viernes, 25 de junio de 2010

¡Te Vamos A Extrañar Mucho, Tenencia!

No hay impuesto bueno. Hay impuestos malos, peores, y pésimos. La tenencia es (era, sniff) un impuesto malo. A secas. Y aunque el lector promedio de El Semanario abomine lo que voy a decir, créame que vamos a extrañar a la tenencia.



La tenencia es un impuesto que escogemos pagar: la tenencia es el impuesto que estamos dispuestos a pagar con tal de no pasar el doble del tiempo viajando en transporte público. Nadie nos obliga a comprar auto, y el costo fiscal de tener esa lujo se llama tenencia. Por eso es un impuesto malo.

Suena un poco forzado decir que uno escoge no trabajar con tal de no pagar el impuesto sobre la renta. Trabajar es, casi para cualquiera, una necesidad, y por hacerlo tenemos que pagar un impuesto sobre los ingresos que recibimos. El ISR es un impuesto malo.

Pero el IVA es un impuesto que no podemos evitar, ni elegir. Lo tenemos que pagar. No es muy difícil elegir no tener auto; es un poco más difícil elegir no trabajar; pero es imposible elegir no comprar nada a nadie, y en el momento en que compramos algo a alguien, pagamos el IVA, por eso es un impuesto pésimo.

Si para nosotros la tenencia es un impuesto malo; el ISR un impuesto peor, y el IVA un impuesto pésimo, para la hacienda pública los calificativos son justos los inversos: la tenencia es un impuesto bueno, el ISR es mejor, pero la alcabala del IVA es un impuesto óptimo.

Por eso los recaudadores mexicanos llevan años tratando de generalizar ese impuesto pésimo/óptimo que es el IVA, y por eso ahora están dispuestos a eliminar ese impuesto malo/bueno que es la tenencia.

Con las finanzas públicas en la situación precaria en la que están, al punto que las agencias calificadoras nos degradaron recientemente la calidad crediticia de nuestra deuda en moneda extranjera, no es difícil suponer que la eliminación de ese impuesto malo que es la tenencia, podría ser sustituido por un impuesto peor.

Pero déjeme detenerme un poco aquí para hacer una nota: la tenencia es un impuesto federal, pero es recaudado por los estados, al punto de representar para muchos de ellos, la principal fuente de ingresos propios. El gobierno federal no recibe un peso de la tenencia, así que eliminar ese impuesto no le cuesta absolutamente nada. En sentido estricto, Felipe Calderón está haciendo caravana con 32 sombreros ajenos. La eliminación de la tenencia no tendrá ningún impacto inmediato sobre las finanzas públicas federales, y por lo tanto las calificadoras deberán de estar tranquilas…pero el efecto sobre las finanzas de los estados podrían ser devastadoras. Pero sobre este punto regresaremos más tarde.

Antes déjenme seguir con las loas a la tenencia. En un país en donde gravar la riqueza es anatema, en donde ni siquiera se gravan las herencias, la tenencia es lo más parecido a un impuesto a la riqueza: entre más caro es el auto, mayor es el pago de tenencia. Es más, quienes no tienen auto no pagan tenencia, y quienes quieren un Ferrari, tendrán que pagar una tenencia enorme. La tenencia es un impuesto justo, o lo que se conoce en la jerga fiscal como progresivo.

(Hay un problema serio con la tenencia. Entre más barato es un auto menos limpio es en términos de emisiones de carbono. La tenencia entonces penaliza a los autos más limpios, que son los autos más caros. La tenencia no es entonces un impuesto verde, salvo por el hecho de que incentiva de manera indirecta el transporte público al encarecer los autos.)

¿Con qué impuesto van a sustituir los 31 estados y el Distrito Federal los ingresos que dejen de percibir en enero del 2012, justo a las puertas de la elección presidencial? ¿O de veras podemos creer que para compensar la pérdida de los ingresos por tenencia las 32 entidades van a ajustar su gasto corriente, justo a las puertas de la encarnizada elección presidencial de julio del 2012?

Si no es con una reducción de gastos (¿van a reducir gasto en el 2012?), existen dos vías (en realidad es una), con que los Estados compensarían la caída de los ingresos producidos por la tenencia: un nuevo impuesto, o más deuda, que se tendrá que pagar con más impuestos, no hoy, sino mañana.

Y aquí es donde entra en juego la otra arista de la decisión del gobierno federal de eliminar la tenencia, que como ya dijimos, no le va a costar ni un centavo de manera directa: es una jugada calculadoramente política, que va a erosionar de manera muy importante, el músculo financiero de los principales rivales políticos del partido en el poder: a los poderosos gobernadores del PRI, en especial a Enrique Peña Nieto, y al corazón político del PRD, el Distrito Federal.

Las dos entidades del país que más recaudan ingresos por concepto de tenencia, son el Estado de México y el Distrito Federal, con casi cinco mil millones de pesos cada uno. Quitarles cinco mil millones de pesos a Marcelo Ebrard y a Enrique Peña Nieto el primer trimestre del 2012 (el grueso de la tenencia se recauda entre enero-marzo) probablemente tenga un impacto muy importante en el financiamiento de las campañas rumbo a la presidencia en julio de ese año.

Lo mismo pasará con el resto de los Estados, en donde el PRI es el partido que más entidades cuenta en su columna, y por tanto, justo en enero-marzo del 2012, los poderosos barones del PRI dejarán de percibir una parte importante de los ingresos provenientes de la tenencia.

Los gobernadores panistas, que son cada vez menos, sufrirán también, pero probablemente el candidato del PAN no venga de una entidad sino del gobierno federal, quien no sufrirá un ápice en sus arcas por la eliminación de la tenencia.

Si la eliminación de la tenencia no fue una maniobra política fríamente calculada, se le parece mucho: el gobierno federal queda bien con los propietarios de autos justo en el 2012, ayudando a la alicaída industria automotriz (en detrimento del transporte público), y al mismo tiempo, asesta a los poderosos virreyes del PRI y al corazón del PRD, un golpe financiero tremendo justo en el momento en que la máquina del gasto público debería de comenzar a trabajar rumbo a las presidenciales del 2012.

Por lo anterior si bien no nosotros, si los gobernadores de este país exclamarán: ¡Te vamos a extrañar mucho, tenencia¡

3 comentarios:

Mujer Maravilla a la Mexicana dijo...

Extraordinario análisis. Sobre todo la parte "conspiración política". Como ciudadana común, uffff unos miles de pesos que me ahorraré, pero efectivamente si eliminan ingresos de algún lado tendrán que sacar.

Un abrazo.

GABRIEL dijo...

QUE CHINGON ANALISIS... MIS RESPETOS DR AMADOR. GABRIEL PARREÑO

Oliver dijo...

Me parece que lo que podría compensar esta caída en los ingresos estatales sería el impuesto a la gasolina (IEPS) que se cobra por litro, y este impuesto sí es amigable con el medio ambiente, además de ser progresivo. Checando en la página de la SHCP, en 2009 las transferencias por este concepto (IEPS art. 2o.A) y por la tenencia tendieron a igualarse. Podría ser un buen sustituto, ¿no crees? Aunque los gobiernos estatales seguirían haciéndose patos para cobrar impuestos y asumir los costos

Saludos.

Oliver