sábado, 24 de octubre de 2009

Nuevos Impuestos Para Financiar Qué

El argumento es que se necesitan nuevos impuestos para proteger la calificación crediticia del país y evitar así un congelamiento del crédito, y un alza en las tasas de interés de largo plazo.

El problema es que los datos muestran que los ingresos tributarios adicionales que están exigiendo al Congreso que apruebe, probablemente acaben en gasto corriente; y en particular en Sueldos y Salarios (Capítulo 1000) y Materiales y suministros (Capítulo 2000).



La gráfica muestra dos cocientes: Ingresos Tributarios/Gasto Corriente (Serie Rosa, Escala Izquierda); e Ingresos Tributarios/Sueldos, Salarios & Adquisiciones (Serie Azul, Escala Derecha). Las líneas muestran el promedio móvil de tres meses de las series respectivas, para suavizar un poco los picos acusados que esta serie presenta.

Pero la tendencia es evidente; el gasto corriente ha crecido mucho más rápido que los ingresos tributarios. La razón por la que esto fue posible para el período 2000-2009 fue porque los otros ingresos (no tributarios y extraordinarios) pudieron cubrir el faltante.

Pero al caerse los ingresos petroleros hay de dos: o se aumentan los ingresos tributarios, o se ajusta el gasto corriente. Hacienda ha decidido privilegiar lo primero que lo segundo, si bien se dirá que el cierre de Luz y Fuerza es una muestra del inquebrantable compromiso de este gobierno de reducir el gasto corriente (ya los oigo).

Una empresa bien manejada al ver que sus ingresos recurrentes se caen, inmediatamente ajusta sus gastos fijos. No fue este el caso, mientras los ingresos tributarios se revelaban insuficientes, la jauja petrolera sirvió para aumentar la nata burocrática, y el gasto corriente no hizo mas que aumentar.

Los únicos que tiene razón en este debate son aquellos que proponen que la solución para el problema fiscal es una reducción del gasto corriente del gobierno: ahorros en serio en el nivel de los suelos y salarios (no en el número de empleados), en el número de oficinas inútiles, en el gasto en materiales y suministros.

Subir impuestos y no aumentar la base gravable es ineficiente, es incentivar la evasión fiscal de los que ya pagan impuestos.

Subir impuestos en medio de la peor recesión económica de la historia moderna es tan absurdo que asombra que estemos debatiendo este punto, y asombra más que haya quien se crea argumentos a favor de más impuestos.

No hay de otra, la única forma es una radical eficiencia en el gasto público. Pero eso no va a ocurrir. ¿Qué va a ocurrir? De nuevo lo repito, va a ocurrir lo que el PRI quiera. El poquito acuerdo que el PAN había logrado con el PRI, el niñito Nava lo reventó con un berrinchito digno de Ñoño, y ahora el PRI va a hacer lo que se le venga en gana.

¿Y por qué no habría de hacerlo? Si el PRI es ya, y de nuevo, el partido en el poder.

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