Quienes la conocieron saben que no miento ni exagero. Mi tía Silvia, la hermana de mi madre, era un bombón. Era una mujer bellísima, una joven de ojos enormes, pelo negro, alta, una sonrisa que derretía a todo mundo. Y que tenía un amor: su pequeño sobrino, oseseasemelesemelese: yo.
Muchos años después, yo descubrí que estaba enamoradísimo de mi tía, y los dos, así como el resto del mundo, hemos aceptado que nacimos el uno para el otro y que nos amaremos toda la vida.
Pero en esos años de niño, en que mi tía era una belleza hippie arrolladora, me introdujo al mundo de su juventud: sus amigas hippie-fresas de Monclova; el Oscar’s; la belleza de la colonia Guadalupe en su apogeo; y la música.
Recuerdo un disco, de 45 revoluciones, verde azabache con dibujos de un ferrocarril y una troupe de gente alrededor. Era el sencillo de los The Shocking Blue: “Never Marry a Railroad Man”.
En esta era de youtube, se me ocurrió hace poco buscar la rola, y me re-encontré con un amor que había perdido y casi ya, olvidado: Mariska Veres.
Su biografía es peculiar, belga flamenca, el neerlandés fue su idioma natal, y acabó de vocalista en The Shocking Blue, previamente formado por Robbie Van Leuwen. Mucha gente los recuerda por “Venus” (she’s got it!, oh baby she’s got it, I’m your Venus...), pero a mi la que siempre me latió fue esa versión de “La Rielera” cantada con todo por mi Mariska.
Enormes ojos acentuados por aquellas pestañas postizas, un cabello con vida propia, y un rostro que cantaba con una voz lejana y alta. Mariska es mi segunda mujer fetiche de esta serie. Me recuerda a mi Tía Silvia en este video, pero créanme: Silvia Zamora era aún mucho más hermosa.
Si no, pregúntenle al poeta Mario Bojorquez.
martes, 31 de mayo de 2011
domingo, 29 de mayo de 2011
Mujeres que amé y que no me amarán I: Françoise Hardy
Para mí, las mujeres nunca fueron tan bellas como en los 60’s. Es en esa época en que se descubren plenas, abiertas y libres. Son los años más románticos de la historia de la mujer: capaces de andar por sí solas e iguales frente a los hombres.
Esa libertad las hizo ligeras y brillantes, e hicieron de sus cuerpos y sus rostros el lugar de su plenitud. En lo personal creo no ser proclive a los fetiches, pero si hay algo cercano a eso lo tengo muy claro: las rockandroleras de los sesenta.
Durante los próximos días y/o semanas voy a poner en este blog a mis brujas sesenteras. Las mujeres que lograron equilibrar su belleza física y vital para estar, lopezvelardianamente, a la altura del arte.
Voy a empezar con mi favorita: Françoise Hardy.
Rockandrolera ligera, en estos años diríamos popera, pero tengo argumentos fuertes para defenderla: Bob Dylan estaba loco por ella. Cuando Dylan se presentó en París estaba tan obsesionado que no quiso salir al escenario hasta que ella llegó. Mick Jagger estaba loco por ella.
Si yo volviera a nacer pediría poco: ser el hombre en cuyos ojos, así sea por cinco segundos, se posó la mirada de la joven Françoise Hardy.
Esa libertad las hizo ligeras y brillantes, e hicieron de sus cuerpos y sus rostros el lugar de su plenitud. En lo personal creo no ser proclive a los fetiches, pero si hay algo cercano a eso lo tengo muy claro: las rockandroleras de los sesenta.
Durante los próximos días y/o semanas voy a poner en este blog a mis brujas sesenteras. Las mujeres que lograron equilibrar su belleza física y vital para estar, lopezvelardianamente, a la altura del arte.
Voy a empezar con mi favorita: Françoise Hardy.
Rockandrolera ligera, en estos años diríamos popera, pero tengo argumentos fuertes para defenderla: Bob Dylan estaba loco por ella. Cuando Dylan se presentó en París estaba tan obsesionado que no quiso salir al escenario hasta que ella llegó. Mick Jagger estaba loco por ella.
Si yo volviera a nacer pediría poco: ser el hombre en cuyos ojos, así sea por cinco segundos, se posó la mirada de la joven Françoise Hardy.
domingo, 22 de mayo de 2011
Pumas Campeón 2011: Cómo No Los Voy A Querer
Yo soy Puma, y para hacerlo he tenido que aceptar el gusto por el fútbol.
Yo entré a a UNAM en la peor época de mi vida, en la más triste. A la UNAM no sólo le debo mi profesión, sino quizá, el haberme salvado, y el haberme hecho ver que la vida, la cuál no elegimos, que es un arbitrario accidente, no tiene remedio, y hay que ir por ella de la mejor manera posible.
Yo soy Puma entonces, con furia y arrebato. Soy Puma más allá del futbol y del equipo, por eso para mí el futbol mexicano es muy sencillo: se limita a lo que los Pumas hagan o dejen de hacer. Sigo sin rendirme al futbol, pero si los Pumas pierden me enfurezco, y si ganan, mi día es más redondo y azul y oro. Para mí el resto de los equipos pueden rodar y rodar, ni me entero.
Esta temporada la gocé mucho más. Mi hijo se ha convertido en un obseso del fut, y en casa se acata con gusto la regla de oro: no hay otro equipo mas que los pumas (bueno, Julián tiene al Barça, pero qué importa). El caso es que este torneo es el primero que Julián sigue con todo detalle, y cuando digo con todo detalle, es literal, Julián es un cirujano de los datos y las jugadas, ad naseaum.
Creo que la pasión por un equipo deportivo es absolutamente irracional, un comportamiento incivilizado. No puedo aceptar que a la razón se anteponga el gusto por una disciplina cuyo objetivo es vencer a los contrarios. Aunque sea remota la posibilidad, entre los aficionados al espantoso “América” podría encontrarme a alguien que sea política y culturalmente más cercano a mí que en la Rebel, y sería idiota alienarlo sólo por su filiación futbolística (que en este caso, tal idiotez es perfectamente justificada).
Esta irracionalidad es mayor aún en tratándose del fútbol mexicano, gobernado por mafiosos que más que jugar futbol buscan cobrar lo más posible por la publicidad, para luego lamentarse del deplorable nivel internacional de la incorregible “Selección Nacional”.
Pero por más que quiero convencerme de lo contrario, el equipo más cercano a un auténtico grupo de futbolistas que entrenan a futbolistas para jugar fútbol, más allá de otra consideración, son los Pumas. La afición que sigue a su equipo con una pasión muy cercana a la razón, es la de Pumas, y sin duda, quien mejor jugó en esta temporada, por mucho que haya disfrutado el regreso de los entrañable Tigres de la UANL, fueron los Pumas.
Me quedo por supuesto con el truco cuántico de los Pikolines, quienes han demostrado que una sola persona puede ser portero y defensa a la vez; me quedo con la decadencia sansónica de Martín Bravo; me quedo con la fuerza y la tajada de Darío Verón; me quedo, a güevo, con ese gol ya legendario de Cortés y sus otros goles, pero me quedo sobre todo con el coraje y el ejemplo de Francisco Palencia, quien para mi representa lo que debe ser todo deportista en un equipo: el corazón desparramado por la cancha.
No fui al Ángel a celebrar, porque soy más feliz celebrando con mi hijo, mi hermano, mi primo y mis amigos, que aventando mi devoción en la calle frente a un grupo de extraños. Pero eso es porque soy muy mamón, y un pinche reprimido, que si aflojara yo el ano un poquito estaría todavía colgado del Ángel vociferando como un troglodita: “Cómo no te voy a querer”.
Yo entré a a UNAM en la peor época de mi vida, en la más triste. A la UNAM no sólo le debo mi profesión, sino quizá, el haberme salvado, y el haberme hecho ver que la vida, la cuál no elegimos, que es un arbitrario accidente, no tiene remedio, y hay que ir por ella de la mejor manera posible.
Yo soy Puma entonces, con furia y arrebato. Soy Puma más allá del futbol y del equipo, por eso para mí el futbol mexicano es muy sencillo: se limita a lo que los Pumas hagan o dejen de hacer. Sigo sin rendirme al futbol, pero si los Pumas pierden me enfurezco, y si ganan, mi día es más redondo y azul y oro. Para mí el resto de los equipos pueden rodar y rodar, ni me entero.
Esta temporada la gocé mucho más. Mi hijo se ha convertido en un obseso del fut, y en casa se acata con gusto la regla de oro: no hay otro equipo mas que los pumas (bueno, Julián tiene al Barça, pero qué importa). El caso es que este torneo es el primero que Julián sigue con todo detalle, y cuando digo con todo detalle, es literal, Julián es un cirujano de los datos y las jugadas, ad naseaum.
Creo que la pasión por un equipo deportivo es absolutamente irracional, un comportamiento incivilizado. No puedo aceptar que a la razón se anteponga el gusto por una disciplina cuyo objetivo es vencer a los contrarios. Aunque sea remota la posibilidad, entre los aficionados al espantoso “América” podría encontrarme a alguien que sea política y culturalmente más cercano a mí que en la Rebel, y sería idiota alienarlo sólo por su filiación futbolística (que en este caso, tal idiotez es perfectamente justificada).
Esta irracionalidad es mayor aún en tratándose del fútbol mexicano, gobernado por mafiosos que más que jugar futbol buscan cobrar lo más posible por la publicidad, para luego lamentarse del deplorable nivel internacional de la incorregible “Selección Nacional”.
Pero por más que quiero convencerme de lo contrario, el equipo más cercano a un auténtico grupo de futbolistas que entrenan a futbolistas para jugar fútbol, más allá de otra consideración, son los Pumas. La afición que sigue a su equipo con una pasión muy cercana a la razón, es la de Pumas, y sin duda, quien mejor jugó en esta temporada, por mucho que haya disfrutado el regreso de los entrañable Tigres de la UANL, fueron los Pumas.
Me quedo por supuesto con el truco cuántico de los Pikolines, quienes han demostrado que una sola persona puede ser portero y defensa a la vez; me quedo con la decadencia sansónica de Martín Bravo; me quedo con la fuerza y la tajada de Darío Verón; me quedo, a güevo, con ese gol ya legendario de Cortés y sus otros goles, pero me quedo sobre todo con el coraje y el ejemplo de Francisco Palencia, quien para mi representa lo que debe ser todo deportista en un equipo: el corazón desparramado por la cancha.
No fui al Ángel a celebrar, porque soy más feliz celebrando con mi hijo, mi hermano, mi primo y mis amigos, que aventando mi devoción en la calle frente a un grupo de extraños. Pero eso es porque soy muy mamón, y un pinche reprimido, que si aflojara yo el ano un poquito estaría todavía colgado del Ángel vociferando como un troglodita: “Cómo no te voy a querer”.
miércoles, 18 de mayo de 2011
¿Quién Será El Nuevo Jefe del FMI? Hagan Ssus Apuestas
Por andar de cola florida, el baboso de DKS (Dominique Strauss Kahn) va a tener que dejar la jefatura del FMI, y de paso, le abre el paso al infumable de Sarkozy, quien ya está remontando en las encuestas a costa de los tarados de los socialistas que habían apostado su renacimiento en la hormona reverdecida de DSK.
¿Quién sucederá al francés en el FMI? Desde que se fundó, junto con el Banco Mundial, el FMI ha sido dirigido por un europea, y el BM por un gringo. Los franceses están haciendo lo posible por mantener esta posición, e intentan que Christine Lagarde, la muy picuda ministra de finanzas de ese país, reemplace al sátiro de DSK.
The Economist publica un cuadro con los momios de quién podría suceder a DSK. La lista la encabeza el ministro de finanzas de Turquía y la cierra, válgame la Virgen, Agustín Carstens.
Hagan sus apuestas. Yo creo que la Lagarde se va a imponer.
¿Quién sucederá al francés en el FMI? Desde que se fundó, junto con el Banco Mundial, el FMI ha sido dirigido por un europea, y el BM por un gringo. Los franceses están haciendo lo posible por mantener esta posición, e intentan que Christine Lagarde, la muy picuda ministra de finanzas de ese país, reemplace al sátiro de DSK.
The Economist publica un cuadro con los momios de quién podría suceder a DSK. La lista la encabeza el ministro de finanzas de Turquía y la cierra, válgame la Virgen, Agustín Carstens.
Hagan sus apuestas. Yo creo que la Lagarde se va a imponer.
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