domingo, 4 de julio de 2021

Dinero En El Mundo, Dinero Maldito, Que Nada Vale

José Alfredo Jiménez era un economista monetario. Uno de sus primeros éxitos comerciales, “La que se fue”, incluye el siguiente dístico que es una lección de política monetaria actual: “Tengo dinero en el mundo/Dinero maldito, que nada vale”. Detrás de muchos fenómenos difíciles de entender y de explicar de la economía global contemporánea se encuentra justo ese hecho: del año 2000 a la fecha, pero especialmente como reacción a la crisis económica de la pandemia, los bancos centrales han inundado de dinero gratis al sistema financiero. Pero nos hemos acostumbrado tanto a ese dinero que nada vale, que cuando lo retiren, vamos a sufrir.

Podemos trazar esta manía de responder a las crisis recurrentes del capitalismo global a la pinchada de la burbuja de las empresas punto-com en el año 2000. A partir de entonces los mercados financieros saben y celebran una cosa: que los bancos centrales más importantes del mundo, empezando por la Fed, responderán a caídas de las bolsas de valores abriendo las compuertas del dinero gratis, y saben también ahora que entre mayor sea la crisis, mayor será la inundación de liquidez.

Esta voluptuosidad de efectivo contante y sonante permite explicar el alza desconcertante e imparable de todos los mercados al unísono: desde las materias primas, hasta las bolsas de valores y el mercado de bonos. Todo sube sin parar, sin ton ni son, ignorando (casi festejando), riesgos y peligros, destrozando el milenario precepto de que a más rendimiento corresponde mayor riesgo: los bancos centrales han absorbido el riesgo, los inversionistas se han quedado con el rendimiento.

Pero (Lenin gustaba de decirlo), los hechos son tercos, y el frenesí financiero alimentado por el dinero que nada vale, tiene dos problemas: en dónde invertirlo cuando ya todo está carísimo, y sobre todo, cómo y cuándo comenzará el retiro de esa colosal sábana de liquidez, y qué efectos tendrá sobre mercados y economía.

Es posible que los bancos centrales se hayan metido en una trampa de su propia mano, de la cual, como en el Hotel California, no podrán salir: cada vez que intenten retirar la cobija de liquidez que cubre al mundo, la reacción negativa será tan fuerte que tendrán que reabrir las compuertas de la liquidez intermitentemente.

Componiendo la inyección monetaria, los países más avanzados respondieron a la crisis económica del Covid con estímulos fiscales descomunales. El resultado de las expansiones gemelas es que los bancos y las grandes corporaciones se encuentran ahogadas de “dinero maldito, que nada vale”, tanto que incluso los depósitos que los bancos comerciales mantienen por obligación en los bancos centrales están siendo repletos de dinero: la liquidez es tanta que se está regresando a su lugar de origen, a los bancos centrales. La Fed por ejemplo está registrando flujos récord a las cuentas que los bancos comerciales tienen con ella. El sistema está regurgitando la liquidez, como un rumiante.

La liquidez entonces parece estar dando vuelta en una rotonda: de la Fed hacia el sistema financiero y de regreso a la Fed. El efecto neto de este circuito es algo muy interesante: la Fed podría estar comenzando a retirar la liquidez por la puerta de atrás. No está dejando de inyectarla, sino que está succionándola (al menos temporalmente) en el otro extremo: no está apretando, sino esterilizando.

Este regreso de la liquidez se activó a partir de que la Fed y otros bancos centrales hicieron algo muy sencillo. Elevaron la tasa que pagan a los depósitos que le pagan a las cuentas de los bancos comerciales arribita de cero. En el caso de la Fed a apenas 0.05 por ciento. Sin darnos apenas cuenta, los bancos centrales están comenzando a retirar la apabullante liquidez de los mercados.

Y es este justo el problema que la política monetaria debe de atender en los próximos meses, dado que, la eficiencia de las vacunas mediante, la economía global se encuentra en renovada expansión y no necesita ya de los cohetes de liquidez. ¿Cómo retirar ese “dinero maldito, que nada vale” del sistema sin causar daños y sobresaltos que la obliguen a revertirse? La salida de la gran expansión de liquidez no será fácil, pero ya ha comenzado, aunque las bolsas de valores, que no se cansan de marcar un récord tras otro, no quieran ni enterarse.


No hay comentarios: