domingo, 27 de enero de 2013

Domingos Rancheros: Doble Frankestein, Pedro Infante y El Recodo

En el año 1995, mientras la economía mexicana se encontraba en medio de su peor colapso, el enorme Cruz Lizarraga, quien casi solito definió un género que hoy rivaliza con el ranchero como impronta de lo nacional, dejaba huérfana a su creación, la Banda El Recodo.

Pedro Infante nunca grabó con tambora. Nunca grabó canción alguna con la entonces poco conocida Banda El Recodo. En aquellos años la tambora era una excentricidad reservada a cantantes como Luis Perez Meza, pero que comenzaba a abrirse paso en la música popular al punto que el Maestro José Alfredo Jimenez grabó dos discos con la tambora sinaloense.

No se si fue en 1995 o en 1997, cuando a alguien de la disquera Warner Brothers se le ocurrió un doble Frankestein: resucitar en un disco a dos de los iconos de la música popular mexicana en un disco que no se grabó nunca, pero que no podía dejarse de grabar.

Poner sobre las pistas grabadas con la voz del de Guamúchil, la música de El Recodo es de esas ideas tan obvias que sorprende ver cuánto tiempo tardó en llevarse a cabo.



El disco “Pedro Infante y la Banda el Recodo” es un gran Frankestein. Poner juntos a dos muertos a hacer música pocas veces fue tan exitoso. Casi todo el disquito vale la pena, pero les dejo mi favorita, la versión á la Cruz Lizarraga de “Di que No”, para bailarse como se baila en Los Mochis: parejito, parejito.


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