domingo, 18 de septiembre de 2016

Donald Trump: Clear And Present Danger

Una doctrina de la Suprema Corte de los Estados Unidos especifica uno de los contados motivos bajo los cuales se suspenderían los derechos establecidos por la primera enmienda. Cuando un “peligro claro y presente” amenazara la nación al punto de justificar la restricción de las libertades individuales con el fin de vencer dicho peligro. Para la economía de México Donald Trump no es una amenaza, no es una posibilidad de daño, es justo ese “peligro claro y presente” que ya hace estragos.
La semana pasada, Ford, la segunda mayor automotriz estadounidense, anunció su decisión de mudar toda la producción de autos compactos a México. Dicha estartegia tiene muchas explicaciones, y no únicamente el hecho de buscar salarios bajos, pues una adecuada política de fomento ha creado en el país un núcleo formidable de desarrollo automotriz que ha convertido al sector en uno de los más competitivos del mundo.
Cierto. Los menores costos de producción (no solo laborales, sino también los otros) son el principal motivo para la mudanza, pero la conjunción de un racimo de empresas conglomeradas en el centro y norte del país que ha creado economías de escala es uno de los aciertos más notables de la política industrial local. La industria emplea en México casi 700 mil personas y es la principal fuente de divisas para México.
¿Por qué Ford se muda al sur? La respuesta es sencilla: porque la automotriz pierde dinero fabricando autos pequeños en Michigan. O muda su producción al sur o de plano desaparece las líneas en sus fábricas de EEUU. Importante notarlo: los autos pequeños son apenas un fragmento de mercado estadounidense, cuyos consumidores prefieran autos grandes y SUV’s, los cuales seguirán siendo fabricados en Flint y otras localidades de los EEUU.
Pero la furia con la que Donald Trump se abalanzó contra Ford en Flint, acusando a la empresa casi de traición, muestra el enorme peligro que representa el neoyorquino para la economía mexicana. No hace falta que Trump llegue a la presidencia para que la economía mexicana sufra. Al menos en dos aspectos dicho efecto es ya palpable. El primero es que ante la gigantesca incertidumbre que representa la agenda Trump en términos de restringir el libre comercio y estrangular la frontera con México, las empresas globales que buscan invertir en México como una plataforma de acceso al mayor mercado del mundo se han detenido o enlentecido.
Ninguna empresa global va a invertir millones de dólares en establecerse en México si en noviembre el presidente Trump confirma su decisión de construir un muro ya no digamos físico, sino comercial en la frontera mexicana. ¿Estamos preparados para un escenario en dónde el racismo comandado por Trump se traduzca en el regreso de miles de paisanos como consecuencia del odio instigado por el magnate metido a político?
El segundo frente en dónde Donald Trump es un peligro claro y presente es en el mercado cambiario. José Miguel Moreno ha ilustrado en estas páginas cómo el peso mexicano es el mejor Trumpómetro del mundo. El mejor indicador disponible para medir la posibilidad de una victoria del candidato republicano en las presidenciales de noviembre. Curiosamente el peso mexicano es víctima de su propio éxito. Una de las monedas más líquidas y transaccionadas del mundo, el peso facilita a aquellos que quieran apostar y beneficiarse de una victoria de Trump en los mercados financieros. Apostar por el desplome del peso en caso de que Trump gane es una perspectiva correcta, y como los mercados anticipan siempre, lo que anticipan ya hoy es que dicha posibilidad está creciendo, y con cada encuesta en que el republicano descuella sobre su rival demócrata, el peso se hunde bajo la fuerza de los inversionistas que buscan protección contra tal evento.

Enrique Krauze ha entendido como nadie lo que Trump significa: la probabilidad que un verdadero tirano, contrario a los valores democráticos estadounidenses, llegue al poder. Krauze ha advertido también: con los tiranos no se negocia, se les contiene. Algunos piensan que “Trump anda en campaña”, que al ser presidente cambiará y que hoy sólo está diciendo estas barbaridades para ganar. Quienes así lo creen cometen un error enorme. El historial de Trump es consistente con el desastre proferido por su boca: sus inversiones inmobiliarias sólo han triunfado a base de enormes subsidios y el esquilmar a sus socios; Trump ha tenido más bancarrotas que éxitos en sus inversiones y cuando quiebra quienes pierden son los otros y no él; Trump es un granuja irreparable, un fraude sin remedio, alguien que no sabe conducirse mas que con abusos y torciendo la ley para su beneficio. Trump no va a cambiar nunca y si gana la relación con México será para nosotros un verdadero desastre, así sin mediaciones ni tapujos.

sábado, 10 de septiembre de 2016

Geografía Económica de Juan Gabriel

En el pináculo de la fama de Michael Jordan, la revista Fortune hizo una estimación de la contribución del deportista más famosa de la historia a la economía de los Estados Unidos. El artículo, de junio de 1998, estimaba dicho valor en 10 mil millones de dólares de aquellos años. En esa época dicho monto era equivalente por ejemplo a la mitad del acervo de reservas internacionales del Banco de México (alrededor de 21 mil millones de dólares en esa época). Tal era el enorme valor de una sola estrella del deporte.
¿Cuánto vale Juan Gabriel para la economía mexicana, y para la economía de los Estados Unidos? Sería muy interesante saberlo, y ojalá alguno de los medios especializados en economía y finanzas de algún lado de la frontera se animara a hacer un estimado, porque el resultado sería interesante.
No se trata de estimar la fortuna del cantante. A lo largo de los años Juan Gabriel, el cantante que más ha vendido en la historia del castellano, seguramente acumuló un acervo considerable. Lo interesante sería saber cuánto vale.

El castellano es el segundo idioma más importante por el número de hablantes nativos, detrás del mandarín, y es el idioma que más nuevos aprendices añade año con año. El castellano está de moda en el mundo, y el dinamismo de su cultura y de la economía de sus países atrae a muchos nuevos estudiantes en fechas recientes. Si la importancia del castellano es tan grande, seguramente el cantante que más se ha escuchado en ese idioma en las últimas décadas representa un factor económico muy importante en esos países.



El mayor país castellano parlante del mundo es por mucho México, con más de 120 millones de hablantes. El país que le sigue son los Estados Unidos, con 52 millones de acuerdo con ciertas estimaciones, proseguido de Colombia con 48.4 millones; España, con 47.8 millones; y Argentina con 43 millones de hablantes.
Por décadas, el cantante más famoso del castellano en México, Estados Unidos, y quizá Colombia, fue Juan Gabriel. En España directamente no fue tan famoso como en éstas latitudes, pero indirectamente, a través de Rocío Durcal, de Isabel Pantoja y otras y otros, sus canciones generaron millones en regalías, ventas y conciertos. Si contamos que en economías de menor tamaño, como Chile, las de centoamérica, Perú y Venezuela, Juan Gabriel fue enormemente popular y un gigantesco vendedor de discos durante décadas, probablemente la economía de Juan Gabriel: formado por un cúmulo de regalías, ventas de discos legales e ilegales, videos, presentaciones, conciertos imitaciones, imágenes y libros a lo largo del mundo castellano parlante, sea bastante considerable.
De acuerdo con Billboard, las reproducciones de canciones de Juan Gabriel en YouTube a partir de su muerte pasaron de 4.4 millones a 52.9 millones , un incremento superior al 1000%, al igual que las ventas de sus discos. De acuerdo con algunos reportes la fortuna personal de Juan Gabriel podría oscilar entre los 30-45 millones de dólares. Algo considerable pero nada comparable a lo que acumulan las estrellas de la música angloparlante. Pero seguramente el tamaño de la economía Juan Gabriel sea varias decenas, o centenas de veces ese valor. Seguramente la contribución de la música y la figura de Juan Gabriel a las economías de los distintos países castellano parlantes no se compare con ningún otro artista.
De acuerdo con Polistar, un medio especializado en conciertos, Juan Gabriel era el sexto mayor generador de ingresos en cada evento, detrás de Madona, Bruce Springsteen y otros. Esa parte de la economía de Juan Gabriel se ha extinguido con el fallecimiento del artista, y todo lo que esa actividad generaba a lo largo de Hispanoamérica llegó a un súbito y brutal fin con su desaparición.
Pero el legado de Juan Gabriel, su obra y su historia de vida son un capital que seguirá generando ingresos para muchas economías. Las regalías seguirán produciendo, los videos seguirán rindiendo, habrá libros, películas y series. La industria, si bien disminuida por la muerte del Divo, seguirá adelante.
Pero la aportación de Juan Gabriel es más compleja que pesos y centavos. Juan Gabriel se convirtió a lo largo de los años, y perdurará, como un bien cultural de México y del castellano, que contribuirá a lo que los politólogos llaman “poder suave”, a esa presencia de México en el mundo no a través de su economía o su poder militar, sino a través de sus bienes intangibles: la cultura y el idioma.
Juan Gabriel y su música asegurarán, como Carlos Gardel aún lo hace para la Argentina, una permanencia en la cultura del castellano y quizá otras lenguas durante muchos años. Juan Gabriel pertenece al poder suave de México. Algo tan importante como la diplomacia, Juan Gabriel abrirá puertas, identificará a gente y culturas, será moneda de uso común por muchos años entre economías de varios países, será la voz con la que México hable al mundo sin que siquiera lo busquemos.