domingo, 16 de marzo de 2014

En Busca Del Cisne Negro

En años recientes en finanzas, se ha dado en llamar un “Cisne Negro” a un evento cuya probabilidad es difícil de conocer, y por lo tanto, se le piensa como poco probable, pero cuyos efectos una vez que ocurre son extremadamente poderosos sobre los mercados y la economía. Tan poderosos que pueden cambiar la forma en que vemos las cosas de manera cotidiana.

Ejemplos de Cisnes Negros por ejemplo son los atentados contra las Torres Gemelas en el año 2001, y la crisis financiera de 2008-2009. Ambos eventos no se encontraban dentro de las expectativas de la inmensa mayoría de los inversionistas, pero su ocurrencia tuvo un impacto extremadamente severo sobre los mercados y la economía hasta el punto de producir cambios en las prácticas normales de los mercados y la vida misma de las personas.


Quienes propusieron llamar Cisnes Negros a éste tipo de eventos usaron un ejemplo real. Para la cultura occidental el color blanco y el cisne estaban tan intrínsecamente ligados en el imaginario que un vocablo era la metáfora del otro. Era imposible pensar  asociar a un cisne con otro color que no fuera la blancura profunda de su plumaje. Los versos escritos contra Darío, del poeta mexicano Enrique González Martinez: “Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje/ 
que da su nota blanca al azul de la fuente;”, denotan por ejemplo hasta qué punto el cisne es asociado al color blanco.

Pero cuando Australia fue descubierta, todo tuvo que ser cambiado, el paradigma tuvo que ser conculcado, las ideas preconcebidas fueron echadas por los aires, pues en Australia los cisnes son negros. Miles de años de cultura occidental que asociaban la blancura con el plumaje del cisne tuvieron que ser descartados.

Que Estados Unidos jamás podía ser atacado por un enemigo externo en su propio suelo; que el precio de las casas no iban nunca a caer; fueron creencias que fueron avasalladas por el ataque a las Torres Gemelas y por la crisis de 2008-2009, respectivamente. Fueron verdaderos Cisnes Negros, como lo fueron también la Segunda Guerra Mundial, y la invención de la computadora personal y el internet.

Menciono éstos dos últimos Cisnes Negros porque su ocurrencia tuvo un efecto particular: sacaron a la economía mundial, especialmente a la de los países desarrollados, de respectivos períodos de estancamiento secular en el que habían caído después de agotarse sendos ciclos de alto crecimiento y bajo desempleo.

La Segunda Guerra Mundial tuvo el efecto de sacudir a la economía mundial de la postración tras una década de crisis tras la Gran Depresión de 1929; el advenimiento de la computadora personal, la informática y la internet provocaron un salto tan grande en la productividad laboral que sacaron a la economía de la miasma económica en que se encontraba desde la severa crisis de 1973.

Un Cisne Negro puede ser un evento terrible, como el atentado a las Torres Gemelas, o la Segunda Guerra Mundial; o puede ser una ocurrencia venturosa, como la invención de las computadoras o el descubrimiento del oro en California; o el descubrimiento de América (quizá el mayor Cisne Negro de la historia).

Es justo eso: un Cisne Negro, lo que hace falta para que ésta larga y penosa crisis por la que atraviesa la mayor parte del mundo desde 2008-2009 pueda resolverse. Necesitamos un evento inesperado, fortuito, o déjenme usar una palabra técnica, estocástico, que produzca o un aumento cuántico en la productividad global del trabajo, o un aumento muy grande en la demanda agregada que permita a la economía global enderezar el rumbo y retomar el crecimiento.

El problema con los Cisnes Negros es que nadie los espera, no se pueden predecir, y por lo tanto no puede uno planear para ello y mucho menos, producirlos. Un Cisne Negro no puede decretarse en el Congreso ni puede ser inducido por el Banco Central: Un cambio tecnológico que conculque las actuales bases económicas y produzca sectores novedosos y nuevas oportunidades, llegará cuando llegue, y no antes. Si bien el cambio tecnológico está en fermento en miles de laboratorios y empresas alrededor del mundo, es difícil prever qué producto, cuándo y dónde, tendrá la capacidad que tuvieron las computadoras y el internet para cambiar el mundo.

Es difícil prever también si un evento como la crisis de Ucrania podrá desembocar en una conflagración no prevista de proporciones y duración tales que implique un aumento muy significativo de la demanda en el resto de las economías del mundo.

Lo que si está muy claro es que la mezcla de extrema holgura monetaria y de laxitud fiscal que las principales economías del mundo han tenido que mezclar irremediablemente para evitar que la economía se desfondara, apenas han sido suficientes para eso: para evitar una Gran Depresión mundial, y para producir en el mejor de los caso tímidos retoños verdes en algunas economías y durante períodos de tiempo breves que no nos alcanzan para calificar a la etapa actual de una recuperación económica franca, y mucho menos de plena expansión y crecimiento.

Necesitamos de un Cisne Negro, de algo inesperado y contundente que nos saque de este marasmo en el que nos encontramos y que impide que millones de personas abandonen el subempleo o franco desempleo que persiste desde hace más de cinco años ya. Dicen sin embargo que hay que tener cuidado porque cuando Dios quiere castigar, nos concede lo que le pedimos. No vaya a ser que ese Cisne Negro que venga a resolvernos las miasmas económicas tenga más negro, que de Cisne.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Edgar, intuyo que estamos en una situacion paralela a la época previa de la primera guerra mundial, muchos de los fenómenos económicos actuales tienen rasgos propios de una guerra económica, que dicho sea de paso son antesalas a las guerras reales, lo que en USA se le da por llamar eufemísticamente Quantitative Easing en China se la llama sin rodeos "Print Money", el libro mas leído por las elites Chinas se llama " Currency Wars"..Quiza este pleito entre Chinos y Occidente se este reflejando en esta prolongada crisis que afecta a todos pero pone freno a China o le da tiempo a Occidente...

Te dejo este link donde Zimmerman empieza a tocar ligeramente este tema desde el punto de vista técnico a ver que te parece...

http://www.united-icap.com/LinkClick.aspx?fileticket=BjawyrmlxRE%3d&tabid=136&mid=632