jueves, 13 de noviembre de 2008

¿PUEDE LA FED RECORTAR SUS TASAS DE INTERÉS POR DEBAJO DE CERO?


Como al soldado que envían a la guerra sin fusil ni municiones, las economías desarrolladas –especialmente la de EU–, van a enfrentar la recesión que se aproxima sin sus dos armas tradicionales de combate

Los libros de texto dicen que el ciclo económico funciona como sigue: durante la etapa de expansión, se demandan recursos y por tanto existe una presión sobre los precios la cual el Banco Central trata de moderar mediante alzas en las tasas. Los mayores ingresos se traducen en mayores impuestos y por lo tanto, en superávit fiscales.

Cuando llega la recesión, el Banco Central baja sus tasas de interés que subió durante la expansión, y el gobierno gasta el superávit fiscal que acumuló, con el fin de reactivar la economía.

Lo anterior quiere decir que tanto las tasas de interés como el superávit fiscal son cíclicos: suben durante la expansión, y bajan en las recesiones. Este patrón conforma las dos herramientas más poderosas con las que cuentan los bancos centrales y los gobiernos para modular el ciclo económico; la política monetaria y fiscal.

Pero en esta ocasión, esos dos grandes brazos de la política económica se encuentran cercenados, lo cual va a complicar mucho el pilotaje de las economías desarrolladas, especialmente de los EU.

EL LÍMITE DE LA POLÍTICA MONETARIA

En EU, la recesión apenas da visos de estarse materializando. No cabe duda entonces, la Fed deberá de seguir bajando sus tasas líderes en los próximos meses.

Pero he allí un pequeño problema, tan pequeño como el 1% en donde se encuentra en este momento la tasa de los Fondos Federales de la Fed. Por un lado, la Fed remunera las reservas que los bancos depositan en la Fed a una tasa del 0.35%, y por otra parte, cobra a quienes piden liquidez en su ventanilla, un 1%.

Claramente la Fed no puede perder dinero y por lo tanto, su margen de maniobra es de tan sólo de 0.65%. Bastaría una sola reunión de la Fed (la próxima es el 16 de diciembre) en donde se reduzcan 50 centésimas para ponerse en el límite de la política monetaria. Tal evento va a ocurrir, el deterioro de la economía es fatal y la Fed se va a encontrar en dicho límite muy pronto.

¿Qué va a ocurrir allí? Si hay inflación entonces tendremos tasas de interés reales negativas, lo que produce incentivos para consumir e invertir y si a eso añadimos un paquete de gasto público ambicioso, estaremos fuera de la recesión rumbo a finales del 2009.

Pero si en lugar de inflación, con tasa de interés cero tenemos deflación, entonces tendremos un problema muy grave, pues las tasas de interés reales serían positivas, produciendo incentivos a ahorrar la liquidez y posponer planes de consumo e inversión.

En un ciclo normal si llega la deflación, la Fed tiene margen para bajar tasas pues comienza la recesión con tasas altas. Pero ahora, empezaremos la recesión con las tasas más bajas en sesenta años.

En esa singularidad, las opciones de la Fed son muy limitadas. Una de las opciones que usó Japón, se llamó “recortes cuantitativos”, que consiste en comprar bonos gubernamentales o de otro tipo (hipotecarios, etcétera.) y en inyectar toneladas de liquidez en montos superiores a los necesarios para mantener la tasa de interés en cero.

En otras palabras, los “recortes cuantitativos” usados por Japón a principios de la década del 2000, es justo lo que la Fed y el BCE ya han estado haciendo en estos últimos meses para salvar a los bancos. ¡Y todavía no llegamos a cero!

La segunda parte de los “recortes nominales” es precisamente lo que la SHCP y el Banco de México hicieron hace un par de semanas: comprar bonos de largo plazo con el fin de reducir las tasas de interés en la parte larga de la curva. Tal estrategia no se ha llevado aún acabo en EU ni en Europa, y muy probablemente sea lo que veamos cuando las tasas de la Fed y de Europa se encuentren muy cercanas al cero.

Lo malo de lo anterior es que, de acuerdo con la evidencia y con la mayoría de los análisis, en una situación de tasas cero con deflación, los “recortes nominales” no tienen un impacto significativo sobre la economía, pues no alteran las expectativas de inflación, es decir, las tasas reales siguen siendo positivas y no hay incentivos para gastar y consumir.

El anterior cuadro no es una ficción, es justamente lo que ocurrió en Japón, en donde batallaron con más de una década de tasas cero-deflación-estancamiento, y ese es sin duda, el escenario pesadilla para Ben Bernanke y quien quiera que sea el próximo secretario del Tesoro de los EU.

EL LÍMITE DE LA POLÍTICA FISCAL

Usualmente, cuando la economía entra en una recesión, el gobierno tiene superávit fiscales provenientes de los años de expansión, y utiliza dicho superávit para estimular la economía mediante el gasto público.

Pero en este ciclo económico, cuando el desastroso gobierno de George Bush se gastó el superávit público de Clinton en el gasto improductivo de las guerras contra el terrorismo, EU (y Europa en cierta medida), va a comenzar esta recesión con el fardo del déficit fiscal más grande de la historia.

Es muy probable que el déficit fiscal del 2008, acentuado además por el rescate financiero y la recesión económica sea de 450,000 mdd, y el del 2009 de cuando menos 550,000 millones. Cuando Japón entró en su prolongada y oscura recesión, el tesoro japonés gozaba de amplio superávit, el cual se gastó de manera progresiva hasta convertirse en el monstruoso déficit que es hoy, pero que no obstante, contribuyó a amortiguar la caída luego de que la burbuja inmobiliaria de Japón (si, en el origen de esa crisis hubo también una burbuja inmobiliaria) se reventara y sumiera a la economía en la larga noche de su depresión.

¿Cómo va a hacerle EU (y en menor medida, Europa) para paliar la recesión con gasto público si la recesión apenas comienza y ya tiene el mayor déficit de su historia? ¿Cómo se va a pagar, a qué tasa les va a prestar el resto del mundo los bonos de largo plazo que va a emitir para rescatar a sus bancos, a sus aseguradoras, a sus automotrices, etcétera.? ¿Cómo va a hacerle para que las tasas altas que va a tener que cobrarle los inversionistas que lo financien a largo plazo, no inhiban la reactivación de la economía?

La ecuación es extremadamente complicada, EU entrará a esta recesión manco de los dos brazos de la política económica, y así de mancos como estamos, sólo nos queda cruzar los dedos.

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