La transición civil del calendario nos da la ilusión de que algo nuevo empieza, siendo que, fuera del ciclo fiscal, el mundo no cambia de un día a otro. Los medios suelen aprovechar esta ilusión de renacimiento para manar profecías y pronósticos. Todo economista y financiero se rige por la divisa de Neils Bohr: “pronosticar es muy difícil, especialmente el futuro”. Vacunados de esa manera van algunos temas económico-financieros que podrían ser claves para el 2020 que inicia con todo en esta semana.
La salud de la expansión económica estadounidense: dicen los economistas que las expansiones no mueren de viejas, es decir, no existe una edad límite para que una expansión muera. Puede durar meses o pocos años, o puede durar, como en China o Australia, por décadas sin que sobrevenga una recesión. La edad promedio de las expansiones económicas estadounidenses es de 58 meses. La actual expansión cuenta ya con 128 meses y es la más larga en la historia económica de los Estados Unidos.
Hasta hace unos cuatro meses había muchas señales de debilitamiento de dicha expansión, pero tras la reducción en las tasas de interés de la Reserva Federal los síntomas se han mejorado y la perspectiva de corto plazo apunta a una retomada del ciclo expansivo.
La Fed supo acomodar las tasas para disipar los síntomas recesivos. ¿Cuánto oxígeno le dará a la economía antes que el banco central tenga que mover las tasas, en uno u otro sentido de nuevo? Esta es la pregunta más importante para la economía global en 2020.
La salud del rally bursátil: los mercados de capitales han cumplido una década completa sin que haya un mercado bear, es decir, sin que las caídas temporales superen el veinte por ciento respecto del nivel máximo. Esto ha permitido que prácticamente todos los grupos de activo, incluyendo el de las divisas de mercados emergentes, como el peso mexicano, se hayan afirmado en los últimos años. Los precios de casi todos los activos parecen estar muy caros de acuerdo con las métricas históricas, lo cual no implica que no se puedan poner aún mas caros y que el rally bursátil continúe. Es normal que el ciclo económico y el bursátil se acompasen, aunque las excpeciones no son inusuales, así que la salud del rally bursátil global, pero centrado en Wall Street, es el segundo tema más importante a tener en cuenta en 2020.
La salud de la economía China, y de sus bancos: los bancos suelen ser una de las fuentes que provocan las recesiones económicas, cuando, por diversos motivos, se ven forzados a cerrar la llave del crédito. Uno de esos motivos es que la cartera de créditos vencidos, de porcentaje de sus activos en moratoria, crece a tal punto que se ven forzados a reducir su colocación de créditos nuevos. Como está ocurriendo en China, en donde el banco central tuvo incluso que relajar las reservas requeridos a los bancos por activos en riesgo, lo cual impulsó el rally que vimos la primera sesión del año.
La economía china es una caja negra, es difícil pronosticar su derrotero de corto plazo y el balance de riesgos porque hay un factor imposible de estimar: la decisión del gobierno de subsidiar sectores críticos para la economía.
El margen de maniobra fiscal chino es tan grande, que, como lo ha hecho repetidas veces en el pasado, puede inyectar cantidades ingentes de liquidez en áreas que están al borde del colapso y con capacidad para arrastrar a otros sectores de la economía al punto de considerarse un factor de riesgo para la economía en si conjunto.
Sin la certeza de que, cuando y por cuanto sea necesario, el gobierno chino entraría a rescatar a sus bancos, hace tiempo ya que el sector bancario chino quizá habría colapsado y arrastrado al resto de la economía hacia la recesión. Nada es infinito sin embargo, y habrá un punto en que ni siquiera los cofres profundos de Beiging sean suficiente para compensar las quiebras de decenas de bancos de ese país. Pero dicho momento no parece estar demasiado cerca.
El regreso de la inflación: si la última década el mundo ha visto mercados y economías más que prósperas, es gracias a que las tasas de interés han estado demasiado bajas. Y este nivel de tasas ha sido posible por la ausencia de inflación. Si la inflación regresase, todo se podría venir abajo. La inflación ha estado ausente las últimas cuatro décadas. ¿por cuánto tiempo más?
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