En estos días en que todo mundo habla y dice cosas sobre las elecciones en el Estado de México, sería bueno escuchar lo que dicen los números.
Empecemos por los siguientes: hace seis años, cuando Peña Nieto es electo gobernador, la izquierda tuvo cerca de 24-25% de la votación, mientras que el PAN casi llegó a 35%.
En esta elección la izquierda logró el 22%, mientras que el PAN se desplomó al 12%. En otras palabras la izquierda no logró incrementar su porcentaje, pero se mantuvo en un nivel relativamente similar al de hace seis años. No hay mucho que presumir por parte de la izquierda, pero al menos su porcentaje tuvo sólo una baja moderada.
Pero vean al PAN: el voto pasó de 34.3% del total hace seis años, a un magro 12% en esta elección, una diferencia abismal de 23 puntos porcentuales.
Peña Nieto tuvo el 41.06% de los votos, mientras que Eruviel Avila conquistó un sorprendente 62.6%, una diferencia de 21 puntos porcentuales.
Así nomás de ojo, esos 21 puntos porcentuales que gana de una elección a otra el PRI, y esos 23 puntos porcentuales que pierde el PAN algo tendrían que ver. ¿O no?
¿Sería muy aventurado decir que el electorado de izquierda en el Edomex permaneció firme y que si bien no fueron capaces de llamar a otros votantes, los seguidores de la izquierda son relativamente estables?
¿Y sería muy descabellado afirmar que la gran mayoría de los votantes que de manera abrimadora sufragaron por el PRI y la candidatura de Eruviel, vinieron de la cuenta panista de hace seis años?
Quien le reclama a la izquierda su falta de visión política y su ineficiencia en esta elección valdría la pena que pensaran en la hipótesis de que quien encumbró al PRI y a Eruviel fueron los votos panistas, quienes se pasaron en masa a la opción tricolor.
La segunda serie de números es la siguiente: el padrón electoral mexiquense aumentó en aproximadamente 175 mil electores en estos seis años, mientras que la diferencia de votos entre los recibidos por Peña Nieto y Eruviel Avila, fue de prácticamente un millón de votos. Es decir, Eruviel tuvo que haber ganado a todos los electores nuevos y haber convencido a 825 mil votantes de otros partidos para tener el número de votos que tuvo.
Lo anterior demuestra que hubo un cambio masivo de votos de un partido a otro, y no es difícil ver entonces que lo que pasó en el Edomex es que el PRI convenció a los panistas, más que a la izquierda.
Eso dicen los números. Muy claramente. ¿Entonces por qué hablan tanta tontería los analistas políticos?
1 comentario:
Si Encinas hubiera caminado sobre las aguas dirían que no sabe nadar, la cosa es joder! Muy buen análisis Un abrazo!
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