Casi la tercera parte de los bonos de deuda soberana en el mundo están pagando a los inversionistas tasas negativas. Eso quiere decir que quien está pagando es el inversionista, no el emisor. El gobierno alemán, el danés, el sueco, el japonés, entre otros, están pidiendo prestado y les pagan por hacerlo. Los inversionistas están dispuestos a pagarles a los gobiernos para prestarles. Es el mundo al revés. Es la economía que no nos enseñan en la escuela porque nadie pensó que podía ocurrir. Pero el dinero gratis no es tan buena cosa. Como veremos aquí.
Si la tasa de interés es cero o negativa, lo normal es esperar un aumento en la demanda de crédito por parte de empresas y familias que sirva para que la economía crezca más. Y sin embargo, cuando las tasas de interés están demasiado bajas el comportamiento de los agentes puede ser muy extraño.
Un préstamo tiene dos partes: el prestamista y el prestatario. Para el prestatario una tasa de cero por ciento es una excelente noticia, pues sólo deberá pagar al final del plazo el monto principal. Pero para el prestatario una tasa de cero significa que no gana nada al emprestar sus fondos. Si no gana nada: de dónde va a sacar dinero para pagar sus gastos operativos, el costo de capital y el costo regulatorio que le impone el gobierno? Tasas demasiado bajas (y negativas peor aún), en principio crean incentivos para tomar crédito, pero por el lado de los bancos, desincentivan la activación de créditos nuevos para la economía. Con tasas negativas a los bancos les resulta mejor quedarse con los fondos en su balance en lugar de pagar para prestar.
Pero no son únicamente los bancos quienes se comportan de manera extraña cuando las tasas son negativas. Los individuos ahorran para consumir en el futuro. Y parte de ese consumo se dará cuando dichos individuos estén retirados y ya no tengan otros ingresos mas que los que le generan sus ahorros. Con tasas de interés altas un individuo hoy sabe que sus ahorros le darán para comer en su retiro. Pero con tasas negativas el individuo solo mira cómo su ahorro pierde valor y entonces no tiene otro remedio mas que aumentar hoy sus ahorros.A pesar de que el banco central quiere que él ahorre menos y gaste mas para relanzar la economía, con tasas negativas los individuos, que están ahorrando para su retiro, se comportan al revés.
Hace cincuenta años, cuando los macroeconomistas comenzaron a pensar el impacto que la política monetaria tenía sobre la decisión de ahorro/consumo, la esperanza de vida era sensiblemente menor, y los teóricos no tenían por que preocuparse por estas paradojas.
Keynes por ejemplo, murió a los 62 años, sin haber vivido un solo día de retiro (como mi padre), por lo que él mismo no tuvo que decidir entre ahorrar más hoy o consumir más para cuidar su retiro. Hoy, que en algunos países, sobre todo aquellos en donde la tasa de interés es negativa, la esperanza de vida es casi de ochenta años, por lo que el retiro, durante el cual ya no hay ingresos y se vive de lo que se ahorró y capitalizó, es crucial para los individuos.
Para los inversionistas comprar bonos con tasas negativas puede ser un peligro. Pues si resulta que tales tasas son una anomalía y dentro de algunos años las tasas subirán, ellos sufrirán pérdidas de capital considerables pues el precio de los bonos y las tasas se mueven en dirección inversa.
De fondo las tasas de interés demasiado bajas, tan bajas que pueden ser negativas, parecen reflejar un problema serio. Keynes creía, y creo que está en lo correcto, que la tasa de interés estaba ligado al rendimiento del capital. Si tiene razón entonces la eficiencia del capital en la economía contemporánea es extremadamente baja, negativa incluso, lo que explicaría que estemos dispuestos a pagar precios estratosféricos por negocios como Apple y Amazon, cuyo rendimiento de capital es superior al promedio.