domingo, 10 de julio de 2022

De Estos Mercados Feos: Hagamos de Tripas, Corazón

Tras registrar su peor semestre en más de cincuenta años, las bolsas del mundo enfrentan un complejo acertijo. El panorama de la inflación es incierto y por lo tanto no queda claro hasta donde llegaran las tasas de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Esta semana inicia la temporada de reportes corporativos trimestrales, la cual muchos temen sea decepcionante. Quizá los mercados sigan igual o peor durante algún tiempo. Pero curiosamente estos son los mejores momentos para invertir si se entiende esta actividad como una estrategia de muy largo plazo.

“Hacer de tripas, corazón” es un preciso dicho de la lengua castellana que bien podría aplicarse para el arte de invertir. Aprovechar los tiempos difíciles para sacar ventaja. Aprovechar y aguantar las temporadas de mercados a la baja para adquirir activos financieros con potencial para remontar en los mercados al alza.

Sin duda el inversionista más famoso del mundo, Warren Buffet, gustaría de esa frase castellana. A él se le atribuyen citas similares: “hay que ser codiciosos cuando los demás son temerosos, y temeros cuando los demás son codiciosos”, es una de sus frases que reflejan la oportunidad que pueden representar mercados como este, que están para los perros.

El principio es sencillo: al comprar cuando los mercados están al alza se corre el riesgo de comprar a precios muy caros, especialmente cuando los mercados experimentan exuberancias como las provocadas por la inyección abultada de liquidez monetaria y fiscal como las vistas en la pandemia reciente. Tales valuaciones altas pueden provocar pérdidas graves a los inversionistas cuando las métricas bursátiles se ajustan a sus promedios históricos, que es lo que probablemente estamos presenciando en este momento.

Múltiples ejercicios muestran que quizá los precios relativos de las acciones tengan un comportamiento estable. Ojo aquí, hablamos de sus “precios relativos”. Si tomamos los precios de las acciones en relación con las ganancias futuras de las empresas; o respecto de otros indicadores, existe un nivel de largo plazo más o menos estable.

En la sucesión de cortos plazos, los precios relativos de las acciones pueden estar muy por arriba de ese promedio, o muy por debajo, pero tarde que temprano regresarán a sus promedios de largo plazo.

Si lo anterior aplica entonces la receta es verdaderamente sencilla: compremos cuando los mercados están abajo, no cuando están subiendo.

Pero no es tan sencillo. Es muy difícil no comprar cuando los mercados están subiendo. La dificultad es mayor en cuanto más suben los precios, porque nadie quiere ser el tonto que no compró algo que parecía caro, y que un día después se puso más caro.

También es muy difícil saber qué tan largos serán esos “cortos plazos” en que los precios están por arriba o por debajo de los mercados. Es muy difícil comprar esperando que los precios suban en mercados bajistas prolongados. Es fácil seguir comprando en mercado al alza que están a punto de colapsarse, porque nunca sabremos en el momento si estamos ante una oportunidad de compra o ante una burbuja especulativa.

Por lo anterior, cuando los mercados están como ahora, para el perro, es cuando es apropiado comprar acciones. Lo malo es que en estas coyunturas la gente puede perder sus empleos y por lo tantos sus ingresos para invertir.

No es tan fácil entonces hacer de tripas, corazón en los mercados. No es tan fácil seguir la lógica inapelable de Buffet. Pero es lo adecuado.

Quizá estos mercados (así lo creo), aún sigan cayendo. Quizá (así lo creo) permanezcan abúlicos durante un período largo de tiempo en lo que la Fed mete en cintura a la inflación y el crecimiento económico regresa a una senda balanceada.

Pero si su horizonte de inversión es de más de diez años, que es como debe ser, entonces esta es una buena ocasión para construir un portafolio de acciones que en el futuro se aprecie y que genere ingresos en años venideros Se requiere constancia, paciencia, ahorro y tolerancia a las pérdidas.

Entre más jóvenes, mejor. Los siguientes meses, quizá años, podrían ser una ocasión inmejorable para los jóvenes que comiencen a invertir, aunque mal momento para quienes estén retirándose y necesitan vender sus acciones en este momento. Los mercados proveen pocas ocasiones para construir portafolios a precios razonables, comprando acciones de excelentes empresas con valuaciones bajas. Quizá el actual sea uno de ellos.

 

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