martes, 15 de septiembre de 2009

¡Denles Pasteles! (Columna en El Semanario)

De veras que quiero pensar lo siguiente: que a sabiendas que la composición actual de la Cámara de Diputados, en donde el PRI y sus aliados son mayoría, demandaría más gasto hacia los Estados y Municipios y hacia programas afines, la Secretaría de Hacienda preparó un paquete asombrosamente conservador, casi en las antípodas de lo que la economía requiere en este momento.

El razonamiento seguiría así: si mande lo que mande, el Congreso expandiría el gasto con el fin de darle a los gobernadores del PRI, especialmente a uno de ellos, más recursos de los contemplados de origen, enviemos entonces, diría Hacienda, el presupuesto más conservador posible, pues aunque enviáramos un presupuesto expansivo, los diputados acabarían por inflarlo aún más.

El cálculo de la presidencia parece ser el siguiente: forzar al PRI a hacerse corresponsable del aumento de impuestos y del ajuste fiscal y así cargar el castigo juntos: si el PRI no aprueba el paquete económico en los términos esencialmente similares a los enviados por Hacienda, entonces podría desatarse una reducción en la calificación de la deuda soberana del país, y el PAN podría culpar al PRI de la devaluación de la moneda y el alza en las tasas de interés subsecuentes.

Otro posible cálculo es el siguiente: que el PRI, temeroso de financiar el presupuesto con más deuda y déficit, sea forzado a aprobar el paquete económico con el fin de dar oxígeno a las muy apretadas finanzas estatales.

Sin embargo, la actual coyuntura que enfrentan la presidencia y Hacienda es extremadamente complicada en términos políticos. Es casi una situación de pierde-pierde. Veamos:

Es difícil asustar a los diputados o a la población con que la economía se va a ir por el caño si no se aprueba este paquete económico tal y como está. La economía ya está en el caño. Difícilmente podría estar peor de lo que está.

¿O cuantos años podríamos añadirle al récord de la peor caída en el PIB de los últimos 70 años? ¿Qué tanto peor que como está ya, se puede poner la economía? ¿Y haría una diferencia? ¿Caer 9% es significativamente que caer 7%? ¿Una caída de 7% es una economía sana y blindada, y una caída de 9% sería una hecatombe disparada por la irresponsabilidad de los diputados del PRI?

¿Será posible, de veras, que este paquete fiscal provenga de la incomprensión de que enfrentamos la peor crisis económica de la historia moderna de México, y que se quiera usar el argumento ante el PRI de que si no se suben impuestos y se recorta el gasto la situación se va a poner peor? ¿Peor que la pésima situación actual?



Me cuesta trabajo creer que el competente equipo de Hacienda sufra el equivalente al delirio de la joven reina Maria Antonieta, quien en su palacio de las Tullerías, al ser avisada que el pueblo francés tenía hambre, respondió, lacónica y caprichosa: ¡denles pasteles!, incapaz de comprender que el fatuo que ella gozaba en sus lujosos aposentos no se correspondía con la realidad del vulgo.

Si el PRI apoya el paquete fiscal corre el siguiente riesgo: cargar con el rechazo de la opinión pública y disminuir sus posibilidades de regresar a Los Pinos, apoyando un paquete que a final de cuentas, no va a solucionar lo que pretende atacar: el boquete fiscal.

El actual hoyo fiscal del sector público se debe a una caída en los ingresos, no a una expansión del gasto, y la caída de los ingresos se debe esencialmente al desplome de la recaudación fiscal, y éste último responde esencialmente a la hecatombe económica.

Me parece difícil cómo se podría diferir del diagnóstico del párrafo anterior. Eso es lo que ha pasado. Y si ese diagnóstico es el correcto, entonces el corolario es el siguiente: esta es una crisis económica, no una crisis fiscal. Incluso el problema fiscal responde esencialmente al problema económico.

Ergo, lo que se tiene qué atacar es la depresión económica (la definición de una depresión es correcta, ya no es recesión), pues ese es el origen de a caída de los ingresos fiscales y la causante del boquete fiscal.

Llegamos entonces al argumento central que quisiera compartir con los lectores: el paquete económico enviando al Congreso es tan radicalmente ortodoxo, tan extremadamente conservador, que va a ser relativamente fácil para el PRI convertir el pierde-pierde para el PAN, en un gana-gana para el partido en el poder (perdón, pero eso es lo que ya es el PRI).

El paquete económico es tan innecesariamente ortodoxo que es muy fácil hacer lo siguiente: rechazar algunos de los impuestos propuestos (en especial el IVA de 2% generalizado), y aprobar los demás; presentar un perfil de gasto un poco más elevando, y permitiendo por tanto un déficit ligeramente mayor pero sin provocar una degradación de la calificación de la deuda soberana de México sin caer por debajo del grado de inversión.

Ideas sobran, las finanzas estatales se encuentran en ua situación tan precaria, que es fácil encontrar en qué gastar en estos momentos, tan simple como pagar las nóminas de Estados y municipios que están bordeando la insolvencia.

El PRI debe de sentarse y con toda la calma hacer el diagnóstico de la enfermedad para acertar en el remedio: si se equivoca y apoya sin miramientos la actual propuesta podría agravar lo que quiere remediar, y en el camino, mermar las posibilidades de regresar a lo que ellos consideran les está escriturado: Los Pinos.

2 comentarios:

Manuel A. Bautista González dijo...

Estupenda columna. Entre ella y el post de Gerardo Esquivel (http://gerardoesquivel.blogspot.com/2009/09/paquete-2010-las-mentiras-y-la.html) me ha quedado muy clara la economía política detrás de la ley de ingresos y del presupuesto de egresos de este año.

Anónimo dijo...

Escribe Edgar Amador autor del blog:

"El actual hoyo fiscal del sector público se debe a una caída en los ingresos, no a una expansión del gasto, y la caída de los ingresos se debe esencialmente al desplome de la recaudación fiscal, y éste último responde esencialmente a la hecatombe económica."

Perdón, ¿y dónde queda la caída de la producción de petróleo?, son poco más de 750 mil barriles diarios MENOS de producción respecto de su "pico", y eso es para los ingresos fiscales NO tributarios más de 200 mil millones de pesos. La caída en la recaudación atribuible a la recesión se irá reponiendo conforme el mundo salga de la recesión, pero los ingresos petroleros se reponen ¿cómo?
La propuesta "conservadora" del gobierno federal es recortar gastos y aumentar ingresos tributarios para subsanar esa pérdida.
La propuesta "clase media" - encerrada en su visión aldeana de izquierda o de derecha , lo mismo da- es que todo se arregla recortando el gasto hasta dónde dé, y que a ellos no les carguen el numerito de un impuesto para combatir la pobreza, ni les cobren más impuestos. Negar la realidad: "qué política de desarrollo social ni que ocho cuartos, que los pobres salgan de pobres poniéndose a trabajar."
La propuesta "progresista" es negar la realidad de esa caída en la producción de petróleo, negar la realidad de que hay una escasez mundial de financiamiento y negar la realidad de que la actual estructura tributaria de México desaconseja, a todas luces, prestarle a México (¿con qué va a pagar?, no hay recaudación futura suficiente, no hay factura petrolera que nos den endosada). Tales restricciones, para la propuesta (?) "progresista", no existen. Lo que hay que hacer es endeudarnos más, la recesión mundial nos da la coartada, e ir tirando hasta la próxima.
María Antonieta simplemente negaba la realidad de la falta de pan (petróleo) y decía "que les den pasteles" (deuda, más déficit fiscal)...Qué cerca están hoy en México las posturas burguesas - típicas de clase media miope- y las posturas "progresistas". Ambas nos invitan al desastre, porque ambas rechazan el cambio, si ese cambio hay que pagarlo. ¿Quiénes son, entonces, los conservadores? Mmmm....

"Me parece difícil cómo se podría diferir del diagnóstico del párrafo anterior. Eso es lo que ha pasado. Y si ese diagnóstico es el correcto, entonces el corolario es el siguiente: esta es una crisis económica, no una crisis fiscal. Incluso el problema fiscal responde esencialmente al problema económico."