domingo, 21 de febrero de 2016

La Des-Unión Europea y el Reino Des-Unido

Si el Reino Unido deja la Unión Europea (UE) iniciaría un proceso de incertidumbre que podría concluir en el abandono del Euro como moneda única. Cierto, el Reino no forma parte del sistema del Euro, pero si es signataria de la UE, y si la segunda mayor economía de la UE la abandona, las olas de choque que se enviarían podrían fracturar de manera definitiva la unión monetaria.
Yo soy marxista…de la corriente Groucho. Una de las mejores puntadas de Groucho Marx era aquella que decía que él jamás sería miembro de un club que aceptaran a alguien cómo el, poniendo en una simpatiquísima boutade aquél viejo sofisma griego. El Reino Unido está cerca de aplicar esa máxima marxista,  y la UE ha aceptado de que se “desoeuperice” para que el otrora imperio pueda permanecer en Europa.
En encuestas recientes, el público británico está marginalmente en contra de permanecer en la UE, reflejando al aislacionismo que subtiende a casi toda Europa como consecuencia del prolongado ciclo de recesión y estancamiento por un lado, y por el otro la imparable oleada de emigrantes del mundo árabe.
Si la segunda economía más grande de la UE descarta su membresía, es una muestra de rechazo, de absoluta desconfianza al arreglo económico y monetario europeo, algo que los muy nerviosos mercados financieros no soslayarán y erosionarán rápidamente la confianza en la moneda única hasta hacerla volar por los aires.
¿Por qué nuestro diagnóstico es tan alarmista? Porque si bien el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte es la segunda economía de la UE, en términos financieros es la mayor potencia del mundo, rivalizando con Nueva York, una posición que ha logrado mantener desde que el imperio británico era la potencia incomparable del planeta.
Londres es el centro financiero del mundo, en la City se operan más euros y dólares y yuanes que en ninguna otra plaza de la tierra. Londres sigue siendo, gracias a la trascendental visión de su élite política y financiera, el centro neurálgico de las finanzas globales, haciendo el uno-dos-tres con Nueva York y Hong-Kong, vertebrando el dominio anglo parlante del poder financiero global.
David Cameron, el premier inglés, ha convocado al referéndum sobre la permanencia del Reino en la UE para el 23 de junio, y a pesar de que previo a ese anuncio logró un acuerdo de excepcionalidad con la UE que quizá incluya condiciones preferentes para la City de Londres y el flujo de migrantes y la custodia de sus fronteras, dicho acuerdo quizá no satisfaga a nadie en el espectro político.
Por un lado a los conservadores, como el alcalde de Londres, Boris Johnson, que cabildearán por la separación de la UE, el acuerdo no es suficiente y no remplaza a su exigencia de escindirse de la Unión. Por el otro a los bancos y plazas financieras europeas el acuerdo quizá acentúe su reclamo de que a la City se le están dando condiciones asimétricas respecto de plazas como París y Frankfurt. Si el Reino abandona a la Unión, entonces será muy difícil para el mercado del Euro mantener a la City como el centro y seguramente emigrará a una de las dos grandes capitales del continente, traduciéndose en pérdidas para la City. Dicho traslado de dominio puede significar en el mediano plazo, cambios en las condiciones de liquidez de la moneda única que acaben dando la puntilla a una divisa demasiado estresada por las consecuencias de su pésimo diseño original y que ha perdido de manera dramática el consenso que en sus orígenes disfruto entre la población europea.
El Reino Unido no aceptó nunca unirse al Euro, y gracias a ello pudo aislarse del estancamiento del continente secuela de la debacle financiera del 2008-2009, corroborando la importancia de una moneda propia cuando las condiciones estructurales no son uniformes. Si el Reino se separa de la Unión será un voto a favor de la fragmentación por parte de uno de los países líderes en el consenso económico del mundo.
Escocia quiere separarse del Reino Unido; para enmascarar su propia riesgo centrífugo, el Reino Unido quiere separarse de Europa. Cataluña quiere separarse de un país que no tiene gobierno: España. Las comunidades francófonas y flamencas de Bélgica se fracturan en otro país sin gobierno. La desunión es la marca de la Unión Europea, todas las fuerzas centrífugas apuntan a la separación de la alianza monetaria que aún mantiene a la moneda única. La separación del Reino Unido de la Unión Europea puede ser el fin del euro, y el fin del euro puede ser el principio de un proceso de desarreglo económico cuyas consecuencias son difíciles en estos momentos de visualizar, pero que no serán amables ni fáciles de controlar. 

sábado, 20 de febrero de 2016

La (Inexistente) Autopista del Norte

Durante un largo tiempo la discusión sobre las bondades y perversiones de la industria maquiladora permearon el ámbito académico mexicano. Con el curso de los años la discusión amainó, y la industria maquiladora evolucionó hasta convertirse en una parte indisoluble de la economía nacional, y una de las piezas claves de la incrustación de México en la economía global . La maquiladora representa 4.2% del PIB total (es decir, es equivalente al PIB de dos estados promedio del país), pero representa un sólido 23.6% del PIB manufacturero, y un sorprendente 64% de las exportaciones manufactureras totales de México. Pero el país de la maquila sigue incomunicado.
El corazón de la maquiladora es la larga franja que abarca la frontera norte del país, la zona cantada por el Piporro: de Tijuana a Ciudad Juárez, de Ciudad Juárez- Laredo, de Laredo a Matamoros (sin olvidar a Reinosa). Es la línea más larga de la geografía de nuestro país, allí donde México se extiende 2,522 kilómetros entre el océano Pacífico y el Atlántico (poco menos por ejemplo que la distancia entre Madrid y Varsovia).
Si una maquiladora en Tijuana quiere enviar un cargamento a otra maquiladora en Matamoros, no hay forma de hacerlo del lado mexicano. No existe una carretera que una a las dos ciudades fronterizas extremas de nuestra geografía.
¿Qué dice de nuestro centralismo? ¿Qué implicaciones económicas, militares, de seguridad nacional, fiscales, culturales y humanas tiene el hecho de que en más de doscientos años de vida independiente y más de ciento cincuenta años del establecimiento de la frontera existente México no sea capaz de conectar los dos extremos de la frontera norte por tierra?
Lo más cercano que existe es la carretera federal 2, pero éste camino se interrumpe entre Ciudad Acuña, Coahuila, y El Porvenir, Chihuahua, una brecha de 600 kilómetros en donde no es posible comunicarse vía terrestre del lado mexicano. Los dos tramos discontinuos de la carretera federal 2 miden 1,963 kmts, y su anchura no es uniforme, sus especificaciones cambiantes.
Si se usa internet para planear un viaje por carretera de Tijuana a Matamoros, la respuesta es una línea que sale de San Diego y llega a Brownsville, a lo largo de la interestatal 10 que atraviesa la frontera sur de los Estados Unidos. Esa es la ruta sugerida por los buscadores de internet y esas es sin duda la ruta que las empresas que mueven mercancías del Atlántico al Pacífico por el país de la maquiladora.
En Estados Unidos la interestatal 10 conecta la costa de California en el Pacífico con la costa Atlántica de Florida, y sus ramales hacen muy sencillo conectar cualquier punto de la frontera sur de los Estados Unidos. La historia de ésta autopista es la unión de varios segmentos estatales en los inicios de la década del sesenta, por lo que el sur de los Estados Unidos puede conectarse por carretera de un océano al otro desde hace más de cincuenta años de manera eficiente y continua.
Geográficamente completar la carretera federal 2 y ampliarla para que tenga una anchura que sirva como una palanca para el desarrollo y la potenciación de la franja maquiladora es una labor muy complicada. Económica y presupuestalmente es una proyecto de proporciones estratosféricas. La rentabilidad social y económica de construirla sin embargo es probablemente tan alta que es uno de los proyectos que deberían de ser prioritarios en la agenda de infraestructura de la nación.
Quizá la frase más famosa de J.M. Keynes era aquella que decía que para reactivar la economía había que hacer hoyos y volverlos a tapar. Podemos hacer algo mejor que eso: podemos conectar nuestra frontera norte, en donde se produce casi la sexta parte del PIB del país, en dónde se produce casi la tercera parte de las exportaciones. El Piporro cantaba en “Chulas Fronteras” cómo llegar de Tijuana a Matamoros en varias etapas. Vicente Fernández en “Los Mandados” trova sus entradas por varios puntos de la frontera. Ambos cantantes mienten: no es posible recorrer nuestras fronteras por tierra sin tener que recorrer un tramo radial hacia el centro del país. Es un corredor económicamente neurálgico para el país; es una cuerda de la cual depende nuestra seguridad nacional; es la extensión continua más larga de México; es un mosaico cultural riquísimo: ¿Por qué no lo conectamos por tierra con una buena carretera?