El lunes pasado el INEGI publicó las cifras de comercio exterior mexicanas para el mes de junio, las cuales mostraron un superávit mensual récord de 5,547 millones de pesos, ante un repunte extraordinario en la comparación mensual, de las exportaciones, y un repunte menor de las importaciones. Los titulares de los medios sin embargo, no capturaron lo más valioso de la información: la evidencia de que lo peor de la actual recesión económica ya ha pasado, y que los datos de junio en adelante no serán tan fatídicos como los de abril-mayo.
Lo anterior no significa del todo que la recuperación económica ha puesto pie. Las cifras de abril-mayo, las peores de la historia económica moderna, estuvieron condicionadas por el impacto de la cuarentena en general, y en particular por la clausura casi total en esos meses, de la industria más importante del país: la automotriz, cuyo cierre afectó tremendamente los datos de comercio exterior, de la actividad industrial, y del PIB, hundiéndolos en el peor barranco de la historia moderna.
En junio las armadoras de auto regresaron y reabrieron sus plantas y los embarques al exterior se reanudaron. La reactivación de la industria automotriz mexicana se encuentra detrás del tremendo salto de 77 por ciento de las exportaciones no-petroleras de junio respecto de mayo. Pero si comparamos junio 2020 vs junio 2019, la imagen muestra una economía aún recesiva, con las exportaciones tropezando 12.8 por ciento, con una baja de 11.6 por ciento de las no-petroleras, y de 35.6 por ciento entre las petroleras.
De corto plazo entonces, la retomada de la actividad económica, así sea parcial, ha mejorado los datos en múltiples industrias y sectores de la economía nacional, aunque la actividad sigue severamente deprimida respecto del nivel alcanzado el año pasado. En síntesis: la economía por el momento ha tocado fondo, y las caídas mensuales a partir de junio, serán menos pronunciadas, pero
En particular, mientras que en abril y mayo las caídas del Índice Global de la Actividad Económica (IGAE), fueron cercanas a -20 y -22 por ciento, las cifras de junio de comercio exterior sugieren una caída menos violenta, cercana al -11.7 por ciento en el mes de junio respecto del mismo mes del año anterior. De nuevo, una caída de menos de la mitad del récord histórico de mayo, pero un derrumbe dramático de la actividad económica.
Si nuestras estimaciones son correctas, entonces es posible que el dato del PIB del segundo trimestre para México, el cual se publica justo esta mañana de viernes, sea de -18.03 por ciento en su comparación año/año, la peor tasa para la economía mexicana en la historia moderna, lo cual mostrará el efecto implosivo que la cuarentena simultánea en México, y en nuestro principal socio comercial, los Estados Unidos, tuvo sobre la economía local.
La caída de la economía fue extremadamente violenta. Brutal e inusitada. Pero si no tenemos una nueva cuarentena generalizada en México y Estados Unidos, es probable que el segundo trimestre sea el peor del año. Es probable que dicho trimestre sea el peor en la historia económica moderna del país, y que los datos que veamos en adelante comiencen a mejorar gradualmente.
Es triste que una tasa estimada de -11.7 por ciento para junio nos consuele. Es una cifra terrible, pero no es algo menor que la caída se esté desacelerando. Aunque siga siendo caída.
Si nuestra estimación es correcta, y cuando usted esté leyendo estas líneas el INEGI ya haya publicado el dato preliminar para el segundo trimestre, es probable que el mercado y los economistas estén recalculando sus estimaciones para el cierre del año. Originalmente habíamos publicado en estas páginas una caída del PIB mexicano para el 2020 de -9.5 por ciento, pero al menos que la recuperación sea más fuerte de lo que por el momento parece, probablemente la recesión acabe marcando una caída cercana al 11 por ciento para todo este fatídico 2020.
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