El viernes en la tarde, a las 2:30 pm, el INEGI publicó las cifras del Igae para el mes de enero. A esas horas los mercados financieros ya habían cerrado, la mayor parte de la gente iba a comer, y se aprestaba probablemente a no regresar a sus oficinas para aprovechar el viernes en la tarde. Por esa razón el dato del Igae no tuvo un impacto mayor. Pero créanme, va a tenerlo.
La cifra del Igae de enero, la cual muestra que la economía se contrajo un desastroso 9.5% en el primer mes del año deberá de ser leída, si bien a lo mejor no por el gobierno, si por los mercados, al menos de las siguientes maneras:
a) la recesión será peor de la que incluso muchos como yo, que estábamos muy pesimistas, lo habíamos imaginado. Independientemente de si el gobierno deja a un lado su metáfora del “catarrito”, esta recesión provocará una caída del PIB superior al 5% en el 2009,
b) No va a haber de otra: el Banco de México va a tener que reducir, y muy pronto, sus tasas de interés, y lo hará de manera sustantiva, reduciéndolas por debajo incluso del 5% antes del fin del año,
c) Lo anterior significará que el peso se depreciará en contra del dólar, al mismo tiempo que se reducen las reservas internacionales del Banxico y éste comienza a usar la línea de swap por 30 mil millones de dólares que tiene con la FED. No es improbable que veamos al dólar romper la barrera de los 16 pesos en los meses siguientes, y aún ir más allá,
d) El Banxico deberá de usar sus reservas y la línea de swaps de manera muy inteligente, con el fin de ordenar el desliz cambiario. Tratar de evitar una depreciación del peso es ponerle puertas al campo, más vale aceptar que, si Banxico va a bajar las tasas para evitar una mayor parálisis económica, el peso deberá de ser quien pague la factura, y con ello la inflación, no va a haber de otra en el mediano plazo
e) La inflación será mayor a la que Banxico desea, y por tanto va a haber una baja en los salarios reales, pero
f) La gran interrogante aquí es qué tanto permitirán las Afores y las grandes mesas de dinero del mercado que suban las tasas de interés de corto plazo para ofrecer tasas de ahorro positivas que desincentiven una corrida hacia el dólar
Pero lo peor de las implicaciones anteriores es el corolario resultante: a diferencia de otras crisis, como la espantosa recesión de 1995, ésta no va a ser tan fácil de resolver.
En 1995 México tenía básicamente un solo problema, el tipo de cambio sobrevaluado (el cual implicaba tros desequilibrios, pero todos se sintetizaban en ese). Una vez que México devaluó, la corrección de ese desequilibrio permitió que México se trepara al tren bala de la economía nortemaricana, la cual crecía a tasas cercanas al 5-6% anual e impulsaba al crecimiento económico más sólido de la economía global desde la post-guerra .
Ese pequeño detalle es el que va a hacer la diferencia entre la crisis del 95 y la crisis actual: el crecimiento de los EEUU, que en el 96 hizó que México retomará el crecimiento de manera espectacular, se encuentra completamente ausente en este momento, y no va a regresar en el mediano plazo.
Tomen en cuenta lo siguiente: durante los últimos diez años, casi tres cuartas partes del crecimiento económico de los Estados Unidos se debió al apalancamiento, lo que trajo por ejemplo, entre otras cosas, que hasta el 2007, el sector bancario duplicara su participación porcentual dentro del PIB.
Hoy el peso del sector financiero dentro del PIB estadounidense se ha reducido a la tercera parte, o menos, del que llegó a tener en su cúspide hace dos años. Lo anterior significa que éste sector no proveerá el financiamiento suficiente para que la economía de nuestros vecinos crezca al ritmo al que venía creciendo hasta el 2007, que ya de por sí era menor al ritmo que crecía en los años 90 del siglo pasado.
Si con los Estados Unidos creciendo al 4%, la receta económica mexicana no podía crecer más allá del 3.5%, un crecimiento apenas perceptible de nuestros vecinos (inferior al 2% anual) significaría un pálido 1-2% en términos locales. Eso en el mejor de los escenarios.
Debido a lo anterior es que los mercados bursátiles se equivocan: el rally que hemos visto después de que el Dow Jones llegó a mínimos de 12 años, a los 6,500 puntos, era de esperarse por razones técnicas, y probablemente el entusiasmo lleve al Dow a franquear la marca de los 8,000 puntos en los próximos días (aunque no es muy probable), pero aquellos que estén esperando el regreso de un “bull market”, se van a quedar esperando.
Los inversionistas tienen en la cabeza el proceso de recuperación que presenciamos en los últimos 20 años: una recesión breve, seguido de una retomada de la expansión aún más fuerte que el ciclo precedente, lo cual implicaba en términos de los precios de las acciones, que luego de un ajuste en mercado bear le proseguía un mercad bull que rompía con las cimas precedentes.
Pero no será así esta vez: dado que como mencionábamos, el apalancamiento excesivo, que fue el alimentador del grueso del crecimiento marginal de los últimos años, ya no regresará por un período muy largo de tiempo, nos dirigimos a un período de bajo crecimiento secular en los Estados Unidos, y por lo tanto, en México, a menos que descubramos lo que hemos ignorado por ya demasiado tiempo, que existe más potencial en el mercado interno y en el gasto en infraestructura del que podemos derivar de la demanda externa en estos momentos harto complicados.
2 comentarios:
Hola.
¿Crees que después de todas las inversiones que salieron del país después de la quiebra de Lehman, todavía se pueda ir suficiente dinero por una baja en las tasas mexicanas como para llevar el dólar a los 16 pesos?
Me parece cierto lo que dices acerca del endeudamiento que tiene EUA y esa parte ya no va a ser factible en el corto y mediano plazo, es decir se pierde la fuente primordial del crecimiento en el mundo y para México. Sin embargo, me parece que es una excelente oportunidad para ver a los mercados emergentes, de acuerdo a la balanza comercial el comercio (desgraciadamente las importaciones) han crecido de forma dinámica con Europa y la región asiática, que si bien de igual forma están padeciendo, que si bien es mundial, tiene menos cabezas que cortar (sector automotriz, financiero, fraudes piramidales, etc.) en Europa y Asia que en EUA me parece que es importante que el país y en esto me refiero al gobierno y empresarios vean estos mercados como oportunidades y no como retos que siempre los han asustado y se han conformado con venderle y depender de EUA.
SALUDOS.
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