domingo, 10 de abril de 2016

¿El Fin de Los Bancos?

Los bancos y el capitalismo son uno y lo mismo: el capitalismo precisó de los bancos para nacer y expandirse, y a partir de ese momento los bancos se convirtieron en la institución clave del sistema. No importa la etapa, cualquiera sea la industria que apuntale al capitalismo global; la textil, la siderúrgica, la automotriz, las computadoras, la internet o los robots, una constante permanece: la necesidad de los bancos para financiarlas.
Pero el actual modelo de los bancos está en crisis debido a dos factores: uno que parecería ser de corto plazo pero que ya se ha prolongado por demasiado tiempo, y el otro de largo plazo pero que parece que ya está llegando.
La conjunción de estos dos factores: el de corto plazo, las tasas de interés en cero o negativas; y el de largo plazo, el efecto de internet sobre la intermediación financiera, está moldeando el negocio bancario de una forma dramática y seguramente la banca que tengamos de aquí a cincuenta años será radicalmente distinta de la que tenemos hoy.
Estos dos factores; las tasas mínimas y el efecto de internet sobre la intermediación financiera se componen en una industria que además viene recuperándose con penas de su peor crisis en 90 años, la cual vio sucumbir a centenar de bancos y de incrementar dramáticamente el costo y la rigidez de la regulación pública sobre el negocio.
Es tal la cantidad e intensidad de retos que experimenta la banca, que ninguna compañía tiene garantizada su futuro. El banco más antiguo del mundo, el italiano Monte dei Paschi di Siena, una reliquia fundada en 1492, y que por tanto ha sobrevivido todos las calamidades y peligros de los últimos 524 años, se encuentra en una situación desesperada y en riesgo de desaparecer bajo los efectos de la crisis bancaria actual. Bancos como Royal Bank of Scotland, Lloyd’s y Barclays, fundados en el siglo XVIII enfrentan vientos de frente severos.
Un banco es una empresa que empresta para prestar: pide dinero entre sus depositantes o en el mercado y los presta a sus clientes, pero esas dos partes de su actividad están desfasadas: empresta a corto plazo y presta a largo plazo. El negocio del banco es que la tasa a la que prestan es mayor a la que empresta: ese diferencial es su ganancia. Pero ese diferencial se ha colapsado en los últimos años al apretarse de manera dramática las tasas de interés como resultado de la política ultra expansiva de los bancos centrales para tratar de salvar primero y reanimar después a la economía global del colapso. Con tasas negativas o cero, con esfuerzos deliberados de los bancos centrales de anclar las tasas de largo plazo, los márgenes bancarios se encuentran tan apretados que en muchas ocasiones no cubren los costos (operativos mas los de regulación) de la operación normal. Casi cualquier acción bancaria en este momento se encuentran cercana a los niveles vistos durante la crisis de 2008-2009, hay algunas incluso por debajo de ese nivel, reflejando el pesimismo de los inversionistas respecto de la habilidad de los bancos de hacer dinero.
Las tasas mínimas que llegaron en 2008 y que no se han ido, quizá algún día sean cosa del pasado y los márgenes “normales” podrán regresar para los bancos sobrevivientes. Pero el efecto que el internet está teniendo y tendrá sobre el modelo bancario quizá sea más peligroso y permanente que las tasas bajas.
Si los bancos no existieran habría que inventarlos. Los bancos existen por una razón muy sencilla: porque los ahorradores y los que invierten no se conocen. Los bancos son intermediarios entre los millones de ahorradores y las miles de empresas que piden dinero para invertir, los cuales no se conocen. Hasta ahora.

La internet y las nuevas tecnologías han hecho posible que la mano invisible sea visible. La facilidad con la que aquellos que necesitan invertir y el público ahorrador se conozcan sin necesidad de un banco en medio queda patente con el boom del llamado “crowd funding”, en donde los ahorradores y los inversores se conectan de manera directa y eficiente, en donde los ahorradores pueden incluso escoger aquellos proyectos que quieren financiar y no como ahora, en donde nuestros ahorros no pueden identificarse con algún proyecto en particular. El crowd funding ha crecido de una manera explosiva en los últimos años, y las condiciones para que se convierta en una solución alternativa a la banca están puestas y probablemente vaya a convertirse en una solución predominante en las próximas décadas, circunvalando a los bancos quienes no aciertan en este momento a reaccionar ante un fenómeno que básicamente implicaría su desaparición…en el largo plazo.

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