Contra todo pronóstico,
incluyendo el nuestro, la Reserva Federal de los Estados Unidos anunció este
miércoles que no recortaría el monto de compras de bonos al sistema financiero
estadounidense de la actual tasa de 85 mil millones de dólares, contraviniendo
la expectativa generalizada de un recorte mensual de 10 mil millones de
dólares.
Dicha decisión tuvo un impacto
inmediato y convulsivo sobre los mercados globales, el mexicano incluido por
supuesto, y en esta columna quisiéramos platicarles lo bueno, lo malo y lo feo
de dicha decisión.
Lo bueno de la decisión de la Fed es que seguirá habiendo dinero
barato en el mundo por un rato más, pues la compra de bonos por parte de la Fed
significa que los bancos recibirán dinero a cambio de los bonos que le vendan a
la Fed, y eso podría transformarse en créditos para la alicaída economía, o
para inversiones en bonos de deuda de otros países, como por ejemplo los
mexicanos.
Lo anterior significa que las
tasas de interés seguirán extremadamente bajas, y las monedas de mercados
emergentes como el peso, se fortalecerán tras varias semanas de pérdidas
severas ante el temor de una reducción en la liquidez que al final de cuentas
no ocurrió.
Lo bueno también es que la confirmación de la liquidez fue saludada
por los mercados accionarios quienes impulsaron a los principales índices del
mercado a acercarse a los máximos históricos pues la liquidez inyectada por la
Fed busca también incentivar la toma de riesgos para que la economía despegue.
Lo malo de la decisión de la Fed es que dejó a los mercados mas
perplejos de lo que de por sí ya estaban. Y la perplejidad, la incertidumbre,
se pagan. Ya de suyo el tener una tasa en cero por ciento los últimos cinco
años, las economías desarrolladas empantanadas, y un sistema bancario aún
frágil es lo suficientemente complejo, como para que lo anterior se le añada
una Fed cuya cabeza anticipa en mayo un recorte en la inyección de liquidez, y
en septiembre desanda los pasos caminados.
Lo malo de la decisión de la Fed es que prolonga la incertidumbre
respecto de cuándo concluirá este extraordinario período de política monetaria
expansiva que después de haber cumplido con su objetivo de evitar que la
economía global se despeñara al precipicio de una Gran Depresión, ha creado un
nudo gordiano que nadie se anima a desatar.
A todo el mundo le queda claro
que esta situación inusual de tasas de interés de corto plazos en cero no puede
durar toda la vida, a menos que tengamos que pasar por un escenario como el de
Japón, en donde ese ha sido el escenario prevaleciente los últimos veinte años.
Pero aún así, las tasas de interés no pueden quedarse en cero por mucho tiempo
más.
Lo malo de que la Fed siga manteniendo las tasas de interés de
corto plazo aplastadas contra el piso es que la relación entre las tasas de
corto y de largo plazos, conocida como la “curva de plazos”, no está
proporcionando la información adecuada sobre la economía como suele hacerlo. Lo
malo es que mientras la Fed regale el dinero, la “curva de plazos” no podrá
advertirnos con anticipación cuándo viene la siguiente recesión y cuando viene
el siguiente ciclo expansivo.
Lo feo es precisamente eso: que el panorama sigue feo, quizá más
feo de lo que pensábamos. ¿Qué tan feo estará el diagnóstico de la Fed, que decidió
seguir inyectando liquidez a pasto? Lo feo de la decisión de la Fed fueron los
motivos inconfesos que la llevaron a tomarla.
El mercado laboral de los Estados
Unidos, en donde la tasa de participación se encuentra en su peor nivel desde
1978, ¿se encuentra en tan mal estado que la Fed, temerosa de arruinar la leve
mejoría económica, decidió no moderar el monto de sus compras de bonos? Los
datos de inflación en los Estados Unidos, que se encuentran muy por debajo del
techo objetivo de la Fed, ¿han despertado en el banco central estadounidense el
temor de que pasen de un estado de baja inflación a una deflación franca?
Lo feo es los motivos que llevaron a la Fed a tomar la decisión de
no reducir su vasta inyección de liquidez. Cinco años después de que comenzara
a inyectar oleadas de liquidez para salvar a la economía, la Fed aún no está
segura de que haya llegado el momento de revertir, aún no está segura de que la
economíaa mas grande del mundo está lo suficientemente fuerte para caminar por
su propio pie: y eso es lo feo.
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