sábado, 30 de julio de 2022

Estados Unidos: La Recesión Travesti

Los que corren son tiempos complicados para las economías del mundo: los bancos centrales más importantes fallaron en leer el repunte inflacionario, por eso ahora están ansiosos por anticipar correctamente el riesgo de una recesión. Y los mercados lo sienten: perciben la duda de la Fed ante el temor de enviar la economía al pozo, apostando en consecuencia por una baja de tasas el año siguiente, alimentando de esta manera el rally accionario más pasmoso desde la increíble recuperación de septiembre 2020.

Pero el entusiasmo de las bolsas corre un riesgo: que, así como no vieron venir el resurgimiento de la inflación, se equivoquen en detectar su abatimiento. Están apostando a que una economía débil acabará con las presiones inflacionarias, permitiendo a la Fed a reducir de nuevo sus tasas de interés. Pero en ese escenario corremos todos un peligro: que a pesar de la recesión la inflación no caiga del 4-5 por ciento.

Si eso ocurre, estaremos en un escenario similar al de los Estados Unidos en la década del setenta, cuando los agentes económicos normalizaron inflaciones moderadas, lo que llevó eventualmente a una inflación creciente.

Los mercados trabajan con lo que saben. Como con reflejos condicionados. Saben que un alza de tasas frenará a la economía, anclando a su vez el alza de precios al eliminar el exceso de demanda. Pero esta vez es diferente.

Para empezar, lo que tenemos ante nuestros ojos es una recesión que parece expansión, es una recesión travesti. Intuitivamente el apretón monetario más fuerte en cuarenta años debería de provocar un frenón económico. Hay muchas señales e indicadores que así lo sugieren, incluyendo marcadores infalibles como la pendiente de la curva de rendimientos de los bonos estadounidense, la cual indica un inevitable hundimiento del crecimiento en ese país.

Pero al menos con los datos de junio, es difícil catalogar al actual estado de la economía estadounidense. Empezando con los datos del mercado laboral, en donde la tasa de desempleo se encuentra en mínimos de medio siglo, el ritmo de incremento de los empleos no agrícolas, además de los costos laborales, describen una recesión que hasta el momento está demandando empleos como si fuera una expansión. Una recesión travesti pues.

Los resultados trimestrales de algunas empresas, como Walmart, Snap o Facebook, sugieran que efectivamente, el parón económico ya está aquí. Pero las cifras de otras empresas como Amazon, Apple o Microsoft ilustran una economía fuerte con una demanda saludable en un contexto de precios al alza.

Así como la inflación en sus inicios enviaba señales confusas, esta eventual recesión no está por el momento clara. Si bien el más infalible de los indicadores, la pendiente de la curva de plazos de los bonos estadounidenses, telegrafía por todas partes una recesión en los próximos meses, los indicadores oportunos, especialmente los del mercado laboral, desafían el diagnóstico, mostrando una salud desconcertante.

Pero más temprano que tarde el apretamiento monetario acabará imponiendo sus condiciones, induciendo un suavizamiento económico cuya intensidad aún desconocemos pero que es inevitable.

Pero lo anterior es la primera mitad de la incógnita de la Fed. La desaceleración/recesión económica llegará en los próximos meses. Pero tras su arribo: ¿la inflación cederá hasta los niveles que los bancos centrales requieren para que el crecimiento económico subsecuente sea sostenible? Es decir, ¿bajará lo suficiente para que cuando volvamos a crecer, la inflación no se reactive de nuevo?

Mucho dependerá de la tolerancia da la Reserva Federal al dolor. El control de este proceso inflacionario en Estados Unidos depende de la intensidad y extensión de la restricción monetaria. Si la Fed no restringe lo suficiente ni durante el tiempo necesario, corre el riesgo de que la inflación vuelva cuando la demanda resurja.

Los griegos entendían la tragedia, ese género literario en que fueron insuperables maestros, como lo fútil de la voluntad humana ante el designio superior de las deidades. En ciertos momentos la economía funciona como una tragedia griega, es imposible escapar a sus designios. Si la inflación alcanza una condición inercial, en la cual adquiere vida propia, será muy complicada acabar con ella sin provocar una recesión económica abrupta, como lo muestra la lección de los años setenta. Lo queramos o no.

domingo, 24 de julio de 2022

Londres, Coahuila Y Fuenteovejuna

Londres está soportando temperaturas similares a las de Sonora o Coahuila, por encima de los cuarenta grados centígrados, niveles nunca registrados en la historia de la capital británica. Las evidencias del calentamiento global abundan: por ejemplo, los glaciares tropicales están desapareciendo, como el hoy extinto glaciar del Iztaccíhuatl, y los efectos se sentirán por todas partes. ¿Qué será del Estado de Morelos y sus ciudades, alimentadas por los manantiales de los deshielos que fluyen, cada vez más tenues, de la cordillera neovolcánica?

En Europa y la América boreal, las temperaturas récords alimentan incendios forestales inusitados que menguan la superficie arbórea del planeta, crítica para el ciclo del agua y la regulación de la temperatura global. El más somero de los análisis científicos confirma una verdad terrible: el calentamiento global no únicamente existe, sino que está alcanzando un punto crítico en donde puede ser muy difícil contener un escenario de cataclismos naturales extremadamente costosos para las sociedades humanas modernas.

Descartemos por un momento el escenario de fin del mundo, en donde los casquetes polares se derriten, el nivel de los mares se dispara, engullendo las grandes ciudades costeras del planeta con un enorme costo de víctimas humanas.

Dejando de lado dicha eventualidad, los costos para la economía global serán, están siendo ya, considerables. El mayor calor implica un mayor consumo de energía, por lo tanto, más cara, para poder soportar el día a día en vastas regiones que no requerían de aire acondicionado

Las mayores temperaturas tienen efectos graves sobre la producción de alimentos: los rendimientos agrícolas, la oferta pesquera, disminuyen con el calor, incrementando los precios de los comestibles en el mediano plazo.

Quizá el factor de corto plazo más crítico es el cambio en los patrones de lluvia en el mundo, que podrían ser la causa de sequías prolongadas y agudas en extensas zonas del mundo, compensadas con torrentes y trombas en otras regiones que han sido inundadas.

Como el clima del planeta no compra ni vota, los empresarios y los políticos del mundo cómodamente caen en una versión inversa de lo que los economistas llaman “el problema del polizón”, o si queremos usar la literatura como referencia, el problema del calentamiento global fue ilustrado por Lope de Vega en “Fuenteovejuna”

El calentamiento global es producido por la acción económica de individuos, empresas y países en el mundo. Es un crimen como el de “Fuenteovejuna”, en donde todo un pueblo se responsabiliza por la muerte del comendador, por lo que no es posible señalar a un asesino individual.

Como no hay una responsabilidad individual es muy difícil asignar penas por calentar el planeta, y la acción colectiva mundial es la única posibilidad de contener la marca imparable del calor sobre la tierra.

Pero con los Estados Unidos al borde de una nueva guerra civil, escindido por el último esfuerzo de la élite blanca, representada por el fascismo de Trump, para no perder su país en manos de una población diversa, el mundo pierde a su líder lógico en la lucha contra el calentamiento global, pues Europa, más clara técnicamente en la urgencia de detener el deterioro climático, está presa de su dependencia de la energía rusa.

Rusia, el mayor exportador de carbono del mundo (sea en forma de petróleo, o gas) acompaña a China, el mayor productor de carbón, en el negacionismo del cambio climático, acompañados por el imperdonable Jair Bolsonaro en Brasil, quien remata a los productores del oro verde, la soya, el Amazonas para exportar la oleaginosa a Asia a precios cada vez mayores.

El calentamiento global siempre puede ser el problema de alguien más. Sus causas pueden ser ocultadas por la ignorancia o mala fe. Las cada vez más graves sequías, los torrenciales chubascos, pueden ser atribuidos al azar o la divinidad, antes que a las empresas o a nosotros mismos.

Por lo anterior los políticos pueden ser aliados formidables del calentamiento global. Un solo senador, con ligas a la industria minera del carbón, detuvo el plan estadounidense más ambicioso de la historia en favor de las energías limpias. Jair Bolsonaro está dispuesto a arrasar el Amazonas para enriquecer a los grandes terratenientes del Brasil. Combatir el cambio climático será difícil. Y caro. Y esto vale la pena tenerlo en ente en un momento en que la inflación ha regresado luego de cuarenta años de letargo.

domingo, 17 de julio de 2022

Algunos Aforismos Nerviosos Sobre La Estanflación

1.-En economía, podemos aprender tantos de los errores como de los aciertos;

2.-Para encontrar lecciones sobre el momento actual los economistas nos estamos concentrando en lo que hizo bien Paul Volker, pero quizá tan valioso sería estudiar lo que hizo mal Arthur Burns;

3.-Recordamos a las políticas que acertaron. Tan valiosas puede ser analizar a las que fallaron

4.-Arthur Burns pensó que, en un contexto de inflación generalizada de precios, era posible un nivel aceptable de inflación tal que evitara que la economía cayera en recesión. Pensaba que era posible un crecimiento sostenido con inflación moderada.

5.-El resultado de su experimento fue una secuencia de arranque y freno de la economía en donde, en cada nuevo arranque, el nivel de inflación era más alto que en el ciclo anterior

6.-Hasta que fue evidente que no era posible (o no lo fue en aquel momento) una inflación moderada congruente con un crecimiento sostenido

7.-La lección que parece dejar el fracaso de Burns es que la inflación debe ser baja si queremos un crecimiento sostenido en el largo plazo

8.-Tras muchos años de prueba/error, los bancos centrales encontraron que ese nivel “bajo” era de entre 2-3 por ciento anual

9.-¿Es posible que, partiendo de este momento en donde la inflación global se ha disparado a niveles no vistos en cuarenta años, regresemos pronto a niveles de inflación baja, sin afectar el ritmo de crecimiento?

10.-En buena medida la inflación proviene del lado de la oferta: la pandemia, el quiebre de la logística global, la guerra en Ucrania. Esos efectos tardarán en revertirse

11.-La siembra de granos ucraniana, por ejemplo, no se llevó a cabo en este ciclo por lo que no habrá cosecha en el otoño. Así como este, los efectos negativos de oferta quizá duren varios meses aún

12.-La Fed influye en la inflación por el lado de la demanda. Por lo tanto, es tentador decir que, como no puede hacer nada del lado de la oferta, no vale la pena apretar la liquidez tanto para proteger el empleo

13.-Por ello parecería cómodo para la Fed ceder a la tentación de revertir el alza de sus tasas ante los primeros indicios de debilidad económica, incluso si la inflación no ha regresado a niveles bajos

14.-En la tentación anterior la Fed tiene un poderoso aliado: Wall Street, quien se acostumbró a vivir y prosperar con tasas extremadamente bajas, y está apostando a que dicho ambiente de liquidez laxa regresará para seguir empujando hacia arriba los precios de los bonos y las acciones

15.-Wall Street no está descontando, no se ha hecho a la idea, de tasas verdaderamente altas, superiore al 5 por ciento por ejemplo, y liquidez verdaderamente estrecha durante un período prologado de tiempo

16.-Wall Street no quiere entender que “the dream is over”, que la música murió.

17.-Puede que se equivoque. Puede que le de miedo. Puede que tarde más de lo debido. Pero la Fed acabará bajando la inflación al costo que sea

18.-Como para el resto del mundo, la inflación actual es en muy buena medida importada, hasta que no haya un choque de oferta positivo, o la Fed baje la inflación, será muy difícil revertir la inflación hacia niveles bajos

19.-Porque la inflación cuando sale de la jaula en donde deben de mantenerla los bancos centrales, cobra vida, comportándose con dinámica propia

20.-A partir de cierto nivel, parece que la inflación se alimenta a si misma, contaminando expectativas e interfiriendo en el crecimiento económico.

21.-Así ocurrió en los años setenta en los países avanzados, cuando se ensayó un escenario de inflación moderada, que dejó de serlo y se convirtió pronto en alta

22.-Lo anterior no es teoría, ni modelos, es historia observada y registro estadístico

23.-No podrá haber crecimiento económico, ni regreso de los mercados financieros sostenido si la inflación no regresa a niveles bajos de forma duradera 

domingo, 10 de julio de 2022

De Estos Mercados Feos: Hagamos de Tripas, Corazón

Tras registrar su peor semestre en más de cincuenta años, las bolsas del mundo enfrentan un complejo acertijo. El panorama de la inflación es incierto y por lo tanto no queda claro hasta donde llegaran las tasas de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Esta semana inicia la temporada de reportes corporativos trimestrales, la cual muchos temen sea decepcionante. Quizá los mercados sigan igual o peor durante algún tiempo. Pero curiosamente estos son los mejores momentos para invertir si se entiende esta actividad como una estrategia de muy largo plazo.

“Hacer de tripas, corazón” es un preciso dicho de la lengua castellana que bien podría aplicarse para el arte de invertir. Aprovechar los tiempos difíciles para sacar ventaja. Aprovechar y aguantar las temporadas de mercados a la baja para adquirir activos financieros con potencial para remontar en los mercados al alza.

Sin duda el inversionista más famoso del mundo, Warren Buffet, gustaría de esa frase castellana. A él se le atribuyen citas similares: “hay que ser codiciosos cuando los demás son temerosos, y temeros cuando los demás son codiciosos”, es una de sus frases que reflejan la oportunidad que pueden representar mercados como este, que están para los perros.

El principio es sencillo: al comprar cuando los mercados están al alza se corre el riesgo de comprar a precios muy caros, especialmente cuando los mercados experimentan exuberancias como las provocadas por la inyección abultada de liquidez monetaria y fiscal como las vistas en la pandemia reciente. Tales valuaciones altas pueden provocar pérdidas graves a los inversionistas cuando las métricas bursátiles se ajustan a sus promedios históricos, que es lo que probablemente estamos presenciando en este momento.

Múltiples ejercicios muestran que quizá los precios relativos de las acciones tengan un comportamiento estable. Ojo aquí, hablamos de sus “precios relativos”. Si tomamos los precios de las acciones en relación con las ganancias futuras de las empresas; o respecto de otros indicadores, existe un nivel de largo plazo más o menos estable.

En la sucesión de cortos plazos, los precios relativos de las acciones pueden estar muy por arriba de ese promedio, o muy por debajo, pero tarde que temprano regresarán a sus promedios de largo plazo.

Si lo anterior aplica entonces la receta es verdaderamente sencilla: compremos cuando los mercados están abajo, no cuando están subiendo.

Pero no es tan sencillo. Es muy difícil no comprar cuando los mercados están subiendo. La dificultad es mayor en cuanto más suben los precios, porque nadie quiere ser el tonto que no compró algo que parecía caro, y que un día después se puso más caro.

También es muy difícil saber qué tan largos serán esos “cortos plazos” en que los precios están por arriba o por debajo de los mercados. Es muy difícil comprar esperando que los precios suban en mercados bajistas prolongados. Es fácil seguir comprando en mercado al alza que están a punto de colapsarse, porque nunca sabremos en el momento si estamos ante una oportunidad de compra o ante una burbuja especulativa.

Por lo anterior, cuando los mercados están como ahora, para el perro, es cuando es apropiado comprar acciones. Lo malo es que en estas coyunturas la gente puede perder sus empleos y por lo tantos sus ingresos para invertir.

No es tan fácil entonces hacer de tripas, corazón en los mercados. No es tan fácil seguir la lógica inapelable de Buffet. Pero es lo adecuado.

Quizá estos mercados (así lo creo), aún sigan cayendo. Quizá (así lo creo) permanezcan abúlicos durante un período largo de tiempo en lo que la Fed mete en cintura a la inflación y el crecimiento económico regresa a una senda balanceada.

Pero si su horizonte de inversión es de más de diez años, que es como debe ser, entonces esta es una buena ocasión para construir un portafolio de acciones que en el futuro se aprecie y que genere ingresos en años venideros Se requiere constancia, paciencia, ahorro y tolerancia a las pérdidas.

Entre más jóvenes, mejor. Los siguientes meses, quizá años, podrían ser una ocasión inmejorable para los jóvenes que comiencen a invertir, aunque mal momento para quienes estén retirándose y necesitan vender sus acciones en este momento. Los mercados proveen pocas ocasiones para construir portafolios a precios razonables, comprando acciones de excelentes empresas con valuaciones bajas. Quizá el actual sea uno de ellos.