Si tuviéramos un gobierno con imaginación e iniciativa, deberíamos de haber hecho lo que están haciendo los canadienses. Pero no, estamos dirigidos por un equipo que sigue pensando que lo mejor es hacer lo menos posible.
Vean esta nota, los canadienses van a apoyar a GM y a Chrysler con 3,3 mil millones de dólares con el fin de salvar la actividad de esas empresas en su territorio.
Enrique Krazue, que siempre mira nada más para un lado, dijo alguna vez que el último marxista del mundo iba a morir en una universidad mexicana. Lo mismo, exactamente lo mismo, puede decir Krazue respecto de los neoliberales. Los últimos creyentes de que el mercado se debe arreglar a sí mismo, se encuentran en este gobierno y en algunas universidades mexicanas.
Deberíamos de ayudar a GM y a Chrysler para salvar los empleos en Toluca, en Saltillo, en Silao, en Chihuahua.
Pero imaginación y talento quizá sea mucho pedirle a este gobierno.
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