No. Esta columna no trata de la marca de autos teutona, sino que intenta discutir la forma que tendrá la recuperación económica estadounidense y por tanto mexicana, dado que nuestras autoridades se han limitado a anclar el destino de corto -y largo- plazo a la suerte de la economía vecina.
Abusando de la grafía de la escritura indoarábiga, los economistas y el mercado debaten la forma gráfica que tendrá la evolución del producto en las principales economías desarrolladas: ¿será una profunda pero rápida V, o será una terca y chata W?
Abusando de la tipografía (¡imaginemos por un momento que la crisis se adecua por ejemplo a un ideograma chino!), es válido decir que las enormes paquetes de estímulos fiscales aplicados en el mundo desarrollado, y en países como China y la India, evitaron que la economía global cayera en una prolongada L.
El evitar una bucólica L es lo que los mercados están celebrando, al alzarse casi 50% desde sus niveles mínimos vistos en marzo; es lo que los inversionistas festejan al comprar acciones extremadamente castigadas.
Pero tras un salvaje rally en abril y mayo, los mercados se precipitaron a una corrección de casi 10% en junio, antes de retomar su ascenso, de manera aún más vigorosa incluso que en el rally anterior en el mes de julio, pues en este rally se han incluido acciones de bancos y aseguradoras (¡vean las acciones del cadáver que parecía ser AIG!).
Al menos 75% de las empresas del S&P 500 reportaron en este trimestre beneficios superiores a los esperados por los analistas, lo que de manera eufórica ha desatado en el mercado y entre los economistas la convicción siguiente: la recuperación será una vertiginosa V.
Acompañados incluso por celebridades como Alan Greenspan, los mercados y un número creciente de economistas están convencidos que la recuperación será incluso –a la Aleks Syntek– más fuerte de lo que pensaba.
DE LO ANTERIOR SE DESPRENDEN DOS ESTRATEGIAS:
a) Dado que una gran mayoría de inversionistas está apostando por una recuperación dinámica de la economía global, confirmo lo que publiqué en este espacio hace tres semanas: hay que estar en el mercado, sobre todo en acciones que han quedado rezagadas (todavía hay algunas, en México por ejemplo, Telmex; en Estados Unidos, Boeing y AT&T) pues durante este rally, que producirá al menos un rendimiento de 10% en los próximos dos meses, son las acciones que más rendirán
b) Es increíble constatar la corta memoria de los mercados (lo cual hay que aprovechar con la estrategia a), y hay que tener muy presente que los mercados, el promedio de los inversionistas, con mucha frecuencia, y de manera escandalosa: se equivocan. Los mercados se pueden equivocar hasta el punto de comprometer patrimonios enteros y a la misma economía global. Lo ha hecho muchas veces, y está a punto de hacerlo de nuevo, pues esta no es una recuperación tipo V, sino que será, no hay forma de que no lo sea: una W.
La única posibilidad de que presenciemos una recuperación tipo V es que la cola mueva al perro, y que el selecto grupo de economías emergentes conformado por el bloque BRIC (Brasil, Rusia, India y China) sea capaz de propulsar a las mayores economías del mundo: Estados Unidos y Europa.
Si bien las economías del BRIC (con la excepción de Brasil), no sufrieron técnicamente una recesión, y su dinamismo ayudó a que los precios de las materias primas luego de un breve desplome presentaran una sólida recuperación que a su vez apoyó al hecho que economías como las de Chile y Australia ni siquiera hayan presentado un trimestre de crecimiento negativo, ¿su peso es tan grande ya que su imparable crecimiento jalará a las economías europea y estadounidense?
Las preguntas claves, cuya respuesta parece ser negativa en sendos casos, son las siguientes: ¿Recuperarán en el corto plazo los consumidores estadounidense y europeo el poder de compra y el ímpetu, la capacidad de endeudarse que tenían hasta antes de la crisis del 2007-2008 al punto de impulsar las economías a una senda de crecimiento sostenible?, o ¿será que las economías del BRIC, con consumidores enclenques, son el nuevo motor de la economía mundial?
Creo que la respuesta es no: creo que si bien Alan Greenspan puede estar en lo correcto y por virtud de la baja base de comparación podremos tener una recuperación superior a la esperada, una vez que el efecto de la baja base de comparación pase, van a quedar las efectos de un altísimo desempleo y la incapacidad de los bancos de prestar.
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