viernes, 26 de julio de 2019

Algunos Inconvenientes Del Dinero Gratis

Casi la tercera parte de los bonos de deuda soberana en el mundo están pagando a los inversionistas tasas negativas. Eso quiere decir que quien está pagando es el inversionista, no el emisor. El gobierno alemán, el danés, el sueco, el japonés, entre otros, están pidiendo prestado y les pagan por hacerlo. Los inversionistas están dispuestos a pagarles a los gobiernos para prestarles. Es el mundo al revés. Es la economía que no nos enseñan en la escuela porque nadie pensó que podía ocurrir. Pero el dinero gratis no es tan buena cosa. Como veremos aquí.
Si la tasa de interés es cero o negativa, lo normal es esperar un aumento en la demanda de crédito por parte de empresas y familias que sirva para que la economía crezca más. Y sin embargo, cuando las tasas de interés están demasiado bajas el comportamiento de los agentes puede ser muy extraño.
Un préstamo tiene dos partes: el prestamista y el prestatario. Para el prestatario una tasa de cero por ciento es una excelente noticia, pues sólo deberá pagar al final del plazo el monto principal. Pero para el prestatario una tasa de cero significa que no gana nada al emprestar sus fondos. Si no gana nada: de dónde va a sacar dinero para pagar sus gastos operativos, el costo de capital y el costo regulatorio que le impone el gobierno? Tasas demasiado bajas (y negativas peor aún), en principio crean incentivos para tomar crédito, pero por el lado de los bancos, desincentivan la activación de créditos nuevos para la economía. Con tasas negativas a los bancos les resulta mejor quedarse con los fondos en su balance en lugar de pagar para prestar.
Pero no son únicamente los bancos quienes se comportan de manera extraña cuando las tasas son negativas. Los individuos ahorran para consumir en el futuro. Y parte de ese consumo se dará cuando dichos individuos estén retirados y ya no tengan otros ingresos mas que los que le generan sus ahorros. Con tasas de interés altas un individuo hoy sabe que sus ahorros le darán para comer en su retiro. Pero con tasas negativas el individuo solo mira cómo su ahorro pierde valor y entonces no tiene otro remedio mas que aumentar hoy sus ahorros.A pesar de que el banco central quiere que él ahorre menos y gaste mas para relanzar la economía, con tasas negativas los individuos, que están ahorrando para su retiro, se comportan al revés. 
Hace cincuenta años, cuando los macroeconomistas comenzaron a pensar el impacto que la política monetaria tenía sobre la decisión de ahorro/consumo, la esperanza de vida era sensiblemente menor, y los teóricos no tenían por que preocuparse por estas paradojas. 
Keynes por ejemplo, murió a los 62 años, sin haber vivido un solo día de retiro (como mi padre), por lo que él mismo no tuvo que decidir entre ahorrar más hoy o consumir más para cuidar su retiro. Hoy, que en algunos países, sobre todo aquellos en donde la tasa de interés es negativa, la esperanza de vida es casi de ochenta años, por lo que el retiro, durante el cual ya no hay ingresos y se vive de lo que se ahorró y capitalizó, es crucial para los individuos.
Para los inversionistas comprar bonos con tasas negativas puede ser un peligro. Pues si resulta que tales tasas son una anomalía y dentro de algunos años las tasas subirán, ellos sufrirán pérdidas de capital considerables pues el precio de los bonos y las tasas se mueven en dirección inversa.
De fondo las tasas de interés demasiado bajas, tan bajas que pueden ser negativas, parecen reflejar un problema serio. Keynes creía, y creo que está en lo correcto, que la tasa de interés estaba ligado al rendimiento del capital. Si tiene razón entonces la eficiencia del capital en la economía contemporánea es extremadamente baja, negativa incluso, lo que explicaría que estemos dispuestos a pagar precios estratosféricos por negocios como Apple y Amazon, cuyo rendimiento de capital es superior al promedio.

domingo, 7 de julio de 2019

La Fed No Debería De Bajar Sus Tasas. No

Los datos mensuales de empleo que publica la oficina de estadísticas laborales de los EEUU (la BLS), son los números más esperados por los mercados porque proveen información amplia y la más oportuna sobre la salud de la economía estadounidense. Los datos de empleo de mayo habían sido bastante débiles, provocando que las apuestas se inclinaran hacia una disminución de tasas de interés por parte de la Fed que reaccionaría a síntomas de debilidad. Pero las cifras de junio fueron todo lo contrario.
Pocas veces en el pasado reciente vi este zigzag entre datos muy sólidos un mes y muy débiles el siguiente, oscilando entre expansión y estancamiento de un corte de datos a otro. Las cifras de empleo suelen ser consistentes con una tendencia: si la economía se está expandiendo suelen ser consistentemente sólidos; si la economía está en recesión las cifras son regularmente débiles. Lo que ha pasado en el último semestre es inusual. Raro.
Las implicaciones de lo anterior son importantes, pues ni la Fed tiene evidencia suficiente para recortar sus tasas de interés; ni Wall Street tiene el empuje como para depender de dicho recorte de tasas para seguir marcando nuevos máximos.
El peso mexicano y las monedas emergentes, que habían tenido una semana de alzas debido al consenso respecto de una inminente baja de tasas, cayeron fuerte al inicio de la sesión del viernes pero luego recuperaron su nivel.
En medio de esta confusión de datos existe una sola persona que sabe qué es lo que quiere hacer: Donald Trump. Y su receta, recortar tasas de interés, sería dañina.
A la Fed de los Estados Unidos le costó muchísimo trabajo dejar el piso de tasas, luego de pasar más de cinco años aplanadas en cero por ciento. Una tasa de cero por ciento significa que la eficiencia del capital es tan baja que el banco central necesita regalar el dinero para que la economía despegue. Tasas extremadamente bajas son síntoma de una economía enferma, no de una economía vigorosa. 
Trump, que cree que porque George Washington es el nombre de un aeropuerto que él conoce, entonces tuvo que haber tomado los aeropuertos de los ingleses en la Guerra de Independencia, más de 170 año antes de que el primer avión existiera, no es posible que tenga la capacidad intelectual para darse cuenta que lo que pide: recortar tasas de interés, podría provocar algo contrario a lo que quiere.
Si las tasas bajaron hasta cero por ciento hace una década es porque la economía estaba, literalmente, haciéndose pedazos. Afortunadamente no es el caso ahorita, y las tasas, de bajar en este momento, con la economía prolongando aún una histórica expansión, quizá provocaría mayores daños que beneficios.
Las tasas de interés son una especia de máquina del tiempo. Nos hacen dialogar con nosotros mismos en el futuro. Si bien tasas de interés bajas son buenas para nosotros hoy pues nos ayudan abaratando el costo de consumir e invertir, las tasas bajas son el enemigo de nosotros mismos en el futuro. Nuestro yo de 70 años lo que necesita son tasas de interés mayores para que sus ahorros para el retiro rindan lo suficiente.
Hay otra enfermedad asociado a niveles extremadamente bajos de tasas de interés: la llamada trampa de liquidez por ejemplo, que reduce incentivos para que los bancos inyecten en la economía la liquidez que reciben del banco central, es la más importante de ellas, y que le costó mucho a la Fed romperla luego de más de un lustro de tasas en cero.
Pero la más importante ventaja de tener tasas de interés real positivas es que la Fed tiene margen de acción para actuar en caso que la economía entre en recesión. Si la Fed le hace caso a Trump y recorta tasas mientras está en expansión, se quedará sin herramientas cuando la economía decrezca. Trump y Wall Street están presionando a la Fed para un recorte de tasas. La presión será difícil de resistir, pero en caso de ceder, la Fed estaría disparándose en el pie.