos empleos perdidos aún faltan por recuperarse 2.5 millones, más las nuevas adiciones a la fuerza laboral que debieron de haber entrado en los últimos dos años. Se estima que la suma de esos dos grupos de trabajadores podría rondar los cinco millones de personas en los Estados Unidos.

Pero a pesar del dato anterior, la tasa de desempleo se encuentra ya muy cerca de los mínimos observados antes de la pandemia. ¿Cómo es posible que el empleo aún se encuentre a millones de personas de recuperar su nivel pre pandemia, mientras la tasa de desempleo se encuentre ya en niveles similares a antes del azote del virus? 

La respuesta es inquietante, y muestra un cambio complejo en el mercado laboral que puede acarrear consecuencias duraderas sobre otros aspectos de la economía, notablemente la inflación.

Este caso de los trabajadores desaparecidos, que no se han reinsertado al mercado laboral tras dos años de pandemia, tiene varias posibles explicaciones.

La primera y mas triste es que la ausencia de algunos de ellos obedece a que fueron víctimas mortales del virus. Pero estadísticamente son una proporción pequeña. La segunda, sin embargo, es relevante, pues lo conforman aquellos trabajadores que sobrevivieron al covid, pero que no están físicamente en condiciones para regresar al mercado de trabajo. Ni siquiera están en condiciones para buscar empleo y por lo tanto no forman parte de la fuerza laboral activa. Aquellas víctimas de lo que los médicos llaman “long-covid”, parecen ser un factor importante en número y salud, y están restando varias centenas de miles de trabajadores de la fuerza laboral.

Otro segmento muy importante dentro de esos millones de trabajadores desaparecidos de la fuerza laboral está compuesto por aquellos que se encontraban cerca de su retiro cuando llegó la pandemia, y que aprovecharon el confinamiento para decidir su jubilación. Ese grupo consta de millones de personas y no regresarán más, pues la mezcla de riesgos de salud que aún persisten, más la posibilidad de recibir los beneficios económicos otorgados por los gobiernos para la población durante el confinamiento, los convencieron de ya no volver al mercado laboral.

Tales apoyos económicos, cuantiosos y generalizados, que sobre todo en las economías avanzadas, se otorgaron a millones de personas y empresas, son un factor importante en la ausencia de millones de trabajadores de la fuerza laboral. A millones que estaban cerca del retiro, ayudaron a anticipar su jubilación, pero a otros tantos, jóvenes y en edad de trabajar, los ha desincentivado de regresar al mercado, mientras tengan saldos disponibles para no regresar.

La tasa de ahorro en Estados Unidos y en muchas economías desarrolladas presentó un salto histórico durante la pandemia, y aunque se ha reducido desde entonces, millones de trabajadores tienen aún saldos suficientes debajo de sus colchones como para postponer su regreso al mercado laboral, máxime ante las olas intermitentes de nuevas variantes del covid que siguen diezmando poblaciones, especialmente aquellas no vacunadas.

Ese último factor, la terca pandemia que abre y cierra a las economías, pone también un límite al regreso de miles de trabajadores al mercado laboral, y mientras la inmunudad ante el covid no sea completa, seguirá habiendo trabajadores en sus casas que prefieran vivir con ingresos no laborales bajísimos, a aceptar el riesgo de regresar a la vida normal con el bicho rondando.

La pandemia ha sacudido al mercado de trabajo. Los datos muestran que millones de trabajadores no han regresado a la fuerza laboral, la mayoría de ellos calificados e importantes. Los economistas temen que este hecho tenga un efecto similar a la sindicalización masiva de trabajadores: un incremento en las remuneraciones de los trabajadores empleados que pueda presionar la dinámica inflacionaria de manera más duradera de la que se preveía inicialmente.