domingo, 26 de mayo de 2019

El Suicidio De Europa

Europa está quitándose la vida por su propia mano. El Reino Unido ha optado por abandonarla: los partidos eurofóbicos han avanzado en las últimas elecciones; la extrema derecha anti-europea avanza en Francia, Alemania, Austria e inclusive en España; y la izquierda, temerosa de perder el argumento, confunde el hartazgo del estatus quo, de la desigualdad, con una Europa unida. El problema no es la Europa unida, es la desigualdad. Y esa confusión es la que está llevando a Europa al suicidio.
La desigualdad y la profundización de la misma, son un hecho estilizado de la mayoría de las economías de los últimos treinta años: desde los Estados Unidos, la mayoría de las economías emergentes, y casi todas las economías europeas, se han caracterizado por un aumento consistente de la desigualdad: por un incremento de la riqueza y de los ingresos detentados por los más ricos y una disminución de la proporción de esa riqueza por la mayoría más pobre y la clase media.
El aumento en la desigualdad económica acarrea muchos malestares: falta de oportunidades, un futuro incierto para las nuevas generaciones, aumento de la violencia, angustia cultural, desazón y hartazgo, y particularmente, una confusión política. ¿Cómo es posible que los estadounidenses, cansados por la profundización de la desigualdad que ha hecho a los ricos, más ricos, elijan a un billonario para resolver el problema?
Esa confusión política causada por el estrés social de la desigualdad, es la que está detrás del suicidio de Europa. Cierto, la Europa unificada fue una idea de las élites y la burocracia dorada de Bruselas para simplificar los negocios y convertirse en una potencia económica capaz de competir contra los Estados Unidos y China y Japón. Cierto, la unión económica europea se limitó a eso, a la parte económica, y despreció la unidad social y política de la misma.
Pero Europa ha sido siempre una. Culturalmente sus grandes herencias han sido producto de un esfuerzo continental único: Grecia y Roma, el renacimiento, la imprenta, el liberalismo y sus excesos y éxitos, los derechos humanos y su negación: el fascismo y las guerras mundiales. Para bien y para mal la cultura europea ha moldeado el mundo que conocemos, y su vástago, los Estados Unidos, son una versión potenciada y más poderosa, completamente unificada, de Europa.
Europa es una buena idea: unificar esa increíble diversidad de idiomas, orígenes, potenciales y recursos, es una idea que deriva de las mejores tradiciones continentales: la libertad, la igualdad y la fraternidad.
Pero la unión europea, con una moneda única, pronto se dio cuenta que unificar las economías era algo mucho más complejo que unificar las culturas: tener una moneda única, y presupuestos separados implica que la unión de los diversos tiene que girar alrededor del más fuerte: la austera Alemania, y esa austeridad no era lo que necesitaban las economías menos avanzadas: Grecia, España, Portugal e Italia, las cuales requieren mayor inversión en infraestructura para estar al nivel de Alemania y Francia.
El desempeño económico de Europa no ha sido muy distinto del que hemos visto en los Estados Unidos: ha resultado en un incremento de la desigualdad. Y sin embargo no vemos a California y a Texas separándose de la Unión, quejándose de que su riqueza y su trabajo están subsidiando a Alabama y Nebraska. El inglés y una historia común hacen de los Estados Unidos el nombre apropiado para el éxito económico que han tenido los distintos miembros de esa Unión. No es el caso de Europa.
El Reino (Des) Unido ha elegido separarse, y por todas partes en el continente las fuerzas centrípetas predominan. Los europeos sienten que Europa es la culpable de su desazón y su desasosiego. Se equivocan: la izquierda europea debería de tener claro que la creciente desigualdad no es culpa de la idea de una Europa unificada. Pero no es el caso, y a menos de que una agradable sorpresa nos aguarde: Europa se enfila a su suicidio.

La Economía Política De La Reforestación

Reforestar, el país y nuestras ciudades, es una acción que tiene tantos beneficios para tanta gente, que sorprende lo ineficientes que hemos sido para hacerlo. Todo proyecto implica siempre costos y beneficios, y muchas veces el balance entre ambos (una carretera, un tren, una presa) es tan tenue que es difícil elegir. No en el caso de la reforestación, en donde los beneficios son tan abrumadores y los costos tan bajos, que es difícil comprender por qué no tenemos una estrategia agresiva de reforestar el país. Y el mundo.
Reforestar es difícil. No sólo se trata de replantar árboles. La selección de las variedades debe de ser muy cuidadosa y la tasa de éxito si no se hace bien, es muy baja. Si medimos la reforestación como árboles plantados nos estamos engañando. Pero no es difícil hacerlo bien: las naciones pobres de África por ejemplo están plantando un muro de miles de kilómetros para detener al Sahara con un éxito notable.
Empleo:reforestar produce empleos. En los viveros donde brotan los árboles a ser sembrados, en el trasplante y en el cuidado de los árboles ya en su destino. Muchos de esos empleos son de relativamente baja calificación por lo que apoyan a grupos vulnerables y contribuyen a reducir la marginación económica y social. En México la población asociada a la pobreza suele estar ligada a bosques afectados, así que la reforestación.
Un bosque sano puede explotarse y aprovecharse. El corcho de los vinos proviene de robles franceses. Los galos llevan mil años usando sus robles para producir corcho y madera y sus bosques son sanos y prósperos. La pulpa, la madera, pueden usarse con un manejo programado de los bosques, y las comunidades rurales pueden ganar mucho haciéndolo.
Reduce el dióxido de carbono en la atmósfera:esto lo aprendemos desde niños. Los bosques son grandes fábricas de oxígeno y absorbentes de dióxido de carbono. La semana pasada aprendimos que el nivel de CO2 en la atmósfera había alcanzado niveles récord desde que tenemos registros en el mundo. México es uno de los cinco países mega diversos del mundo, y parte de ello se debe a sus bosques. Somos entonces una parte importante del balance de dióxido de carbono en el mundo. Los bosques mexicanos son importantes para el equilibrio atmosférico.
Regeneración de acuíferos:el agua dulce y los bosques están intrínsecamente ligados. Son uno para el otro. La crisis hidrológica que vivimos en varias cuencas de México están ligadas a la pérdida de bosques, y la reforestación contribuiría a atenuarla y revertirla. No nada más el Valle de México; el Bajío ha perdido sus bosques históricos y con ello su capacidad de recargar sus acuíferos; la Comarca Lagunera; la península de Yucatán va aceleradamente hacia allá;  la cuenca de Chapala y zonas como Cuitzeo-Morelia y los Valles Centrales de Oaxaca, entre muchos otros, ligan sus crisis hídricas a la desaparición de los bosques originales.
El agua es cada vez es más costosa porque hay que traerla de cada vez más lejos porque la pérdida de los bosques decimó los acuíferos. Reforestar de manera amplia y extensa, regenerar los bosques y no nada más plantar árboles, sería el inicio de la remediación de la crisis hídrica que avanza en México sin que hagamos lo necesario para detenerla.
Calentamiento global:Recuerdo las ciudades de mi infancia: frescas y arboladas. Recuerdo las frescas riberas de los ríos cercanos: los sabinos de la zona carbonífera de Coahuila, las alamedas y fresnos del río San Juan en medio del desierto. Los árboles urbanos no solamente son un activo que embellece a las ciudades, las hacen amables y vivibles, disfrutables: las refrescan. Atenuar el cambio climática en nuestras ardientes ciudades mexicanas no es tan difícil: reforestemos nuestras ciudades. Por favor.


domingo, 12 de mayo de 2019

China Vs Estados Unidos Y La Dialéctica De Las Patadas

La economía China moderna es una invención de los Estados Unidos para aprovechar su gigantesca reserva laboral y bajos costos para maximizar los beneficios de su industria. China fue la herramienta que la manufactura estadounidense usó para reponer la competitividad que estaba perdiendo a un ritmo alarmante. Pero en un desarrollo predicho, entre otros, por GFW Hegel, el amo está ahora en mano del esclavo, y la guerra comercial de Trump es el intento del amo de recuperar su estatus dominante, lo cual no ocurrirá como Trump lo tiene pensado.
Cuando dos elefantes pelean las crías corren peligro de ser aplastadas por los colosos en disputa. Si las dos mayores economías del planeta se enfrentan en una guerra comercial, puede haber consecuencias inesperadas y daños colaterales. En el caso de México por ejemplo, el enfrentamiento sino-estadounidense se ha agregado a la mezcla de riesgos que mantienen una tasas de interés más alta de lo debería. La semana pasada la disputa refutó a aquellos que esperaban una solución pronta, por lo que vale preguntarse qué puede pasar en el futuro cercano.
Empecemos por el final. ¿China y los Estados Unidos lograrán un acuerdo comercial de algún tipo? ¿O las pláticas se romperán y veremos muros arancelarios levantarse en sendas riberas del Pacífico?
Los mercados están apostando el resultado previsto por los economistas y matemáticos que se conoce como “equilibrio de Nash”. Los dos colosos saben que las pérdidas de un no-acuerdo serían tan grandes que aunque tengan que sacrificar su ganancia máxima, se contentarán con una ganancia promedio que evite las pérdidas resultantes de un no-acuerdo. 
El resultado anterior es el más probable, y por el que los mercados y la economía están apostando. La sabiduría popular sintetiza este “equilibrio de Nash” como un perro que ladra pero no muerde. Donald Trump es un bravucón que amenaza y propina golpes bajos pero sin romper las negociaciones, porque sabe que romperlas implicaría que su principal logro: un rally poderoso de las bolsas de valores, se despedazaría si se desata una guerra comercial en forma.
Pero China conoce bien a Trump y sabe que en esta negociación, la democracia es una desventaja para él, y que la democracia no es una restricción para el gigante asiático, así que lleva una ventaja sobre el neoyorquino. China sabe que Trump puede estirar la cuerda pero que no está dispuesta romperla porque está preso en la trampa en la que que él mismo  se puso: vender a los electores el rally de Wall Street como su principal logro. China sabe que Trump sabe que quien más tiene que perder en el corto plazo es Trump mismo, y eso significa que China puede arriesgar más que Trump en la negociación.
El equilibrio de Nash que Wall Street está descontando alegremente tiene dos riesgos de no materializarse: el primero es que Trump sea más tripas que estrategia, y que sea capaz de tomar las pérdidas con tal de satisfacer su ego y mostrar a sus electores que “castigó” a China poniéndole aranceles a sus exportaciones. Pero si la demanda por un bien es inelástica (poco sensible al precio o que no tenga sustitutos), los aranceles acaban siendo pagados por los consumidores, así que los electores de Trump quizá acaben castigándolo a él cuando él piensa que castiga a China.
El segundo riesgo es que para China las pérdidas de corto plazo de los aranceles de Trump sean menores que las ganancias de largo plazo. De corto plazo la guerra comercial ya tuvo un resultado: México se convirtió en el principal socio comercial de Estados Unidos, al buscar los estadounidenses un proveedor sustituto de los bienes chinos. Estamos entonces en mitad de las patadas.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Economía Mexicana: ¿Qué Ocurrió En Marzo? ¿La Frontera?

Los datos oportunos del PIB del primer trimestre en México mostraron una economía sin crecimiento: en la comparación interanual la variación fue de +0.2%, mientras que la intertrimestral fue de -0.2%. ¿Cuál es la cifra adecuada para analizar el estado de la economía? Podemos decir que el ritmo respecto del año pasado sigue siendo positivo, pero que la tendencia de corto plazo no es favorable dada la inclinación respecto del trimestre anterior.
El tono general sin embargo, más allá de que en el margen la economía crezca o no, es el bajo dinamismo de la actividad, en especial del sector secundario de la economía (manufactura, construcción, minería, energía), que decreció 2.1% respecto del año pasado; la ambigua situación del sector servicios, que representa el mayor peso dentro de la economía y que logró apuntalarse 1.0% respecto del año pasado, aunque cayó 0-2% respecto del trimestre anterior; y por último, y como lo hemos notado aquí en este espacio, el sorprendente dinamismo del sector primario, que crece en ambas comparaciones y brinca 5.6% respecto del ejercicio anterior.
Pero la dinámica de los datos muestra un dato que debe de preocuparnos. Aunque las cifras son oportunas, y dado el pequeño margen de variación, no sería raro que en las revisiones finales de las cifras la estadística de la vuelta y podamos incluso ver cifras ligeramente positivas, todo parece indicar que marzo fue un mes muy severo para la economía nacional.
Las cifras del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), que es muy similar a un PIB mensual,  de febrero habían mostrado un incremento de 1.1% respecto del año anterior, y un avance de 0.3% respecto de enero, con crecimiento uniforme en los tres sectores en la base intermensual. El Igae de enero habían también sido sólido, de +0.2% en base intermensual, y de +1.2% en la comparación interanual. Las cifras eran alentadoras luego de que en diciembre casi todos los datos habían mostrado debilidad aguda y hacían temer un inicio de año muy frágil. Pero no ocurrió: y por el contario enero y febrero fueron sensiblemente mejores a lo que se esperaba y parecía que la economía mexicana había doblado la esquina con paso sólido.
Pero el dato oportuno del PIB del primer trimestre, que muestra un estancamiento general, nos deja dos opciones: o las cifras oportunas serán revisadas al alza y acabaremos viendo un ligero crecimiento (posible pero poco probable); o es la señal de que marzo fue un mes sorprendentemente flaco para la economía.
Algunos datos apoyan la especie de un mes de marzo enclenque: en particular, las importaciones de bienes intermedios, que dominan el monto total de importaciones, y que en una economía re-exportadora como la mexicana, son un útil indicador de la actividad futura de corto plazo crecieron apenas 0.1% en marzo, luego de avanzar 5.2% en febrero y crecer 7.8% en enero. Las cifras parecen sugerir un parón súbito de la economía en marzo, quizá ligada a los primeros atorones del flujo de importaciones en la frontera. Las importaciones de bienes de consumo cayeron 0.5% en marzo y las de bienes de capital quedaron sin movimiento respecto del año anterior.
Las cifras son aún más preocupantes si consideramos que marzo de este año tuvo más días hábiles que el mismo mes del año anterior por el efecto de la semana santa, y es justo lo que marca la diferencia entre las cifras brutas y las ajustadas por estacionalidad.
Si el parón de la economía que vimos en marzo está ligado al estrangulamiento de la frontera que sufrimos en mediados de marzo y abril, entonces quizá veamos un repunte significativo de las cifras en abril y mayo, una vez que el flujo fronterizo se haya normalizado 

domingo, 5 de mayo de 2019

La Economía: ¿Una Piedra Del Camino?

La economía mexicana no creció en el primer trimestre del año. Hacia delante hay tres posibilidades: que lo que vimos en el primer trimestre sea tan solo una piedra en el camino y que volvamos a crecer; que sea el inicio de un estancamiento más prolongado o una racha negativa; o que sigamos estancados, con un crecimiento relativamente bajo, por debajo del crecimiento de la población. Van unos comentarios breves al respecto.
El flaco dato del primer trimestre, cuando el PIB creció -0.2% en base interanual, es la continuación de una tendencia que ya venía desde mediados del año pasado. Prácticamente todos los sectores, salvo la asombrosa agricultura de la economía nacional, presentan un desempeño menguado en los últimos nueves meses, la cifra del primer trimestre entonces no parece ser una mera piedra en el camino sino una fase débil del ciclo. ¿Será prolongada o breve?
La buena noticia es que esta fase suave del ciclo mexicano coincide con un bache económico en los Estados Unidos el cual parece haberse revertido. Las cifras de empleo del mes de abril en EEUU publicados el viernes pasado fueron rotundamente mejor a lo esperado, compensando los datos flacos del mes de febrero que habían enviado señales de recesión en casi todo el mundo.
Aunque un solo dato (y este es el dato más importante), puede no marcar tendencia, la hipótesis de que EEEUU haya entrado en una bache y que esté saliendo del mismo suena plausible. Si eso es así, un rebote económico sincronizado en China, Europa y Asia es factible y con ello México encontraría el terreno fértil para que las cifras suaves que estamos observando en el corto plazo puedan revertirse y retomemos el crecimiento.
El riesgo de que el escenario anterior no se materialice es de tomarse en cuenta. La economía global, empezando por la de EEUU parece estar basculando entre el crecimiento y el estancamiento, no hay una tendencia clara. Cifras sólidas alternan con evidencias de debilidad de una semana a otra, y los mercados de bonos, que nos predictores eficientes del ciclo, no parecen estar muy convencidos de que el crecimiento económico será retomado sólidamente.
Lo anterior se conjuga con el hecho de que las tasas de interés en México son superiores a las de economías con calificación crediticia similar, lo que topa las posibilidades de una recuperación económica sólida y rápida. Junto con temas de incentivos, regulatorios y de procura, el costo del dinero funciona como una freno de corto plazo para retomar el despegue de la economía local en caso de que el ciclo expansivo global regrese con fuerza.
Vemos por ejemplo el comportamiento reciente de las materias primas, quienes ha mostrado un ímpetu inesperado y extendido: no solo los energéticos, también los metales, minerales y productos agrícolas han ascendido sincronizada y uniformemente en meses recientes y han ayudado a exportadores primarios en mercados emergentes a balancear sus cuentas fiscales en el corto plazo y fortalecido sus monedas. México y el peso son un ejemplo claro de ese efecto, pero forma parte de un conjunto de países, como Chile, las naciones árabes, Indonesia, Brasil y Perú, entre otros, en donde la espuma reciente de las commodities ha ayudado a levantar los ingresos fiscales en el corto plazo.
Al menos de corto plazo existen las condiciones para que la economía mexicana acabe documentando los flacos datos del primer trimestre del 2019 como una piedra del camino. Los riesgos sin embargo son de tomar en cuenta, la misma Fed de EEUU ha anunciado que sus decisiones de política monetaria será determinada conforme los datos vayan aclarando el actual panorama: confuso y sin tendencia sólida aparente. Atentos entonces.