La boca, con lo cachonda que es, es lo de menos. Carly Simon era una belleza sin excusas, instantánea y maravillosa. El aire de los tiempos obligaba a ese tono a-la Farra Fawcett, pero mi Carly no se detenía allí, flotaba vana sobre todas.
Con un linaje que habría cruzado el Holocausto sin mancharse (hija de padre judío y madre alemana-afroamericana), el cruce genético era la marca de la Simon.
Muy joven sedujo al proto musulmán de Cat Stevenes, y se fajó muy cachonda a casi todo el santoral de galanes de los 70s: Kris Kristofferson, Mick Jagger y a Warren Beaty, antes de acabar en los brazos de James Taylor, con quien procreó dos hijos, pero mi Carly florecía sola, nunca dependió de los hombres a su lado, y seguro a alguno de ellos le dedicó su enorme éxito: “you’re so vain”.
Les dejo a mi Carly con esa portada riquísima, de uno de sus álbumes más exitosos: No Secrets, que resume en una foto cómo brotaban mis mujeres fetiche de los 70’s: como galaxias en flor.
Con un linaje que habría cruzado el Holocausto sin mancharse (hija de padre judío y madre alemana-afroamericana), el cruce genético era la marca de la Simon.
Muy joven sedujo al proto musulmán de Cat Stevenes, y se fajó muy cachonda a casi todo el santoral de galanes de los 70s: Kris Kristofferson, Mick Jagger y a Warren Beaty, antes de acabar en los brazos de James Taylor, con quien procreó dos hijos, pero mi Carly florecía sola, nunca dependió de los hombres a su lado, y seguro a alguno de ellos le dedicó su enorme éxito: “you’re so vain”.
Les dejo a mi Carly con esa portada riquísima, de uno de sus álbumes más exitosos: No Secrets, que resume en una foto cómo brotaban mis mujeres fetiche de los 70’s: como galaxias en flor.
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