Vamos a ver:
a) Guillermo Ortiz dijo que la producción industrial de México en enero caería cerca de 30-40%;
b) Probablemente eso lo dijo porque la producción automortriz en México en enero cayó un escandaloso 50.9% (con las exportaciones, las cuales representan casi el 70% de la producción, cayendo 59%).
Lo anterior quiere decir, que, si suponemos que la industria automotriz y los sectores ligados a ella suman un 30% de la actividad industrial, lo mínimo que cayó la AI en enero fue un 15% (supongamos por el momento que Ortiz es un catastrofista).
La desagradable aritmética monetaria de Guillermo Ortiz implica lo siguiente:
i) dado que la actividad industrial representa cerca del 25% del PIB, si la AI de enero se cae 15% (supongamos que Ortiz sólo quiere ser catastrofista), esto querría decir que el Igae (similar al PIB mensual) se habría caído casi 4% en enero 2009;
ii) dado que el desplome del sector automotriz se desprende del colapso exportador debido a la brutal caída de las ventas en EEUU, es previsible que una dinámica similar prevalezca en el primer semestre del año, pues las ventas de autos en Estados Unidos llevan ya cuatro meses cayendo a tasas cercanas al 50%
iii) evitando el tan condenado catastrofismo, supongamos que el PIB del 1er semestre del año caiga un moderado 3.0%
iv) para que el PIB de todo el año caiga tan sólo 1.8%, como lo pronosticó en su peor escenario el Banco de México, el PIB en el segundo semestre tendría que tener una tasa de variación de -0.6%, lo cual implicaría que el último trimestre del año podría ser positivo.
En otras palabras, suponiendo previsiones moderadas, el escenario pesimista de Banxico se ve ya bastante optimista, y el escenario catastrofista se hace más y mas realista conforme los datos avanzan...
