(Para Mauricio Esquenazi y Felipe García)
De manera intermitente me permito en esta columna de El Semanario, escribir sobre algunas estrategias de inversión puntuales. Creo que hasta el momento las recomendaciones que he emitido en estas páginas no han sido desafortunadas, así que cuando estamos en las puertas del verano, me gustaría hacer algunas recomendaciones precisas de acciones y estrategias que creo que pueden funcionar, y el porqué.
Primero déjenme platicarles qué pienso del mercado en general, pues basado en esas premisas dependerán varias de las recomendaciones. Sigo creyendo, como lo escribí en una columna anterior, que “a este rally se le está terminando el combustible”. El casi 40% de alza que hemos visto desde los aciagos mínimos de marzo se encuentra sostenido por el siguiente cálculo: la recuperación económica va a ser rápida y vigorosa, y ya está en camino.
Del enunciado anterior sólo es cierta la última parte: la recuperación económica ya está en camino. Pero sólo en el siguiente sentido: las cosas ya no se pondrán peor, ya no veremos una crisis bancaria sistémica, si bien seguiremos viendo, aquí y allá, bancos quebrados. Ya no veremos la bancarrota de hipotecarias, si bien en algunos lados saldrán noticias de algunas entidades yéndose al caño.
Pero el mercado está reaccionando pavlovianamente, con reflejos condicionados. Durante los últimos veinte años o más, toda recesión económica estadounidense fue breve, bonita y barata. Duraba poco y, tras ella, la economía parecía crecer con bríos renovados. Esta no será igual.
La expansión económica de las últimas dos décadas descansó sobre un desperfecto que está comenzando a corregirse, pero que tomará tiempo en volver a funcionar: el excesivo endeudamiento de las familias estadounidenses. Durante los últimos seis meses, la tasa de ahorro de EU ha pasado de ser negativa, a ser casi de 6%. Ninguna economía en el mundo, ninguna, tiene tanta flexibilidad, yo esperaba que la restitución de la tasa de ahorro sería más lenta de la que hemos visto, y la velocidad con la que están ahorrando los estadounidenses atestigua su cultura financiera y la flexibilidad de su sistema económico.
Dicho lo anterior, es justo el remedio lo que provoca la inevitable enfermedad. Tras dos décadas de despilfarro, llega la frugalidad, y el ahorro se traducirá en un crecimiento mediocre y por debajo del potencial, por al menos unos cinco años en el futuro.
Abusando de la tipografía indoarábiga para describir la dinámica económica, mientras que el mercado está esperando una recuperación en “V”, lo que vamos a tener es una chata “W”, y cuando el mercado se de cuenta de ello, lo cual ocurrirá este verano, vamos a abandonar los máximos de abril y mayo y ver un ajuste de al menos 10%.
No vamos a ver los mínimos de marzo, puesto que no tendremos un escenario de quiebras bancarias como las que se temían. Pero las acciones que más subieron en este rally son las que más van a bajar.
Debido a lo anterior, mi recomendación para el verano es escoger las pocas acciones baratas en el mercado. Aquellas que no han subido como la espuma y alcanzado precios casi de burbuja. Aquellas acciones con sólida caja, buenos dividendos y que por alguna razón el mercado ha dejado pasar.
Van entonces las recomendaciones, básicamente consistentes en acciones de Nueva York, la Bolsa Mexicana y algunos otros mercados.
Mis favoritas son las de telecomunicaciones: AT&T tiene un dividendo/precio superior a 6.5%, mejor que un bono; y su rival Verizon tiene un dividendo/precio de casi 6%; en México Telmex ha sido una de las acciones que peor desempeño ha tenido del 1 de enero a la fecha, y el mismo argumento vale para su tenedora, Carso Telecom, las cuales son mis dos acciones preferidas en este momento en la bolsa.
La otra acción de la bolsa mexicana que me gusta, pero que ha subido mucho en los últimos días, es Asur, el operador del aeropuerto de Cancún. Si en la fecha que leen esto Asur ha subido de 40 dólares por ADR, mejor le recomiendo a una de las grandes favoritas de Warren Buffet, y que extrañamente está muy poco demandada: Johnson & Johnson. Ahora, si usted quiere echarse un volado, compre Axtel.
Hay otras dos acciones que tienen un panorama incierto en el corto plazo debido a la forma final que podría tener el sistema de salud estadounidense, y debido a ello han sido ignoradas en el rally de los últimos tres meses, pero que creo que independientemente de ello, a los precios actuales son compra sin duda: Merck y Pfizer.
Dos últimas recomendaciones, la emproblemada Boeing, que ha tenido retrasos gravísimos para su Dreamliner 787, y que ha sido castigada severamente. A lo mejor sigue castigada, pero si baja de 41.50 dólares, cómprela, al terminar el verano usted va a sonreír.
Van entonces 10 acciones para comprar mientras usted se lee sus libros del verano en su retiro de playa o donde esté. Que tenga buen verano, y buenos dividendos por estas recomendaciones.
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