El manejo de la pandemia, tanto en el nivel social como en el individual, ha sido extremadamente difícil para todos. El efecto de los riesgos sanitario y económico ha implicado el enclaustramiento masivo, y el disparo de la peor recesión económica en un siglo. Y así de complicada que ha sido la recesión económica resultante, así será la recuperación, constreñida en todo momento por el tema sanitario, y con la dislocación en el nivel de las empresas, los trabajadores, y el financiamiento. Compartimos aquí algunas ideas que podrían ayudar a que la recuperación post-covid sea más eficiente.
1.-Un seguro de vida para todos (o al menos los trabajadores escenciales): en la reapertura y recuperación económica hay un riesgo que será complicadísimo manejar mientras no exista un remedio contra el covid: el de la infección y sus complicaciones. Como aún no hay una cura, una forma de amortiguar el riesgo que enfrentamos todos al salir a laborar sería el de una poliza general en caso de muerte por covid.
Si no es posible, por el costo (yo creo que es posible, emtiendo bonos perpetuos por ejemplo) una póliza para toda la población, entonces que sea para los trabajadores con dependientes económicos, y de no ser asequible, al menos para los trabajadores escenciales: los de la salud, los del tranpsorte, el abasto de alimentos y bienes escenciales, los empleados de gobierno, los encargados de la seguridad pública y las comunicaciones y el transporte.
2.-Usemos, durante la pandemia, el Infonavit para pagar la renta: la crisis económica ha implicado millones de desempleados, y millares de entre ellos están pasando problemas para pagar las rentas de sus hogares. Es una ironía cruel que mientras esto ocurre, e incluso enfrente desalojos, sus cuentas del Infonavit están intactas. El Estado mexicano diseñó el Instituto del Fondo para la Vivienda de los Trabajadores (y el Fovissste), sin especificar si la vivienda era propia o rentada. Si, sólo durante la pandemia, los diputados enmendaran la Ley para pemitir que los trabajadores paguen la renta de su vivienda con su saldo Infonavit, se haría un uso justo, eficiente, y humano de esos recursos, y se cumpliría el propósito escencial de la fundación del Instituto, a la vez que evitaríamos el sufrimiento de miles de familias.
3.-Usemos nuestra Afore como garantía: nuestra cuenta de Afore es muy valiosa, pues será la principal fuente de pensiones para nuestra vejez. Mal usarla en esta emergencia económica no es aconsejable, pero existe un uso más eficiente. Si los diputados modificaran la Ley para que nuestro saldo Afore pudiera servir como garantía para un crédito bancario, millones de mexicanos podrían tener una línea de liquidez durante estos meses difíciles, sin perder su ahorro para el retiro. Cuando la recuperación económica llegue (y ya está en marcha), los trabajadores podrán pagar ese crédito, liberando la garantía y preservando su cuenta de retiro, evitando la sangría que hemos visto recientemente en dichas cuentas.
4.-Moratoria temporal al costo de nómina: Una forma de apoyar el empleo, sin dirigir apoyos a las ganancias, es apoyar la preservación de la nómina. De manera temporal, mientras dure la pandemia, a aquellas empresas que acrediten que no han reducido su plantilla que tenían en febrero-marzo, se les puede condonar dos terceras partes del impuesto sobre nómina. Las otras dos terceras partes serían absorbidas por los gobiernos estatales, y de ese costo, una tercera parte sería compensado a los estados por la federación. Es posible también, de manera separada, establecer un fondo de garantía para que las empresas la usen para sacar créditos para pagar sus nómina, haciendo deducibles los intereses reales pagados por dichas líneas.
6.-Bonos perpetuos y bonos indexados al PIB: Si nos preocupa que las calificadoras nos castiguen porque se nos va a subir la relación deuda/PIB, hay una forma sencilla de evitarlo: que la deuda sea emitida en bonos cuyo principal esté indexado al PIB. Si nos preocupa tener que pagar mucho si nos endeudamos fuerte para financiar la recuperación económica, entonces emitamos bonos que no se pagan nunca, los bonos perpetuos.
Cierto, ni los bonos perpetuos (que son muy antiguos), ni los bonos indexados al PIB (que son nuevecitos), son fáciles de vender, pero existen inversionistas que lo pueden hacer, para empezar los organismos multilaterales, los cuales fueron fundados hace cincuenta y cinco años, en un mundo que como el de hoy, atravesaba una situación extraordinaria que requirió soluciones extraordinarias.