lunes, 7 de junio de 2010

Un Adios Materialista A Bolívar Echeverría

Esta mañana me entero que el sábado murió Bolivar Echeverría, el Maestro de mis Maestros, y con quien tomé algunos cursos, pero cuyos libros leí hasta el último detalle, y cuyo pensamiento ha sido para mí, desde que era joven, una luz en el camino.

Bolivar Echeverría ya era una leyenda cuando lo conocí: un renacentista materialista, especialista en Bertolt Brecht y Walter Benjamin como pocos, un gran introductor de Luckacs, y sin duda, el filosofo materialista más importante de habla castellana de la segunda mitad del siglo XX.



Pero lo más importante de todo fue lo siguiente: fue el primer latinoamericano que leyó a Marx con ojos materialistas, lejos del romanticismo con que la izquierda latinoamericana y los republicanos españoles lo habían leído. Educado en Alemania con los Maestros de la Escuela de Frankfurt, la de Bolívar Echeverría fue la primera lectura verdaderamente materialista, atea y cinetífica de lo que el llamó, con precisión, el discurso crítico de Marx.

Bolívar Echeverría creó una primera camada de discípulos, y luego presenció varias diásporas de los mismos, lo cual, en el gran esquema de las cosas no hizo mas que beneficiar al pensamiento de izquierda en el país, sus diversos alumnos, con diversas ideas, se fueron por allí predicando la simiente del pensamiento de Echeverría y añadiendo ramas al tronco primigenio que fue el maestro ecuatoriano.

La muerte es siempre inoportuna: siempre llega demasiado pronto o demasiado tarde. No es puntual nunca. Pero el corazón de Bolivar ya no laterá más, y no llevará sangre a ese cerebro que como pocos, supo descifrar algunas aristas, descifró complejos nudos de esta realidad que en estos momentos de renovada crisis económica global, amenaza con voltearse contra su creador, el sujeto social, en una confirmación de uno de los grandes temas que Bolivar tocaba desde Marx, la enajenación que implica el mercado: vuelto contra su propio perpetrador.

La izquierda en el mundo pierde mucho con la muerte de Bolívar Echeverría: pierde a uno de sus más precisos materialistas, a un devoto del estilo literario, a un puntilloso traductor, a un filósofo ateo decantado y fascinante.

No está el mundo para andar perdiendo gente como usted, Maestro Bolívar, lo vamos a extrañar, y mucho.

4 comentarios:

Mujer Maravilla a la Mexicana dijo...

Cuando muera me gustaría que alguien escribiera algo como tu pequeño adiós. Me sorprende gratamente lo que escribes porque a pesar de tus post de música ranchera, reseñas de libros, tus posts económicos son muy rigurosos, qué consideres dentro de tus grandes maestros a un personaje de izquierda me sorprende.
Definitivamente voy a investigar el trabajo de este hombre que parece por tus palabras tuvo una vida fructífera y eso es lo importante.

Un abrazo

Liber León dijo...

Hay tantos marxismos entre los cuales perderse que estos pensadores que pensaban con su propia cabeza en una realidad que no acepta más ideas sobrepuestas fueron verdaderas brújulas y faros. Muy buena tu despedida.

Curioso que se fuera con menos de 15 días de diferencia que Pedro López, el otro fundador del semeninario del capital en la facultad de economía y su amigo de décadas; podríamos imaginar que Pedro no se quizo ir sólo, para no dudar que dios no,existe y van cotorreando -y tirando piedras- en el camino, riendose un poco del rollo en el que nos dejaron; bien lo imagino platicando "mira, dejas a tus pobres pupilos suspirando por un socialismo para el siglo XXI, confundidos con modas posmodernas, con la tierra destruyendose y sin muchas herramientas teóricas porque los burros o no querían leer o leían a Marx talmúdicamente...a ver como les va, por lo mientras vamos a platicar con Maurice Joly que ahí va pasando"

Anónimo dijo...

Ese fue un gran adios materialista cargado de sentimiento (¿será por eso que lo mismo escribes sobre música ranchera?)
Bolívar es mi primer gran maestro que se me va. Y se siente muy raro.
Gracias, hermano, por esas palabras
El rubén

Anónimo dijo...

y que coños tiene que ver el ateísmo de éste investigador , no mamen