Hacer pronósticos de qué es lo que ocurrirá el 2019 es una práctica común en los medios y en los mercados. Es también una práctica fútil, puesto que el futuro es tan impredecible como inalcanzable. Sabiendo lo anterior, van aquí no predicciones, sino alertas sobre cuáles son las tendencias evidentes que debemos de atender dada la información que disponemos. Y siempre habrá sorpresas por supuesto, pero esas por definición, es imposible anticiparlas.
Cuidado, mercados peligrosos:Difícilmente un libro de texto o un guionista de cine pudo escribir un guión como el que hemos visto la última semana en Wall Street. Con los mercados franqueando la zona de mercado bajista (bear market), los índices rebotaron previsiblemente, pero de una manera tan dramática que debemos de mantenernos atentos.
Es útil recordar el año 2000, los primeros días de enero, el mercado estaba reventando y había días en que los principales índices de Nueva York subían y bajaban 4-5% en cualquier día, y de una hora para otra. Tal y como ocurrió la semana pasada en la frontera del bear market. De pronto, el seis de enero, sin previo aviso la Fed tuvo que recortar tasas de interés, sorprendiendo a todo el mundo. La razón fue después clara: una recesión llegó, y los indicadores adelantados de la Fed lo advirtieron. Los mercados se hicieron pedazos durante ese período, reventando una de las grandes burbujas especulativas de la historia.
¿Está a punto de pasar lo mismo de nuevo? Imposible saberlo. Lo que si es útil saber es que el Dow subiendo o bajando más de mil puntos un día no necesariamente una buena noticia. No quiere decir que la caída de los mercados se está revirtiendo y que ha llegado el momento de comprar. Ha habido ocasiones, como en el 2000, que una volatilidad bárbara fue signo de un horrible desfonde posterior de los mercados. Extraer señales de la mayor subida en la historia del Dow Jones en términos de puntos, como el que vimos la semana pasada no debe significar el inicio de un rally, pues en el pasado volatilidades comparables se han aparejado con desplomes de los mercados.
Trump ha dañado a la Fed y al libre comercio:dos de los más sólidos sustentos del orden liberal global han sido atacados por quien solía ser su principal guardián y promotor, el presidente de los Estados Unidos. El ataque sistemático y rabioso de Donald Trump en contra de la libertad de comercio y la política monetaria independiente de la Fed son sin duda factores que están detrás del abatimiento de los mercados de los últimos meses. Esta tendencia probablemente continúe, pues a menos de que lo defenestren (y es posible), a Trump le restan casi dos años para seguir erosionando la independencia de la Fed y el libre comercio, sobre todo con China (que le ha dado a la manufactura estadounidense una competitividad que no tenía).
El regreso de los Fed Watchers:solía existir una profesión sofisticada y prestigiosa: el Fed Watcher, aquél economista encargado de predecir y auscultar las acciones y la dirección de la Fed. Pero en 2008-2009 cuando las tasas se fueron al cero por ciento, y desde el 2015 a la fecha, cuando la Fed ha subido un cuarto de punto porcentual en cada reunión, ser un Fed Watcher se convirtió en una profesión somnolienta.
Pero la emoción ha regresado. Cuánto más suba la Fed sus tasas de interés, y cuál sea la razón por la que se detengaserá quizá el dato económico y financiero más importante del 2019.
Si nos atenemos a lo que la propia dirección de la Fed ha deslizado, entonces nos faltan un par de alzas para que la tasa de interés llegue a un nivel neutral, y allí se estacionará. Eso es lo que esperamos todos y ojalá se logre.
Pero la acusada volatilidad de los mercados está enviando una señal de preocupación. Nuestra lectura es la siguiente: están preocupados de que el actual nivel de tasas, aunado al pesado riesgo que implica el asalto de Trump al orden liberal, sea ya restrictivo. Si no estuviera Trump quizá la Fed podría subir un par de veces más, pero bastante riesgo mete Trump como para que encima sigan subiendo.
Si los mercados tienen razón, entonces las dos alzas previstas de la Fed serán ya restrictivas, y los mercados pueden cerrar el 2018 y abrir el 2019 en una nota amarga, obligando a la Fed a reaccionar antes (por ello vale la pena repasar la lección de enero del 2000). Y esto es siempre y cuando no haya inflación, porque las dos últimas dos décadas el gran monstruo ausente ha sido la inflación. Pero algún día regresará.
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