A lo más que puede aspirar alguien que escribe es a contar con lectores inteligentes. Yo tengo al menos uno, Ricardo Medina. Sensible al estilo, Ricardo me pide referencias sobre el texto en que Borges se arrepiente de aquella infeliz, pero preciosa frase de que la democracia es un abuso de la estadística.
El texto del argentino es tan bello, que creo que merece publicarse como un post aparte, o para alguien como yo, borgeano irredento, es un pretexto para que su nombre aparezca de nuevo en este modesto blog. Va la referencia, Ricardo.
Tras el triunfo de Alfonsín en las elecciones, en un artículo publicado por Clarín el 22 de diciembre de 1983 titulado "El último domingo de octubre", Borges escribía:
"Escribí alguna vez que la democracia es un abuso de la estadística; yo he recordado muchas veces aquel dictamen de Carlyle, que la definió como el caos provisto de urnas electorales. El 30 de octubre de 1983, la democracia argentina me ha refutado espléndidamente.
"Es casi una blasfemia pensar que lo que nos dio aquella fecha es la victoria de un partido y la derrota de otro. Nos enfrentaba un caos que, aquel día, tomó la decisión de ser un cosmos. Lo que fue una agonía puede ser una resurrección. La clara luz de la vigilia nos encandila un poco. Nadie ignora las formas que asumió esa pesadilla obstinada.
"Tantos años de iniquidad o de complacencia nos han manchado a todos. Tenemos que desandar un largo camino. Nuestra esperanza no debe ser impaciente.
"Asistiremos, increíblemente, a un extraño espectáculo. El de un gobierno que condesciende al diálogo, que puede confesar que se ha equivocado, que prefiere la razón a la interjección, los argumentos a la mera amenaza.
"La esperanza, que era casi imposible hace días, es ahora nuestro venturoso deber".
3 comentarios:
Edgar;: Muchas gracias por la referencia, Por supuesto no la conocía. Y gracias, además, porque esta cita que rescatas me ha permitido conocer otra frase terrible, pero lúcida, sobre la democracia, ésta de Carlyle: el caos provisto de urnas electorales.
Saludos y de nuevo gracias por la atención,
RMM
En Borges existen al menos otras dos referencias a su desencanto con la democracia: Su melancólico cuento “El congreso” (publicado en 1975) y su trabajo titulado “Nuestro pobre individualismo” (escrito en 1946) en el volumen “Otras inquisiciones”, específicamente el pasaje: “Sin esperanza y con nostalgia, pienso en la abstracta posibilidad de un partido que tuviera alguna afinidad con los argentinos; un partido que nos prometiera un severo mínimo de gobierno.” (Donde además muestra su preferencia por un Estado reducido). La desilusión es constante.
Es verdad, puede ser que el arrepentimiento de Borges se haya dado por el “regreso de la democracia a argentina”, pero dado su escepticismo natural puede ser que esa fe renovada haya sido detonada por la cercanía de la muerte, como en esos ancianos apostatas que al estar cerca del final renuevan la fe en su Dios.
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