domingo, 4 de octubre de 2015

Lo Bueno, Lo Malo y Lo Feo De La Decisión de la Fed

Nada, ni las puñaladas, son gratis en esta vida. Todo tiene un costo. Hasta el dinero gratis cuesta. ¿Cuál es el costo de que sigamos teniendo por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos dinero con costo cero, al menos unos meses más? A juzgar por la reacción negativa de los mercados accionarios tras la decisión de no subir tasas, el costo no parece ser nimio, y va a ser difícil de digerir.
Pero todo en esta vida piramidal funesta entonces, tiene un costado bueno, uno malo, y uno feo. Veamos esas tres aristas de la decisión de la Fed.
Lo bueno que la Fed no haya movido sus tasas es evidente: el dinero para los bancos en los Estados Unidos seguirá siendo un regalo. La Fed cobra una tasa de cero por ciento a aquellos bancos comerciales que quieran pedirlo, y al mismo tiempo mantiene en cero, a través de operaciones de liquidez, la tasa a la cual se prestan los bancos comerciales entre ellos los fondos intradía. Es decir, mantiene en cero el costo del dinero para los bancos con el objetivo de que dichas instituciones presten a las empresas y a las familias y haya así más inversión y más empleo y la economía crezca.
Que luego de casi seis años en que las tasas estén en cero el crecimiento no sea aún suficientemente robusto como para regresar a la normalidad es un verdadero motivo de alarma. La escuela keynesiana predijo dicho resultado con su modelo de “trampa de liquidez”, pero no deja de sorprender que el estancamiento económico sea tan persistente.
El resto de los bancos centrales del mundo (incluyendo el Banxico), que andaban con el Jesús en la boca, respiraron aliviados por la decisión de Janet Yellen, la presidenta de la Fed. La mayoría de las economías del mundo no se encuentran en la situación tan favorable en la que está la economía estadounidense: con una tasa de desempleo tan baja y con tasas de crecimiento del PIB tan sólidas, y más bien están en medio del estancamiento y algunas de ellas entrando en recesión. Si la Fed sigue regalando el dinero es bueno, razonan, pues no tendrán que alzar sus tasas domésticas para evitar una reversión de los flujos de capital de sus países a la mayor economía del mundo.
Lo malo de que la Fed no haya subido sus tasas de interés el jueves pasado es que dejó claro el mensaje de que las va a subir pronto, muy probablemente antes del fin de año. Es decir, la aguda incertidumbre causado por la indefinición de la trayectoria de corto plazo de los réditos de referencia de la Fed, continuará, y pocas cosas son peores que la incertidumbre. Mas valdría tener certeza del daño, así sabríamos como actuar, parecen decir los inversionistas, pero esta ambivalencia respecto de si suben o no suben.
Lo malo de que la Fed no haya subido tasas es que da licencia a aquellos que, como China, se resisten a incurrir en los costos de realizar los ajustes internos necesarios para que sus economías se equilibren. Siguiendo con China, ésta economía produce muchas más de lo que debería: debería de cerrar muchas fábricas ineficientes y despedir muchos trabajadores para elevar la productividad y poder competir sin subsidios; necesita dejar de ahorrar tanto y consumir más, necesita desinflar una burbuja especulativa en su desordenado mercado de valores. Necesita hacer muchas cosas que le costarían mucho llevar a cabo. Pero no quiere hacerlo. Total, ha logrado que la Fed, ante el temor de que la turbulencia China reverbere en el resto del mundo, mantenga sin cambios sus tasas de interés. Y así como China, hay varias economías (piensen en Brasil), que han agradecido enormemente que Yellen no haya subido sus tasas con tal de no enfrascarse en ajustes internos que serían necesariamente dolorosos. Y eso es malo, pues el dar licencias a comportamientos no responsables tarde que temprano, como ocurrió en el México de 1988-1994, acaban mal, y a veces, muy mal.
Y lo feo es que cuando esto se ponga feo, se va a poner muy feo.
Qué bueno que la Fed no subió sus tasas, que malo que China seguirá posponiendo su ajuste. Pero que feo se va a poner esto cuando la Fed tenga que subir, parece que ineluctablemente sus tasas de interés.
Como lo hemos escrito en éstas páginas: la Fed es la mamá de todo el mundo. De ella depende la suerte de las economías nacionales, el dinamismo local, el destino de las regiones. Tiene un poder enorme, pero no las facultades para ordenar los factores que restringen su accionar. En la marcha irremontable de la globalización viene un efecto no deseado: la extrema complejidad del mundo se ha concentrado en un solo punto, la Fed.

Como en una figura diseñada por fractales, el proceso azaroso y caótico ha diseñado una figura uniforme y armoniosa, la economía global, pero con el aumento de la complejidad ha venido aparejado un aumento en el efecto que la materialización de los riesgos latentes puedan tener sobre ese bello fractal. Y eso va a estar feo.

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