Durante un largo tiempo la discusión sobre
las bondades y perversiones de la industria maquiladora permearon el ámbito
académico mexicano. Con el curso de los años la discusión amainó, y la
industria maquiladora evolucionó hasta convertirse en una parte indisoluble de
la economía nacional, y una de las piezas claves de la incrustación de México
en la economía global . La maquiladora representa 4.2% del PIB total (es decir,
es equivalente al PIB de dos estados promedio del país), pero representa un
sólido 23.6% del PIB manufacturero, y un sorprendente 64% de las exportaciones
manufactureras totales de México. Pero el país de la maquila sigue
incomunicado.
El corazón de la maquiladora es la larga
franja que abarca la frontera norte del país, la zona cantada por el Piporro:
de Tijuana a Ciudad Juárez, de Ciudad Juárez- Laredo, de Laredo a Matamoros
(sin olvidar a Reinosa). Es la línea más larga de la geografía de nuestro país,
allí donde México se extiende 2,522 kilómetros entre el océano Pacífico y el
Atlántico (poco menos por ejemplo que la distancia entre Madrid y Varsovia).
Si una maquiladora en Tijuana quiere
enviar un cargamento a otra maquiladora en Matamoros, no hay forma de hacerlo
del lado mexicano. No existe una carretera que una a las dos ciudades
fronterizas extremas de nuestra geografía.
¿Qué dice de nuestro centralismo? ¿Qué
implicaciones económicas, militares, de seguridad nacional, fiscales,
culturales y humanas tiene el hecho de que en más de doscientos años de vida
independiente y más de ciento cincuenta años del establecimiento de la frontera
existente México no sea capaz de conectar los dos extremos de la frontera norte
por tierra?
Lo más cercano que existe es la carretera
federal 2, pero éste camino se interrumpe entre Ciudad Acuña, Coahuila, y El
Porvenir, Chihuahua, una brecha de 600 kilómetros en donde no es posible
comunicarse vía terrestre del lado mexicano. Los dos tramos discontinuos de la
carretera federal 2 miden 1,963 kmts, y su anchura no es uniforme, sus
especificaciones cambiantes.
Si se usa internet para planear un viaje
por carretera de Tijuana a Matamoros, la respuesta es una línea que sale de San
Diego y llega a Brownsville, a lo largo de la interestatal 10 que atraviesa la
frontera sur de los Estados Unidos. Esa es la ruta sugerida por los buscadores
de internet y esas es sin duda la ruta que las empresas que mueven mercancías
del Atlántico al Pacífico por el país de la maquiladora.
En Estados Unidos la interestatal 10 conecta
la costa de California en el Pacífico con la costa Atlántica de Florida, y sus
ramales hacen muy sencillo conectar cualquier punto de la frontera sur de los
Estados Unidos. La historia de ésta autopista es la unión de varios segmentos
estatales en los inicios de la década del sesenta, por lo que el sur de los
Estados Unidos puede conectarse por carretera de un océano al otro desde hace
más de cincuenta años de manera eficiente y continua.
Geográficamente completar la carretera
federal 2 y ampliarla para que tenga una anchura que sirva como una palanca
para el desarrollo y la potenciación de la franja maquiladora es una labor muy
complicada. Económica y presupuestalmente es una proyecto de proporciones
estratosféricas. La rentabilidad social y económica de construirla sin embargo
es probablemente tan alta que es uno de los proyectos que deberían de ser
prioritarios en la agenda de infraestructura de la nación.
Quizá la frase más famosa de J.M. Keynes era
aquella que decía que para reactivar la economía había que hacer hoyos y
volverlos a tapar. Podemos hacer algo mejor que eso: podemos conectar nuestra
frontera norte, en donde se produce casi la sexta parte del PIB del país, en
dónde se produce casi la tercera parte de las exportaciones. El Piporro cantaba
en “Chulas Fronteras” cómo llegar de Tijuana a Matamoros en varias etapas.
Vicente Fernández en “Los Mandados” trova sus entradas por varios puntos de la
frontera. Ambos cantantes mienten: no es posible recorrer nuestras fronteras
por tierra sin tener que recorrer un tramo radial hacia el centro del país. Es
un corredor económicamente neurálgico para el país; es una cuerda de la cual
depende nuestra seguridad nacional; es la extensión continua más larga de
México; es un mosaico cultural riquísimo: ¿Por qué no lo conectamos por tierra con una buena
carretera?
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