A los economistas nos fascinan las curvas:
las curvas de la gringa, de las europeas, de la china, de la mexicana. El
problema es que en fechas recientas esas curvas están muy planas. Nos referimos
por supuesto a las curvas del mercado de bonos de cada una de esas economías,
las cuales suelen ser, misteriosamente, impecables predictores de la dirección
del ciclo económico. Hay una curva, la china, que podría estar enviando una
señal preocupante respecto de lo que podría ocurrir en los próximos doce meses.
Veamos.
La curva de rendimiento se refiere al
dibujo que se forma al graficar al plazo de los distintos bonos gubernamentales
contra el rendimiento que ofrecen al inversionista. En condiciones normales la
curva tiene una inclinación positiva: entre mayor sea el plazo del bono, mayor
debe ser el rendimiento que ofrezcan. Es lo normal, entre mayor es el plazo
mayor es el riesgo que la inflación destruya nuestros ahorros a lo largo de los
años, y por ello demandamos mayor rendimiento.
Por eso, cuando una curva se invierte los
economistas se preocupan. Eso quiere decir que los inversionistas están
dispuestos a aceptar un rendimiento menor a mayor plazo. Eso solamente ocurre
si pensamos que las tasas hoy están muy altas y que en el futuro van a bajar
debido a que los bancos centrales recortarán sus tasas de interés en los
próximos meses. Y los bancos centrales suelen recortar sus tasas cuando las
economías se acercan o están en recesión.
De forma misteriosa, las curvas de
rendimiento se invierten con anticipación a una recesión. La exactitud de dicho
indicador es asombrosa. En los Estados Unidos siempre que la curva de rendimiento
se ha invertido una recesión económica ha sobrevenido unos meses después. Y al
revés. Siempre que ha habido una recesión económica, dicho ciclo fue precedido
por una inversión de la curva.
La razón detrás de ese poder predictivo de
la curva de rendimiento es desconocida, pero es estadísticamente irrefutable,
por eso los economistas y los mercados viven siempre alerta para ver señales
que precedan una inflexión en el ciclo económico.
Y en las últimas semanas una señal que
debemos de vigilar para ver si es un síntoma, o es algo pasajero, ha brotado en
los mercados: un tramo de la curva china de plazos se ha invertido. El
rendimiento de los bonos chinos a siete años es de 3.695%, mientras que el bono
a diez años es de 3.65%. Otro tramo se invierte también: el bono a tres años
rinde 3.609%, mientras el bono de cinco años rinde 3.599%.
Dos tramos de la curva de plazos china
están invertidas. ¿Es esto una señal que una recesión se aproxima en el país de
en medio? Es difícil saberlo en este momento, sobre todo porque el indicador
fundamental de la curva: la diferencia entre el rendimiento de dos años y el de
diez sigue siendo positivo. Pero la inversión en algunos tramos de la curva
china se ha acompañado de otros eventos peculiares.
Si una curva tiene pendiente positiva,
para invertirse primero es necesario que se aplane. Y eso es lo que le ha
venido ocurriendo a algunas curvas recientemente: por ejemplo a la de Estados
Unidos y a la de México. Si comparamos la pendiente de las curvas de estos dos
países hoy con la pendiente de hace seis meses ambas curvas de han aplanado, y
una curva plana puede o no ser un
síntoma de una posible recesión. En México de hecho la curva está invertida
entre el plazo de un año y los diez.
En todo caso los datos más recientes de
los vecinos, las cifras de empleo de mayo, los cuales fueron peor a lo esperado
sugieren que el empuje de la economía ha disminuido su fuelle. ¿Esta
disminución es un preludio de una recesión? ¿El colapso de las expectativas de
los agentes respecto de la habilidad de Trump de producir mayor crecimiento se
ha traducido en un menor dinamismo?
De ser el caso. De existir un riesgo
eminente de desaceleración o recesión, no parece ser notado por las bolsas de
valores: el Nasdaq y el S&P 500 se han anotado nuevos máximos históricos a
últimas fechas y los precios de las acciones líderes siguen montando con
alegría.
Pero hay otro dato que debemos considerar:
esta expansión económica ya superó en duración al promedio histórico. La
expansión promedio en los Estados Unidos suele durar poco más de siete años y
este ciclo ascendente ya superó los ocho años consecutivos. Este mero hecho
significa que una recesión hoy es más probable que ayer, así que la
desperdigada evidencia de que la economía está perdiendo dinamismo y de que una
economía tan importante como la china esté enviando algunas señales financieras
de recesión deben de monitorearse con seriedad.
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