La historia da vueltas siempre, a veces de manera caprichosa. La historia se repitió, la primera vez como tragedia, esta segunda vez, como epopeya.
La vida es curiosa: en la final de México en 1970, en el partido Brasil contra Alemania, ganada por los brasileños, la imagen más perdurable de ese momento no es la de los victoriosos, sino la de los derrotados. La imagen que perdura y perdurará siempre es la del indomable Kaiser, Franz Beckenbauer, quien luxado del hombro, en pleno dolor, se niega a abandonar el campo y juega el partido con un cabrestillo que le sujeta el hombro, en una de las imagenes icónicas de la historia del fútbol.
En este mundial sub 17, los nietos de Beckenbauer se enfrentaron a México, esperando como es su costumbre, vencerlo. Pero de manera completamente insospechada, quien acabó enterrándolos fue el heredero del Kaiser: el gigantesco Julio Gómez.
El alma del Kaiser Beckenbauer se vino a posar no en uno de sus nietos coetáneos, sino en el cuerpo de ese modesto jugador del Pachuca, quien mostró estar a la altura de su padre teutón.
Vayan estas imágenes en homenaje a estos chavitos de la sub 17 que nos han mostrado cómo se juega el fútbol: con los huevos y el alma desparramados por la cancha.
1 comentario:
Saludos mi muy estimado y bien recordado Profe Edgar.
Es un gusto siempre leerte en tu Blog y en el Semanario y me encantaría saber si has vuelto a dar clases o algún otro tipo de instrucción ya que contigo fue el mejor curso de economía que he tenido.
Con respecto a tu último post, dejame decirte que estás equivocado, Brasil solo se ha enfrentado a Alemania en un mundial en la final de Corea-Japón donde si perdio por un vergonzoso 3-0. El partido al que te refieres es el partido del siglo, donde Italia ganó a Alemania el pase a la final con Brasil en el mundial del 70 con marcador de 4-3, donde cinco goles se marcaron en los tiempos extras. Muchos se pregunta que hubiera sido de esa final si Alemania hubiera pasado.
Suerte y Exito Profe Edgar
Orlando Aragón
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