viernes, 10 de septiembre de 2010

Montserrat Olivier

Hoy estaba comiendo en un restaurante en Reforma, mi asiento estaba de cara a la entrada del lugar, estaba empezando a comer las entradas cuando la veo entrar.

Se muy bien lo que dicen de ella, y probablemente sea cierto, pero su belleza es tan espectacular que nada de lo que se diga de ella importa.



Se sentó en la mesa de al lado, se paraba y caminaba por entre las mesas, he de haber tenido una cara de tarado porque no podía dejar de verla, es más, ya ni me acuerdo qué comí.

Las estrellas de cine o televisión son una clase aparte, son mujeres que existen en otro mundo y de vez en cuando, nos visitan en este, como Montserrat Olivier lo hizo esta tarde, para la fiesta de mis ojos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

para eso Dios inventó la camarita del celular.

saludos

MQ

Cid dijo...

No fue Dios. Fueron los japoneses...