sábado, 29 de agosto de 2009

"Secuestrados" de Julio Scherer García

Cuando conocí a Julio Scherer García, al despedirnos él me dio un cariñoso abrazo. Casi temblando, tras salir de las oficinas de "Proceso" le marqué a mi papá y le conté emocionado: había conocido a uno de nuestros héroes comunes, a uno de los hombres que más admiro.

Leí "Los Periodistas" de Vicente Leñero, cuando tenía unos quince años, y desde entonces para mí Julio Scherer es alguien mayor que la vida misma, y uno de los mexicanos más vastos en los dos siglos que cruza su vida.



Con letras similares a manchas sangrantes tras disparos, el título del último libro de Julio Scherer García no es sólo descriptivo: es alegórico. "Secuestrados" no son sólo los terribles casos que Scherer reportea en éste, su más reciente libro. Secuestrados estamos los mexicanos, parece decirnos, no sólo por las mafias de criminales y asesinos, sino por esa otra mafia que es aún más difícil de combatir.

Conocí el argumento, y parte de la redacción de la historia con la que abre el libro: "Julio Scherer Ibarra" antes de que éste fuera publicado: Julio Scherer García no tiene remedio, todo es materia de ser reporteado. La historia de su deslumbrante "La Terca Memoria" (volumen que atesoro, dedicado por él mismo) que más me gusta es la que relata su relación con Carlos Hank González, sólo Julio Scherer García pudo reportear que alguna vez, Carlos Hank le regaló una camioneta a Julio Scherer García.

Para Julio Scherer todo es reporteable, incluso Julio Scherer García, incluso Pedro y Julio Scherer Ibarra, es por ello que como periodista, Scherer García es irrepetible. Otros periodistas habrán enfrentado guerras, otros habrán conocido entrecijos insospechados, otros habrán librado la muerte y llegado hasta el heroísmo. Pocos, por no decir ninguno aparte de Scherer, se han atrevido a reportearse a si mismos como se reportea Scherer García.

La primera sección del libro incluye cinco historias, la primera, que narra el secuestro de su hijo, es asombrosa: es Julio Scherer lleno de miedo y odio, indefenso y furioso, dispuesto a lo que sea por salvar a su hijo, pero sabiéndose incapaz de mover el mundo que hay que mover para lograrlo.

La segunda sección es una galería de secuestradores, una línea del tiempo del secuestro en México. Va una muestra impactante:

"...Por esta chamba me gané 150 mil que el Mochaorejas me dejó, como siempre, con mi mamá, Eustaquia Martinez. Mi mamá me hablaba y yo iba por el dinero."

Esos monstruos que cercenaron al reportero que los describe, secuestrando a su hijo, son vistos por el mismo reportero en toda su humanidad: la madre ayudando al hijo en su artero oficio. El reportero no deja salir ni siquiera al padre herido, la descripción de los secuestradores no es furiosa siquiera, ni culpa ni disculpa: atestigua y narra.

Narra, y la prosa de Julio Scherer es inconfundible y de una música difícil de escapar. Prosa hecha para reportear: dice de si mismo en la madrugada en que secuestran a su hijo: "Supe entonces de las dimensiones del odio e imaginé que sería capaz de matar".

O hablando del torvo Daniel Arizmendi concluye: "En Almoloya, donde se encuentra, nunca más mirará la oscuridad. Una luz permanente lo sigue y hace imposible que pueda disolverse en la negrura de su cuerpo".

He leído todos y cada uno de los libros de Julio Scherer García, tengo mis preferidos de entre todos: éste es uno de ellos.

3 comentarios:

Mujer Maravilla a la Mexicana dijo...

De tus recomendaciones literarias esta va a ser la primera que voy a seguir. Después comentaré si fue certera.

Saludos

PJ dijo...

totalmente de acuerdo con la reseña-recomendación.

Jorge Ramiro dijo...

Me interesa mucho el tema de la literatura y por eso constantemente estoy comprando diversos libros para leer. Como mi trabajo en las Aseguradoras me demora mucho tiempo, en general no tengo tanto para leer nuevas novelas