Las tasas de interés de largo plazo, especialmente en Estados Unidos, están subiendo. Con la excepción de unas sesiones en marzo, en medio del derrumbe de los mercados financieros debido al confinamiento, están en sus niveles más altos desde antes que .la pandemia volteara la economía global de cabeza. ¿Por qué están subiendo las tasas de largo plazo? Hay varias respuestas posibles. Pero una de ellas podría ser que los inversionistas están reconsiderando el riesgo de que la inflación regrese.
No hay muchas señales aún. Si acaso alguna evidencia aislada y anecdótica en alguna industria y en algún país muestran que los índices de precios que miden la inflación están empezando a moverse.
Pero en los mercados financieros, varios bienes que en ocasiones se asocian a repuntes inflacionarios, están moviéndose en esa dirección. Para empezar las materias primas.
De septiembre a la fecha los futuros del trigo se han disparado más de 30 por ciento, mientras que los futuros del maíz se han propulsado más de 60 por ciento en el mismo período. En general, el Bloomberg Commodity Index, el índice más seguido para medir e invertir en el sector de materias primas, se ha elevado más de 30 por ciento en los últimos diez meses.
Algunos de esos movimientos recientes tienen explicaciones específicas: los Estados Unidos han tenido una cosecha muy pobre de trigo, maíz y soya, y la escasez relativa de granos se ha reflejado en los precios del mercado. Por ejemplo, los precios del maíz marcaron la semana pasada su nivel más alto desde el 2013, y la sequía en vastas áreas agrícolas de Norteamérica, desde Canadá a México, está presionando los precios de los cereales.
Pero junto a factores específicos, existen catalizadores más generales que están alimentando la expectativa de un posible repunte, así sea pequeño, de la inflación en el corto y mediano plazo.
En concreto, la explosión de los déficits fiscales, y el consecuente incremento de las deudas públicas , junto con el incremento en las hojas de balances de los bancos centrales implementadas para proveer de liquidez a los mercados para evitar una debacle económica peor a la que estamos sufriendo, podría incentivar un incremento en los precios nominales de bienes y servicios que provocara un elevamiento en las mediciones de inflación en varias zonas económicas del mundo.
A decir verdad, el argumento anterior ha sido esgrimido tantas veces en el pasado, sin que un mínimo rastro de repunte inflacionario se haya materializado, que no sorprendería que una vez más, el lobo de la inflación brillara por su ausencia de nuevo, como lo ha hecho las últimas cuatro décadas, a pesar de la ingente expansión del gasto público y de la liquidez de los bancos centrales.
El nuevo programa de apoyos anunciados por el presidente Biden de los EEUU, de 1.9 billones de dólares, súbitamente disparó en la narrativa de los mercados la probabilidad de que este apoyo acabe disparando la inflación. Extraño, porque en ningún momento los 14 billones aprobados anteriormente se relacionaron con amenazas de inflación en el futuro, solo hasta que llegó el primer paquete de estímulos del nuevo gobierno demócrata. Los mercados en Estados Unidos tienen su corazoncito: y es republicano.
Pero más allá del sesgo partidista, lo cierto es que los mercados de materias primas, el de bonos de largo plazo, así como el de divisas, en donde el dólar estadounidense aqueja ya un deterioro prolongado, están conformando una mezcla que en épocas anteriores solían asociarse a repuntes en la inflación en el corto y en el mediano plazo.
Han sido tantas las ocasiones en los últimos treintas años que el regreso de la inflación se ha pronosticado, que quizá estas alertas que vemos actualmente acaben siendo una de las muchas falsas señales de que la inflación, tan temida hasta los ochenta como ausente de entonces a la fecha, esté de regreso.
Pero de los últimos treinta años a la fecha una cosa si ha cambiado: la pandemia. Este factor si ha tenido un efecto devastador sobre sectores y componentes de la economía que es dado preguntarse si, como resultado de este durísimo choque a la economía, el retorno de la inflación sea esta vez, ahora si, una amenaza que vale la pena vigilar con atención.
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