viernes, 6 de septiembre de 2013

LA GIMNASIA Y LA MAGNESIA DE LA RESERVA FEDERAL


Ben Bernanke, el Presidente de la Reserva Federal (la Fed) , el Banco Central de los Estados Unidos, tiene un serio problema de comunicación: quiere decir gimnasia, pero el mercado entiende magnesia, y esa confusión, que parecería semántica, es económica, y puede complicar la forma en que el mundo desarrollado saldrá de la larga depresión económica en la que se encuentra desde el 2008.

En inglés, la confusión reside en dos términos: tappering y tightening. Bernanke ha dejado claro que “estrechará” el monto de compras trimestrales  que la Fed lleva a cabo en el mercado, esto es lo conocido como tappering. Pero a pesar de que Bernanke ha sido explícito en que “estrechar” no significa “apretar”, las tasas de interés de largo plazo en los Estados Unidos han subido como si lo que Bernanke fuera hacer es subir sus tasas de referencia, es decir, hacer tightenning.

La distinción entre “estrechar” y “apretar”, entre tappering y tightening es sencilla entonces: “estrechar” significa reducir el monto de compra de bonos de la Fed a los bancos, es decir, reducir la inyección de liquidez de la Fed a los intermediarios financieros. “Apretar” significa que la Fed incrementa el nivel de las tasas de fondos federales y/o de descuento, que son las que rigen el costo de dinero de largo plazo y que de manera indirecta, mueven las tasas de largo plazo y del resto de la economía.

Bernanke entonces ha dicho que estrechará, no que apretará, pero la respuesta del mercado ha sido dramática, y el pavor que se ha desatado en el mundo ha debilitado el ímpetu de los mercados accionarios, ha aniquilado a monedas de mercados emergentes como la Rupia, el Real y en menor medida el peso mexicano, algunas de las cuales han caído a sus peores niveles desde 2010.

Pero el efecto más pernicioso ha sido sobre una de las variables más importantes de la economía global: la tasa de interés de largo plazo, la de los bonos de 10 años, la cual ha trepado de manera agresiva y alcanzado máximos desde julio del 2011, acercándose al umbral del 3%.

El ritmo actual de compras de bonos de la Fed a los bancos es de 85 mil millones de dólares mensuales. Tal ritmo es insostenible en el mediano y largo plazo pero lo más importante es que las señales de moderada mejoría en la economía de los Estados Unidos sugieren que dicho monto puede reducirse en el corto plazo. Tal reducción en la talla de las compras puede ocurrir en la reunión plenaria de la Fed de septiembre próximo, con lo que comenzaría un gradual retiro de la ingente liquidez que el banco central ha inyectado en el sistema bancario en los últimos cinco años.

Que el mercado interprete estrechar como apretar, que reaccione a un estrechamiento de la liquidez como una subida inminente de las tasas de referencia es un problema muy común en las finanzas internacionales, un problema que aquejó por ejemplo a la política económica mexicana durante muchos años: la no credibilidad.

Los mercados anticipan siempre. Pueden acertar o equivocarse, pero anticipan siempre, lo hacen en cada momento y con toda la información que digieren: si Bernanke está diciendo que estrechará las compras de bonos, los mercados están previendo ya que en un futuro apretará, subiendo las tasas de interés y al anticiparlo están subiendo la tasa de interés de largo plazo y vendiendo las monedas de los mercados emergentes.

No importa entonces que Bernanke use palabras amorosas para tranquilizar a los mercados, los mercados están anticipando que el estrechamiento de Bernanke será seguido de un apretón de las tasas de interés y están anticipando esa siguiente etapa. No se están creyendo que la Fed se limitará a reducir la talla de la inyección de liquidez, saben que la siguiente estación es inevitable y que el fin de la época de dinero barato, en algún momento de los próximos meses podría estar llegando a su fin si no vemos una recaída de los índices de producción y empleo.

Los mercados han sido muy complacientes, y no hay que culparlos, al gozar de los beneficios de toneladas de liquidez que los bancos centrales han inyectado en el sistema bancario durante los últimos cinco años. Tal época parece parecería estar llegando a su fin, y lo que ocurrirá cuando dicha liquidez se repliegue es muy difícil de preveer, pero las últimas dos semanas nos han dado una probadita de lo que puede venir: caídas en monedas y bolsas de mercados emergentes, rebote de las tasas de largo plazo, minusvalías en posiciones de fondos de pensión con grandes posiciones en bonos.

Entrar en un período de exceso de liquidez es relativamente fácil, pero salir es complicado: serán los bancos centrales del mundo capaces de retirar la liquidez sin causar una disrupción mayor de los mercados financieros en los próximos meses y años. Es difícil saberlo, pero estamos a punto de enterarnos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno e interesante su articulo!