Las guerras se ganan con ejércitos y con dinero, y por una diversidad de razones México es notoriamente menor en esos dos aspectos en el comparativo mundial. Quizá la baja capacidad militar mexicana obedezca a la vecindad con la mayor potencia bélica del mundo: los Estados Unidos. Pero es difícil explicar cómo México, una de las mayores economías del planeta cuente con un sistema financiero tan infra-desarrollado. La penetración, cultura, y alcances del sistema bancario y financiero domésticos son similares a los de países con nivel de desarrollo muchísimo menor. Mas que un acertijo, es una vergüenza.
Por su población México es el onceavo mayor país del mundo. Por el tamaño de su economía, se ubica en la posición quince o dieciséis entre todos los países. México es una potencia exportadora, y uno de los mayores destinos de inversión extranjera directa. Si omitiéramos a las mayores economías, México es sin duda dentro de las llamadas economía emergentes, una verdadera potencia. Su inclusión en el G-20, el grupo de países más relevantes es un reconocimiento del peso tan relevante que nuestro país tiene en la arena global.
Pero un vistazo a algunos indicadores muestra el alarmante e inconcebible rezago que la población y la economía mexicana tienen en un sector clave para la competitividad general: el financiero.
Mientras que en los países nórdicos prácticamente el ciento por ciento de la población tiene una cuenta bancaria; en un país que sufren embargo económico como Irán éste índice cae a 93 por ciento; en el país con mayor número de pobres del mundo, la India, el porcentaje de cuentahabientes bancarios se derrumba a 79 por ciento; en la diezmada Venezuela tan solo el 73 por ciento de la población posee cuenta en el banco; mientras que en uno de los países más pobres del mundo, Rwanda, el porcentaje se desploma a 36.7 por ciento.
¿Por qué en México sólo el 35.4 por ciento de los habitantes tienen una cuenta bancaria? ¿Por qué y cómo es posible, que la quinceava economía del mundo ocupe el lugar 101 en ese indicador crucial para la salud financiera de la población y de la economía en general?
Quizá el anterior sea el indicador más dramático y vergonzoso de la ínfima penetración del sector bancario en México. Pero otras cifras ayudan a terminar de ilustrar la calamidad: en Canadá (el líder en este tema) el 83 por ciento de las personas mayores de quince años cuentan con tarjeta de crédito; en Estados Unidos la cifra es de 67 por ciento; mientras que en España llega al 54 por ciento. En Perú el índice es del 11 por ciento y en Tailandia, del 10 por ciento. En México, que ocupa la posición 73 de 142, el dato es de un mínimo 9.53 por ciento.
Pero la banca mexicana no discrimina, no únicamente da tarjetas de crédito a un porcentaje mínimo de la población, a todo el sector privado trata por igual. El crédito al sector privado como porcentaje del PIB llega a alcanzar hasta 200 por ciento en Estados Unidos y Hong Kong; y en países centroamericanos como Costa Rica (62 por ciento), Honduras (58 por ciento) y El Salvador (52 por ciento), en donde el desarrollo es escaso dicha penetración se desploma. Pero ¿cómo es posible entonces que los extremadamente rentables bancos mexicanos, que llenan de ganancias a sus matrices, solo den crédito al sector privado por el equivalente de 35.3 por ciento del PIB? Por debajo de países como las Islas Salomón, Paraguay y Nicaragua, los bancos en México son un mínimo contribuyente al crecimiento económico y seguramente son una de las principales razones que explican el bajo PIB potencial que aqueja a la economía nacional.
El único rubro en donde la banca de México ocupa un lugar en los primeros lugares es en la comparativa de países en donde los activos bancarios pertenecen a los extranjeros, ubicándose en la posición 28.
Sean nacionales o extranjeros, los bancos en México no cumplen la función para los que el gobierno les autorizó la licencia. No prestan. Ganan mucho dinero. No les va nada mal. Pero ganan por otras razones., no por dar crédito, y lo que mueve a las economías modernas sin dudarlo, es el crédito. Por ciento, el gasto militar mexicano representa tan sólo el 0.52 por ciento del PIB, el lugar 134 del mundo, pero este gasto no es una variable que empuje al resto de la economía como lo hace la penetración financiera en las empresas, familias y consumidores. ¿Qué hacemos con los bancos en México para que presten? ¿Alguna idea?
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