Este 7 de marzo, Hollywood celebra una vez más su ceremonia más vana y hermosa: los Oscar. No hay nada en su género que se le compare. Por muy convencional, predecible y rutinaria que pueda ser, al final de cuentas queda una celebración del cine, ese género literario de la modernidad que en mi opinión, es el arte mayor.
Si tienen niños sabrán que ir al cine a ver películas que no sean de Disney es un lujo, así que cada vez que salimos a ver una película tratamos de escoger bien.
En el otoño vimos una película que son dos: una pésima (Julie), y una fantástica (& Julia). Julie & julia es una película fallida, la idea es buena pero la película no resulta, y la mitad de ella es de plano insoportable. Pero está Meryl Streep.
No es el papel de su vida, no es la actuación de "Las Horas", o "La Duda", o "Silkwood", o de una de las quince películas anteriores en que la Streep ha sido nominada al Oscar (más que ninguna otra persona en la historia). Pero es una actuación hilarante, entrañable, simpática y perfecta. Es una recreación insuperable de Julia Childs, el icono de la cocina estadounidense, y una figura legendaria de la cultura norteamericana.
Vale la pena soplarse esta mediocre película sólo por el placer de ver a la mejor actriz de cine de todos los tiempos desplegarse y brillar como nadie más sabe hacerlo.
1 comentario:
Totalmente de acuerdo!!! Meryl es la más grande actriz de todos los tiempos. Sólo ella me logra emocionar en cada uno de sus personajes, verla es un placer.
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