domingo, 26 de agosto de 2018

Poemas Para Beber En El Starbucks: Lope Enojado, Valiente, Fugitivo

Al Siglo de Oro se le conoce así por algo. Es el período en donde el castellano asciende a las alturas y se convierte en uno de las lenguas cumbres de la literatura. Poblado de gigantes como Quevedo, Góngora y Cervantes, la poesía de ese período produce poemas que no olvidaremos nunca mientras el castellano exista sobre el mundo.

Lope de Vega fue el dramaturgo de ese Siglo de Oro, pero escribió uno de los poemas más hermosos del castellano. Tensionado entre su devoción católica y su pasión por las mujeres, Lope escribió este, el famosísimo soneto 126, una exhaustiva descripción del amor que no nos es difícil imaginar recitándolo a las actrices de sus piezas teatrales en la noche y arrepintiéndose en la capilla en la mañana.

El Soneto 126 es en realidad un hermoso plagio. Una imitación del padre original del soneto: Petrarca, quien escribe en su soneto CXXXIV de su Canzionere, versos que Lope acabará transponiendo e imitando en el 126. El Soneto 126 de Lope es usado para dar clases, como herramienta académica, como motivo de ensayos y de estudios.

Hagámoslo sencillo y nomás rindámonos ante su hermosa perfección.

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

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