jueves, 20 de mayo de 2010

Y Cuando Despertó, El Monstruo De La Deuda Seguía Allí

La deuda no se crea ni se destruye, sólo se transforma. El principio de conservación de la materia de Lavoisier bien se puede aplicar al endeudamiento. El gigantesco rescate financiero que vimos en el 2009, en donde las mayores economías del mundo, azotadas por las crisis bancarias que hicieron pedazos los mercados financieros, descansaron bajo un principio sencillo: convirtieron la deuda del sector privado en deuda pública, y por lo tanto, hemos pasado de una crisis económica disparada por el endeudamiento de los individuos, a una crisis fiscal producida por el endeudamiento de los Estados soberanos.

El punto es que el problema de fondo sigue sin resolverse, la deuda no se ha pagado, sólo fue transferida del balance de los bancos, al balance de los gobiernos. Como los individuos y las familias ya no pudieron pagar sus enormes deudas, los bancos comenzaron a quebrar y a dejar de pagar ellos mismos, y para evitar que una quiebra masiva de bancos colapsara a la economía global, los gobiernos acabaron absorbiendo esa deuda..PERO NO LA HAN PAGADO.

El masivo endeudamiento en que incurrieron millones de individuos y familias en los países desarrollados en el largo período 1990-2008, estuvo a punto de provocar una depresión mundial, y lo único que lo pudo evitar fue que los gobiernos acabaron quedándose con esa papa caliente que los bancos le arrojaron en su desplome. El problema sólo cambio de manos, pero sigue allí, pues la deuda no se ha pagado.

Existen tres formas de pagar esa colosal deuda que ahoga a los países de Europa, a Japón y a los Estados Unidos: la primera es que haya un crecimiento espectacular de la economía que genere los impuestos necesarios para pagarla; la segunda es que haya un descubrimiento súbito de recursos naturales valiosos que el Estado pueda gravar de manera agresiva; la segunda es subir impuestos. En otras palabras, sólo existe una forma de pagar la deuda: con impuestos.

Bueno, existe otra: produciendo inflación. Y las condiciones están listas para que ello ocurra.

Si yo debo 100 pesos a pagar en 10 años, y en el año uno gano 10 pesos al año, me tomaría 10 años en pagar el principal de mi crédito. Pero si hay inflación, y logro que mis salario se ajuste con ella, y digamos que en el año cinco esté ganando debido a la inflación, 20 pesos, la deuda la podré pagar en 7,5 años. A eso los economistas le llaman monetizar la inflación, o licuarla.

Pero es muy importante tener en cuenta lo siguiente: quinientos millones de personas endeudadas no podrían producir inflación, por mucho que se esfuercen, ellas no pueden licuar sus deudas mientras las tengan en sus balances. Pero los gobiernos si pueden producir inflación. Si las deudas de esas quinientas millones de personas son transferidas al gobierno (por ejemplo, rescatando a los bancos que vivían de esas deudas), entonces esa persona que es el gobierno va a tener muchos incentivos para producir inflación: eso le permitirá pagar la colosal deuda absorbida a esas quinientos millones de personas sin subir impuestos.

Pero casi se me olvida un pequeño detalle: la inflación es un impuesto, y un impuesto peculiar. Un impuesto recaudado por el gobierno afecta de manera más o menos pareja a todos los consumidores, y si el gobierno es justo, usará esos impuestos para canalizar recursos de los que más tienen, a los que menos tienen.

La inflación es un impuesto que quita a aquellos que no tienen ingresos ajustados a la inflación, y que da a aquellos cuyos ingresos vienen de vender artículos cuyos precios suben con la inflación. Es una transferencia de pobres a ricos sin que medie el gobierno.

No hay de otra, de una u otra forma, las deudas se pagan con impuestos. Y este masivo endeudamiento de estadounidenses, españoles, griegos, islandeses, portugueses, etc. Se pagará con un impuesto o con otro. Y si se incrementan los impuestos para pagar deudas, no habrá crecimiento por algunos años. Vamos a un período de estancamiento prolongado.

Yo pienso que probablemente esta deuda brutal acabe pagándose con inflación, así que prepárense. Y la escala de esta nueva etapa de crisis de deuda dependerá de qué tan endeudado esté el país.

Con todo lo que se diga de los manirrotos estadounidenses, los Estados Unidos entraron en esta crisis con individuos endeudadas, pero con empresas con balances muy sanos; los griegos entraron con un gobierno y con individuos endeudados; pero España entró con individuos con deuda hasta el tope, y con compañías globales que habían construido su alcance global comprando compañías a diestra y siniestra acumulando montañas de deuda.

Dependiendo de quién se endeudo, cada país tendrá un derrotero distinto en estos años que vienen: México, por primera vez en su historia, está relativamente sano en ese frente…pero su enorme vecino no lo está.

2 comentarios:

Mujer Maravilla a la Mexicana dijo...

ufff que frase para el cierre del post.

Recomienda, algún paper o libro dónde se expliqué quién va a recibir o quién está recibiendo el pago de esta deuda, porque si todos mundo esta endeudado y todo mundo está tratando de pagar me queda la pregunta quién va a recibir ese pago y si de alguna forma eso implique inversión o algún factor que haga el estancamiento menos prolongado.

Un abrazo

CID dijo...

La terrible presión deflacionista actual va a impedir que se de la tan ansiada inflación, deseada por los gobiernos:

- la masiva oferta de mano de obra por parte de los BRICs impide cualquier presión salarial,
- la enorme capacidad ociosa impedirá presión de precios,
- la crisis mostró que si los bancos no prestan, por mas que inyecten los bancos centrales dinero, este no genera inflación porque no circula.

No les va a quedar otra que devaluar sus monedas, pero esto tiene efecto solo si los demás no devalúan también. Lo cual lo dudo. A parte, no influirá en países como China que mantienen artificialmente la paridad.

Mi conclusión es que se resolverá de forma arbitraria, o sea guerras. Y si bien no será bueno tener deudas, tampoco será la mejor solución tener ahorros.